Aitana revolvía su café mirando constantemente la taza, no quería elevar su mirada y encontrarse con la de Nick. Él sonrió levemente. _ Aitana, ¿Seguirás sin mirarme por mucho tiempo más? _ le dijo tomándole la mano _ Mírame pequeña, mírame por favor... Ella soltó la cuchara la cual golpeó la taza y lo miró fijamente. _ Ya... ¿Estás contento ahora? _ le dijo molesta. Nick quedó perplejo, de la chica afectuosa de hacía unos minutos atrás no quedaba ni siquiera, el rastro. El inspiró aire y lo soltó lentamente. “Ahí vamos de nuevo, Dios dame paciencia” pensó Nick decepcionado ante la actitud huraña de la joven. _ ¿Puedes decirme que sucede ahora? _ le dijo el hombre sonriendo _ Acabo de llegar, no creo que haya tenido tiempo de hacer algo que te moleste. Ella arqueó una ceja. _ No me has hecho nada Nick, ¿De dónde sacas eso? _ replicó la joven. Él le apretó la mano y la miró cariñosamente. _ No quieres mirarme y me hablas mal... _ le dijo el entristecido _ hace un momento me
_ Nick, estoy demasiado confundida _ dijo entre suspiros enojada _ Estaba acostumbrándome a la idea de que ya no volvería a verte, pero ahora, vienes aquí como si nada, y me dices que quieres conquistarme y estar conmigo sin importarte lo que digan los demás ... ¡¿A qué estas jugando Nick?! El la miró con cierta incredulidad. _ No estoy jugando Aitana, todo lo que te he dicho es verdad _ le dijo el hombre seriamente_ me he apresurado, lo sé, pero siento que ya he perdido demasiado tiempo en decirte lo que siento. Me he esforzado al máximo para no demostrar mis verdaderos sentimientos, he perdido mi buen juicio, he hecho hasta lo imposible por tragarme mis celos, mis prejuicios por nuestra diferencia de edad, y por mi amistad con Lautaro... realmente ha sido una tortura. _ ¡Pero Nick! _ protestó ella. El la miró con cierta molestia, apretó los labios se maldijo a si mismo por haberse apresurado al descubrir sus sentimientos ante ella quien parecía no sentir lo mismo por él o al men
Cuando Nick regresó al lugar donde estaba Lautaro, Aitana ya no estaba. Inmediatamente, Lucas se le acercó. _ Cuñado dime que lograste calmar a la fiera de mi hermana _ musitó el joven sonriendo. Nick lo miró soslayadamente. _ Diría que esto es un caso perdido _ le dijo el hombre por lo bajo _ Tu hermana cree que estoy jugando con ella y para arruinar aún más la situación, tu tía nos cayó como un regalito. Lucas entrecerró los ojos y resopló. _ Si, lo sé. La entrometida de mi madre la envió _ dijo con enojo _ Ella está empecinada en emparejarte con mi tía, cuando esta mujer se lo propone puede ser un total fastidio _ prosiguió el joven señalando con la mirada a su madre. Nick lo miró con cansancio y tristeza. _ Lucas, a mi Verónica no me interesa en absoluto _ dijo con vehemencia _ Quiero que sepas, que la única mujer que me importa es tu hermana. Sé que ella puede estar con hombres mil veces mejores que yo, y que en esto tengo todas las de perder. Pero la amo profundamente. E
Esa noche, cuando Nick llegó a cenar todo sucedió de manera tranquila, la familia trataba de mantener la calma en medio de ese caos en el que estaban viviendo. Julieta se negaba a abandonar a su marido en aquel lugar, pero Lucas luego de un arduo trabajo, logró convencerla para que regresara a la residencia y descansara. No había mucho que hacer, si bien Lautaro había mostrado signos de mejoría, seguía asistido mecánicamente y el personal médico se ocupaba estaba constantemente de él. Aitana y Nick se habían sentado uno al lado del otro por lo tanto el roce entre ambos era casi inevitable. El hombre de vez en cuando hacia un movimiento con su pierna para tocar la de ella. La joven sentía que con cada toque su corazón se le salía del pecho y su respiración se aceleraba teniendo que poner toda su voluntad para controlarla. ¿Cómo era que él provocaba tal fuego en su cuerpo? _ ¿Te sientes bien hija? _ Julieta la miró preocupada. _ ¡Oh, si! _ le dijo ella sonriendo _ Solo me siento
Dennis Porter luchaba por abrir sus ojos celestes, mientras la señora María, su ama de llaves lo llamaba. _ ¡Señorito Dennis, despierte... despierte por favor! _ le decía la pobre mujer moviéndolo de la cama _ ¡Tiene que levantarse ya! El abrió un ojo y gruñó. _ María ¿Qué te he dicho de interrumpir mi sueño? ¿Acaso no sabes que trabajo durante la noche? _ Le dijo golpeteando las sábanas de seda _ Espero que sea algo muy importante. La señora frunció el ceño. Hacía aun par de meses que trabajaba para el escritor, pero había aprendido muy bien las manías y excentricidades que tenía el hombre. Su edad y experiencia le daba cierta licencia para tomarse atribuciones que en otras circunstancias no se podría hacer. Trataba a Dennis con mucha familiaridad, como si fuese un hijo o nieto. _ ¡Que se levante le digo! _ frunció el ceño la señora _ ¡Ya le empezaron a aparecer mujeres! Yo no pienso atender a ninguna mujer ¿Eh? ¡Mi trabajo no es ese, así que se levanta y la atiende! El
Después de una larga jornada solucionando problemas en la empresa, Nick regresó al hotel. Se sentía exhausto y aun así sentía una imperiosa necesidad de ver a Aitana. _ Muero por verla, pero conociéndola no querrá verme. _ dijo suspirando profundamente _ Se ha empecinado en que no podemos estar juntos porque le gusto a su tía... ¿Y yo que culpa tengo de eso? Del otro lado del océano un paciente Paul, lo escuchaba atentamente. _ Entiendo... _ dijo carraspeando su amigo _ No quiero decir “te lo dije” pero... ¿No te dije que esa pseudo amistad con Verónica te iba a traer problemas? ¡No entiendo porque nunca me haces caso! Nick resopló y lanzo una especie de queja ahogada. _ Lo sé, lo sé ... Tuviste razón y yo no. _ dijo sonriendo _ Pero ahora no puedo remediarlo. Lo único que quiero es que Aitana asuma sus sentimientos y deje de poner excusas, nada más. _ ¿Qué hay del hombre que le rompió el corazón? _ Pregunto Paul frunciendo el ceño _ ¿Averiguaste algo? Nick, apret
Si algo lo caracterizaba a Nick Turner era que era un hombre de palabra, tal y como le había dicho a Aitana la iba a ir a buscar. Esperó en el auto fuera del hospital, hasta que Dennis y la joven salieron. El hombre sonrió y se bajó del auto, al instante llamó la atención de los presentes, poseía tal postura de seguridad y arrogancia que era imposible que pasara desapercibido. _ Buenas Noches _ saludó sonriente ante la sorpresa de los otros dos. Aitana lo miró descreída, su corazón palpitaba a mil por segundo. _ ¿Qué diablos haces aquí Nick? _ dijo con furia Dennis. El hombre hizo una sonrisa de lado y miró a Aitana con perplejidad. _ Pero como, ¿Aitana no te lo ha dicho? _ le dijo alegremente _ ¡Me invitó a cenar con ustedes! Tanto Dennis como la joven quedaron atónitos. _ No puede ser... ¡estás mintiendo! _ le dijo el otro con incredulidad. Nick se acercó más a Aitana y la tomó del brazo, para el asombro de Dennis. _ Aitana, pequeña dile que habíamos qu
Nick se negaba a soltarla y ella no luchaba tampoco por hacerlo, se miraron intensamente, en ese momento los ojos de ambos estaban cargados de anhelo, pasión y ... ¿Amor? Subieron al auto, el chofer arrancó hacia el restaurante indicado por Nick, quien volvió a tomar a Aitana en sus brazos. _ Me dirás de una vez, mi pequeña traviesa, ¿Por qué le mentiste a Dennis? _ le dijo sonriendo, rozando sus labios sobre los de ella _ ¿O tendré que obligarte? Ella se sonrojó. ¿Qué le iba a responder? Ni ella sabía porque lo había hecho. _ Siendo sincera, no lo sé. _ le dijo apartando su rostro _ Posiblemente lo hice para no dejarte en el más absoluto ridículo ante tu hermano. El lanzó una risa cargada de dulzura y seducción. _ ¡No sabes mentir, niña tonta! _ le dijo apretando aún más su cuerpo contra el de la joven _ Sé que eres tan orgullosa que nunca admitirás, que te mueres por estar conmigo. Ella arqueó una ceja. _ Sigues siendo el mismo engreído de siempre _ le dijo revoleand