Capitulo 2237
Aldebán dijo: —Ve, tienes un mes. Dentro de un mes, espero que completes esta misión.

Después de decir esto, Aldebán se transformó en un destello de luz dorada y desapareció sin dejar rastro alguno.

Simón dejó escapar un largo y repentino suspiro. Aunque no había anticipado que la tercera prueba de Aldebán fuera cumplir con el requisito de un dragón de agua, Simón, como alguien con afinidad con la raza de los dragones, se sintió algo animado, tal como le ocurría con el viejo dragón en el Altar del Dragón Sagrado. Recordaba el afecto de esa conexión y esperaba que este dragón de agua, escondido en un gran lago, fuera igualmente amistoso.

El señor Delfín siempre había sido una persona bondadosa y con aspiraciones elevadas, por lo que imaginaba que su amigo no podría ser cruel y despiadado.

Simón, siguiendo la dirección que recordaba, comenzó a caminar con rapidez, pues el dragón de agua se encontraba en el tercer gran lago, a tan solo veinte kilómetros de distancia. Pensó que llegaría e
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