Capitulo 2232
Simón no quería hacer algo de esa manera, pero no tenía más opción que esperar. El tiempo pasó rápidamente y pronto llegó el trigésimo día, el último de los treinta días acordados con Aldebán. Si no lograba derrotar al guardián del núcleo intermedio ese día, Simón no sería capaz de superar la prueba.

Así que, sin importar lo que pasara, hoy Simón no podía esperar más tiempo.

Mirando al sol en el cielo, Simón decidió que esperaría hasta el mediodía. Si para en ese entonces el anciano no había logrado superar su nivel, entonces no tendría más remedio que interrumpir su meditación y enfrentarse definitivamente a él.

Aunque Simón no quería hacer eso, parecía que no había otra alternativa.

El tiempo pasó y llegó el mediodía. Justo cuando Simón se levantaba, una corriente de luz dorada cruzó el aire. El anciano elevado en el aire poco a poco abrió los ojos.

—¡Jajaja! Finalmente he dado el salto, ¡finalmente lo he entendido!

Simón miró al anciano, quien emitía una delicada luz dorada por tod
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