Aiden se colocó al lado de Liam, mirando a Nicol con una mezcla de desprecio y desconfianza. No podía soportar la idea de que esa mujer estuviera involucrada en algo tan atroz.Nicol lo miró con ojos llenos de lágrimas, fingiendo estar ofendida por la pregunta.—Todos en el pueblo lo saben —respondió, su voz temblorosa—. ¡Es nuestra hija, Liam! Estoy tan preocupada como tú. Vine tan pronto como supe lo que estaba pasando.Evelyn, que había estado observando en silencio, se adelantó con los brazos cruzados, sus ojos brillaban con una mezcla de enojo y desconfianza.—Es muy conveniente que aparezcas justo cuando la policía te estaba buscando, Nicol —mencionó Evelyn con frialdad—. No me creo ni una palabra de lo que dices. Tú estás detrás de esto, ¿verdad?Nicol fingió un suspiro de exasperación, manteniendo su papel de madre angustiada.—¡Estás loca si crees eso, Evelyn! —respondió Nicol, su voz se alzó en un tono de indignación—. Solo quiero encontrar a mi hija. Si no me ayudas, al men
Nicol caminaba por las calles del pueblo, fingiendo buscar a Fiore. Su actuación era impecable, lágrimas corrían por su rostro mientras gritaba el nombre de su hija, atrayendo la atención de los transeúntes. Sin embargo, su mente estaba, pensando en cómo llegar a Mathew sin ser detectada. Sabía que no podía usar su teléfono, temía que las líneas estuvieran intervenidas. Después de un rato, cuando creyó que ya había hecho suficiente espectáculo, se acercó a la parada de taxis y pidió que la llevaran hasta las afueras del pueblo.El taxista, sin sospechar nada, la llevó por el camino rural hasta llegar al punto que Nicol había indicado. Ella le pagó el servicio, bajó del vehículo y esperó a que el conductor desapareciera en la distancia. Luego, con pasos rápidos y decididos, se adentró en la maleza, dirigiéndose hacia el bosque. Conocía bien el camino, a pesar de lo intrincado del terreno, y pronto llegó a la finca oculta donde Mathew y Cassandra mantenían a los niños.Al entrar, su ros
En el bullicioso mercado del pueblo, una persona que había estado observando la actividad de la mañana se acercó a un agente de policía que estaba en la zona, avisando que había visto algo extraño. Era una anciana que había estado comprando en un puesto cercano y que, aunque no conocía a los niños ni a Mathew, algo en la escena le había parecido fuera de lugar.—Vi a dos niños pequeños, con helados en las manos. Estaban con un hombre de aspecto sospechoso, no lo había visto antes por aquí —avisó la anciana, ajustándose las gafas mientras trataba de recordar más detalles—. Luego, vi a una mujer, creo que era Cassandra Smith. El agente, atento a cada palabra, le pidió que describiera al hombre y la mujer con más detalle. La anciana se concentró, describiendo a Mathew como un hombre joven de complexión fuerte y con el cabello corto claro. La mujer, claramente identificada como Cassandra, tenía el cabello rubio y llevaba gafas de sol grandes.—Ella subió a la camioneta y desaparecieron —
Mathew levantó su arma, pero Liam fue más rápido. Con un movimiento decidido, se abalanzó sobre él, logrando desarmarlo en un forcejeo rápido. Mathew cayó al suelo, derrotado, mientras Liam lo inmovilizaba con una mirada llena de furia.—¡Nunca debiste meterte con mis hijos! —espetó Liam con voz temblorosa, llena de ira contenida, alzo el puño decidido a darle su merecido, pero el llanto de sus hijos le hizo recordar su misión. Liam corrió hacia donde estaba los pequeños, los abrazó con fuerza. —Tranquilos, papá está con ustedes. Liam, después de abrazar a sus hijos, se aseguró de que estaban bien y seguros. Pero la situación aún no había terminado. Nicol y Mathew estaban intentando huir, y él no iba a permitir que escaparan de la justicia.Los oficiales que habían ingresado a la casa inmediatamente se encargaron de Cassandra, quien estaba paralizada por el miedo. Uno de los policías la esposó rápidamente, mientras ella lloraba, consciente de que su destino estaba sellado.—No quis
Después de que los niños fueron rescatados y la pesadilla finalmente llegó a su fin, Aiden y Liam sabían que el proceso de sanación apenas comenzaba. Ambos estaban conscientes de que, aunque Fiore y Leo estaban a salvo, el trauma del secuestro y las duras palabras que Fiore escuchó de Nicol habían dejado heridas profundas en sus corazones.Una semana después, decidieron llevar a los pequeños a terapia. Querían que los niños pudieran expresar sus miedos y emociones en un entorno seguro, con la ayuda de un profesional. El consultorio de la terapeuta estaba decorado de forma acogedora, con juguetes y libros que ayudaban a crear una atmósfera relajante. Fiore y Leo, aunque inicialmente nerviosos, pronto se sintieron más cómodos gracias a la calidez de la terapeuta.Mientras los niños estaban en la sesión, Aiden y Liam esperaban fuera, compartiendo el mismo silencio reflexivo que los había acompañado desde el rescate. Ambos sabían que las cicatrices emocionales tardarían en sanar, pero est
Días después, Liam estaba en el centro de la finca, observando los vastos campos de uvas que se extendían hasta donde alcanzaba la vista. Los viñedos, cuidados meticulosamente durante las últimas semanas, comenzaban a mostrar signos de crecimiento, y el futuro de la finca se veía prometedor. Mientras caminaba por las hileras de vides, saludaba a los trabajadores, quienes podaban y cuidaban las plantas bajo su atenta supervisión.—Asegúrense de que los nuevos brotes estén bien protegidos del sol directo —ordenó Liam a uno de los capataces, quien asintió y se dirigió hacia el equipo para dar las instrucciones.Se sentía más decidido que nunca a hacer que la finca fuera productiva. Después de meses de incertidumbre, por fin estaba viendo los frutos de su trabajo, literalmente. El proyecto de producir vino lo llenaba de entusiasmo, pero sabía que requeriría tiempo, esfuerzo y una planificación cuidadosa.Justo en ese momento, Jack, su amigo y abogado, se acercó con una sonrisa. Lo había a
El sol apenas despuntaba cuando Fiore y Leo se levantaron emocionados, listos para su primer día de clases. Aiden, ya despierta desde temprano, había preparado los uniformes y mochilas con esmero. Los niños corrían por la casa, llenos de energía.—¡Es el primer día de escuela! —gritó Fiore, saltando de emoción mientras trataba de ponerse los zapatos.—¡Voy a ser el mejor en matemáticas! —añadió Leo, abrochándose la camisa con una sonrisa de oreja a oreja.Aiden los observaba con una mezcla de orgullo y ternura desde la cocina, mientras preparaba el desayuno. Liam, por su parte, entró en la sala con una gran sonrisa.—¿Están listos para ser los más inteligentes de la clase? —preguntó con tono animado, mientras se inclinaba para ayudar a Leo con los últimos detalles de su uniforme.Fiore asintió con entusiasmo, y luego se lanzó a los brazos de su padre, abrazándolo con fuerza.—¡Estoy lista, papá! —exclamó.Aiden apareció con las mochilas y las loncheras listas, sonriendo al ver a su fa
Semanas más tarde: Bajo un cielo azul claro, los viñedos de la finca de Liam y Aiden se convirtieron en el escenario perfecto para la boda que ambos habían soñado. Con la ayuda de Evelyn y Grace: la esposa de Jack, habían organizado una ceremonia sencilla pero profundamente emotiva. El entorno, rodeado de viñedos, brindaba una atmósfera íntima y romántica.La decoración era modesta pero elegante, con flores silvestres adornando los pasillos y una pequeña pérgola construida entre las hileras de uvas. Aiden, radiante en su vestido blanco sencillo que se ceñía suavemente a su cuerpo, avanzaba hacia Liam con una sonrisa serena. Su vientre ya mostraba el embarazo de cuatro meses, y eso solo hacía que se viera aún más hermosa, irradiando felicidad.Tomada del brazo de su hermano Andrew, quien no podía ocultar el orgullo de estar a su lado en ese momento tan especial, Aiden caminaba con paso firme, sus ojos fijos en los de Liam. Andrew, quien había sido su protector durante toda su vida, le s