5

Parpadeo confundida, ¿Qué acaba de pasar? 

Eso fue mucho para mi pobre corazón.

Siento mis mejillas muy calientes al repentino calor que comenzó a surgir de mi cuando Matheo quería besarme y lo peor es, que me siento abrumada y enojada a la vez. Una parte de mi, quería que me besara, lo deseaba, lo quería; la otra parte sensata, estaba confundida por su repentino acercamiento, muy lejos de mis pensamientos, se fue la idea de darle una bofetada por querer besarme... por Dios, es un desconocido. ¿Es lo qué tenía que hacer, cierto.

Demonios ¿Qué esta mal conmigo?

Ese hombre me desestabiliza con un solo acercamiento, ¿eso no puede ser bueno, verdad.

Estoy apunto de tener un ataque de pánico, por solo un acercamiento. Quiero golpearme por ser tan estúpida. Por no sacar esa imagen de mi cabeza, el muy cerca de mi, el brillo en su mirada y sus labios, ese es otro nivel.

Lo que más me duele es su rechazo hacia mi. ¿Por qué se alejo? Nunca me había sentido tan rechazada en mi vida. Estoy enojada.

Cálmate Annely.

Respira.

No puede ser tan difícil.

Mis manos tiemblan, las paso varias veces por mi rostro para tranquilizarme. No lo logro. Lo que logro es, que tenga ganas de llorar y querer salir corriendo de aquí. ¿Por qué todo esta mal conmigo? No tengo control de mi. ¿Por qué soy tan inestable? Pensé que esa etapa ya la había superado.

Escucho la puerta abriéndose y fijo mi mirada ahí. Ross me mira y sabe que algo esta mal conmigo, se acerca a pasos rápidos hacia mi.

—Hey, hey. Respira, estoy aquí — Toma mi rostro entre sus manos y hace que la mire.

—No... puedo — Mi pecho se siente pesado. Cada vez siento que me falta más la respiración.

—Mírame — Abro los ojos, que no se en que momento los cerré. Ella asiente conforme — Respira conmigo 1... — Me cuesta, pero la sigo igual de lento que ella lo hace. – 2... — Lo hago otra vez, y ya voy sintiendo que mi respiración se va calmando. — 3.. tu puedes — Mis manos ya no tiemblan.

>>Eso es, ¿mejor? — Asiento. Mi respiración es algo acelerada, algo que puedo controlar.

>>Me asustaste ¿Qué ocurrió?

—Me siento estúpida e inestable. ¿Qué sucede conmigo? — Ross me envuelve en sus brazos y soy consciente que, esta preocupada y yo estoy apunto de llorar.

—No eres nada de eso... ¿ok? No lo vuelvas a decir, porque te golpeare — Sonrío. Ella sabe como levantarme el animo.

—No puedo dejar de sentirme rechazada. — Digo en un murmuro bajo, pero se, que ella me escucha. No tenemos secretos y ese es lo mejor de nuestra amistad, siempre ha estado conmigo y yo con ella.

—¿Por qué?

—Matheo me iba a besar... y lo peor es que yo lo quería. Es un desconocido para mi, no se que sucede conmigo — Ross se aleja y se sienta frente a mi. Se fue la preocupación y ahora me mira con diversión... vaya estupidez.

—¡¿En serio!? — Le tapo la boca con el dorso de mi mano, no estoy de humor para que haga una escena de esta.

–Cállate loca.

—Lo siento.. ¿como que te iba a besar? Acaso ¿no lo hizo? — Suspiro y me recuesto en la cama de este horrible hospital. Aquí todo es tan blanco y su olor me ponen los nervios de punta. Odio los hospitales.

—No. cuando estaba cerca de mi boca, se alejo y se fue, tiro la puerta. Supongo, que me asuste un poco

>> Siento que me rechazo. Lo peor es que yo quería que lo hiciera. ¿Acaso es malo eso

>> Quería ser besada por un desconocido. Lo más irónico fue, que se separo y se largo de aquí. Dejándome enojada, inestable y algo deseosa de ese beso — Enarca una ceja hacia mi. A veces la sorprendo con mi sinceridad, no es algo que quiera ocultar y menos con ella.

—Te gusta. Sus razones tendrá para haberse ido... ese regresa — Niego, no quiero que regresé. Quiero es golpearlo.

>>En cuanto a, tu posible ataque de pánico, es porque no te beso y por estar en este hospital. Que se que lo odias. Además no fue un ataque de pánico como los demás este fue muy pequeño, por así decirlo.

—Quizás — Tapo mis ojos, porque no dejo de sentirme estúpida.

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Ha pasado dos semana y ya me siento mucho mejor, demasiado diría yo. He estado cumpliendo con todo lo que me ordeno el doctor, también mi fastidiosa mejor amiga ha estado muy al pendiente de mi, a veces es algo fastidioso que este encima de mi todo el tiempo. Pero la entiendo, se que se preocupa por mi y yo lo haría igual.

Hoy, por fin, voy a salir de mi encierro, al que me ha sometido Ross por querer que recupere fuerzas. Eso no quiere decir que haya dejado de ir a la universidad, no, me refiero a ir de fiestas. Estoy bastante recuperada y ya puedo hacerlo, por supuesto, antes hablamos con el doctor para que nos diera su visto bueno.

Vamos a ir a un club nocturno con unos amigos, no nos negamos porque ya teníamos tiempo que no salíamos. Creo que eso me servirá para olvidarme del ladrón sexy; desde el casi beso, no he vuelto a saber de él. Antes nos dejábamos mensajes, ahora ni eso. Es lo mejor, el no quiere nada conmigo y yo, no soy el tipo de mujer que le gustan los desplantes. No, a mi me gusta todo lo mutuo. De lo contrario no me sirve. No voy a negar que teníamos demasiada química, pero aún así no soy lo que el quiere, y esta bien, no todo el tiempo nuestros deseos se tienen que cumplir.

—Déjame maquillarte estúpida — Arrugo la nariz porque no me agrada el maquillaje.

—Es que así estoy bien — Señalo mi vestimenta y mi peinado. Que consta de un vestido plateado, que es muy pegado al cuerpo, es como una segunda piel y con un escote bastante pronunciado adelante, pero se ve decente y atrás descubierto, no llevo sujetador y es algo incómodo. Por lo menos no se me va a ver el trasero si me muevo mucho. No es mi tipo de vestido, pero Ross insistió tanto que lo usara, que al final cedí. Llevo unos tacones negros y el cabello ondulado, es un desastre bastante salvaje. No me quejo, me gusta mi vestimenta.

—No te voy a maquillar mucho — Niego, saliendo de mis pensamientos. A veces pienso que estoy algo loca, porque me pierdo en mis pensamientos y hasta hablo sola.

—No quiero. Dame eso, yo lo hago — Le quito la brocha que tiene en su mano y me siento frente al espejo para pintarme yo misma.

—Perra. Por lo menos lo vas a hacer tú.

Aplico mascara de pestaña, un delineado sencillo para que mis ojos resalten más y por ultimo un labial vino-tinto. Desisto del rubor porque mi mejillas siempre están teñidas de rosado, así que, no me hace falta.

—Listo — Voltea hacia mi y asiente contenta, es un paso para ella que yo lo haga por mi misma.

—Estas de infarto. Si fuera mujer, ya te hubiera metido mano — Suelto una sonora carcajada,  mi amiga esta loca.

—Mejor apresúrate — Me saca la lengua y yo le ruedo los ojos, es algo que no le gusta que haga. Tomo mi bolso y ella igual para irnos.

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El lugar esta lleno, muchos cuerpos sudorosos y bailando se mezclan entre la música, sin contar los que beben en la barra, se manosean, se besan y hasta cantan en voz alta. Las luces de colores hacen que todo me de vuelta, todo es cuestión de acostumbrarse, supongo.

—Vamos, los chicos están en el lado VIP — Asiento, tomando su mano para que me guie.

Pasamos entre tanta gente hasta llegar a las escaleras y como pensé, hay hombres custodiando esa parte. Aún así ahí esta Jack esperándonos — el novio o amante de Ross, ella solo dice que es complicado — porque llegamos un poco tarde, a según Ross y eso que ella fue la que tardo más.

—Déjalas pasar Dimitri — Ordena y el hombre de chocolate, que he decidido que esta bien bueno, nos deja pasar. Lo miro y el me guiña un ojo, yo solo sonrío.

—Hola, casi cuñado — Sonríe y nos da un beso a cada una, a diferencia que a Ross se lo da cerca de la boca. Se ven hasta lindos juntos.

—Hola, cuñada — Toma la mano de mi amiga y las entrelaza, y extiende su brazo hacia mi. ¿Ven? Por eso es que me cae bien este muchacho, es muy caballero.

>>Otros amigos se nos unieron, eso incluye a mi hermano y creo que sus amigos también ¿están bien con eso?

Las dos asentimos, porque la verdad me da igual. Nos dejamos guiar por él. Mi corazón se acelera, cuando mis ojos conectan con una mirada intensa que conozco y que, tal vez, tenga rato observándome.

¿Por qué esto me sucede a mi?

El parece algo sorprendido, pero se recupera rápido. Solo me mira de pies a cabeza, detallándome muy bien, muerde su labio inferior y yo siento que muero. Eso fue muy sensual de ver. Cuando termina su escrutinio con mi cuerpo, sube su mirada a mi rostro. Me sonríe, frunzo el ceño porque recuerdo lo que me hizo y no es mi persona favorita ahora.

Nos detenemos y sonrío para los presentes. Pasando de la persona que me observa todavía.

—Y bueno, hermano... ellas son Ross, la mujer que te hable y ella es mi cuñada, Annely — Creo que he muerto... esto no puede ser. El se levanta y estrecha la mano de Ross, ella esta igual que sorprendida que yo. Cuando se acerca a mi, yo retrocedo.

—Un placer conocerte — Habla lentamente, estrechándome la mano. Dudo un momento, pero igual la estrecho, no soy descortés. Y tampoco quiero que piense que siento cosas por él.

Se acerca un poco más a mi y esta vez no retrocedo. Enarco una ceja hacia él, y muerde otra vez su labio, al ver mi escote.

>>Que bueno volverte a ver princesa.



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Soy capaz de encender el puto

cielo en tus días oscuro

David Sant

La semana se va súper rápido, se van día tras día, es como parpadea.

Ya es jueves y mi día es bastante agitado. Demasiado.

Me gusta mi carrera, pero aún así es agotador y más ahora que tengo que hacer pasantías en el Hospital Central; digamos que tengo un poco de miedo y a la vez me emociona ¿raro, cierto?

Siempre me he esforzado lo suficiente para continuar con mi carrera, al igual que Ross. Así que dar ese paso me llena de una felicidad grande.

Mi teléfono suena y me hace salir de mis pensamientos.

Sonrío cuando leo de quien es.

Ladrón Sexi

Buenos días pequeña. Hoy te paso buscando a las 7.

¿A las 7

Tengo una cita y no me habían preguntado

Annely

¿Y no deberías de preguntar primero, si quería?

La respuesta no tarda en llegar.

Ladrón Sexi

Tómalo como un secuestro.

Desde la semana pasada, cuando nos besamos — debo admitir, que fue increíble — él se ha esforzado, por hacerme sonreír aunque sea por mensaje e incluso llamadas. No nos hemos visto porque tanto él como yo, esta semana nos a resultado agitada.

Matheo me gusta mucho, aún así tengo que andarme con cuidado con él; se ve que no es el tipo de hombre que se enamora. No desconfío de mi, pero si el no me va a querer como yo quiero ¿para qué voy a poner en juego mi corazón.

Annely

¿En todo eso incluye las vendas, amarres y puede, que los azote?

El mensaje se envía y al momento sale visto. Eso fue rápido.

—¿Ann? —Levanto la vista de mi teléfono y me encuentro con la mirada interrogativa de mi mejor amiga. 

—¿Ujumm? —Sonrío con inocencia.

—¿Se puede saber con quien hablas? Porque esa mirada que irradia putería no se te ha quitado desde que te llego ese mensaje —Me atraganto al pasar saliva. Toso para no morirme ahogada, sería una estupidez. La carcajada de Ross resuena en la habitación. La fulmino con la mirada después de salir de mi trance.

—Casi me muero y no me ayudaste. Perra. Te odio —Mi teléfono suena con una llamada entrante y me sonrojo al ver quien es. A veces no controlo mis palabras y este es un feo caso de arrepentimiento.

—¿Te vas a quedar ahí como pendeja o vas a contestar? —Niego, parpadeando varias veces. Tomo el teléfono y dejo salir un suspiro antes de contestar.

—¿Hola? —Escucho un suspiro del otro lado de la línea.

—Creo que estoy muy curioso de algo —Me muerdo el labio inferior con fuerza.

—¿Qué es ese algo? —Lo escucho sonreír y me sonrojo, otra vez.

—Acabo de recibir tu mensaje; creo que tengo un gran problema... —Me levanto de la cama y comienzo a caminar de un lado a otro.

—Termina de hablar de una vez Matheo —Escucho su carcajada ronca. Ross me observa con una ceja enarcada, acostada muy cómoda en mi cama.

—Pues... tu mensaje fue bastante excitante. Es posible que ahora tenga una pequeña erección... —Su tono es burlón y ronco a la vez. Un jadeo sale de mi sin querer, siento mis mejillas muy caliente.

—¿Cuál es el punto?

—Que te imagino en 4 para mi, azotándote y...

—Cállate... —Su carcajada resuena fuerte. Esto es vergonzoso. En el tiempo que llevamos conociéndonos, no habíamos hablado de este tema.

—Te gusta provocarme preciosa. Eres bastante descarada.

>>¿Ahora, qué voy a hacer con esta erección que causaste?

—Puedes utilizar agua fría —Salgo de la habitación al escuchar la carcajada de parte de Ross

—No lo creo que funcione princesa.

>>¿No quieres mandarme una foto de tu precioso rostro, mejor?

—¿Qué vas hacer con mi foto?

—Tocarme —Dejo ir un suspiro. La verdad me gusta mucho, su forma de hablar.

—Esta bien, espérala.

—Te mandare una a cambio.

—Me gusta ese intercambio.

—Espero tu foto princesa. Hasta luego.

—Chao —Corto la llamada antes de que siga hablando. Me quedo viendo como tonta el teléfono.

El me gusta y mucho. Nunca alguien me había hecho sentir así, tan feliz, tan tonta, emocionada e incluso puede que revoluciona mi cuerpo al hablarme o tocarme. No soy otra persona con el, puedo ser yo misma y creo que a él le gusta mi desastre.

—¿Por qué le dijiste a Matheo que se echara agua fría? —Me sobresalto y levanto la mirada.

>>¿Acaso le causaste una erección? —Pregunta muy divertida.

—Oh por Dios. Cállate.

>>Tengo que enviarle una foto y no se como ¿Me ayudas? —Chilla emocionada y camina hacia mi.

—Bien. Yo te ayudo.

—Que se vea como si la fuera tomado yo —Asiente.

Ross comienza a arreglarme el cabello — a según ella, tenia que dar un efecto salvaje —. Mi blusa como es de tirante, bajo uno — más sensual, su opinión no la mía —. Hizo que me sentara para que se vieran un pocos mis piernas por el short minúsculo que tengo puesto — para dar un efecto provocativo, las palabras de mi amiga.

Es algo loco esta situación. Nunca había tenido la intención de tomarme fotos así, a pesar de que no estoy desnuda, es raro. Supongo, que este hombre se va a llevar mis primeras veces de muchas cosas. Y no me asusta puede que me emocione un poco.

—Entreabre los labios — Ruedo los ojos y le hago caso —Bien. Ahora dame tu mano. ¿Lista? — Niego.

>>Listo... quedo hermosa. ¡Me encanta! —Grita dando brincos emocionada.

Le quito el teléfono y veo la foto también. Abro los ojos sorprendida por la sensualidad que irradia una foto ¿cómo es eso posible? Mejor dicho ¿cómo es que yo puedo lucir así? Algo loco, la verdad.

Le doy enviar, antes de arrepentirme.

—Envié la foto —Cubro mi rostro algo avergonzada.

Recibo la respuesta al momento.

Ladrón Sexi

Ya voy saliendo a tu departamento. Llego en 15 min.

—Demonios... él viene para acá —Ross abre sus ojos sorprendida y se levanta del sofá como un resorte.

—Mejor me voy —Me levanto también y comienzo a negar. Estoy muriendo de los nervios.

—No te vayas.

—No seas cobarde. Vas a ver que vas a preferir mejor que estén solos —Se va a mi habitación y regresa con su bolso.

—Te odio.

—Te amoo... utiliza condón. Quiero todos los detalles. Chao.

—Oye, espera... —Sale del apartamento, dejándome completamente sola.

¿Y ahora qué hago?

Bien hecho Annely, acabas de tentar al diablo. Te mereces una bofetada para que se te quite lo estúpida.

...aunque me parece excitante todo esto.

Estoy loca y confundida.

Busco en mi alacena mis chocolates, que disipan un poco mi ansiedad. A veces no puedo controlarla, es algo que se me escapa de las manos al igual que mis ataques de pánico.

Cuando estaba en proceso de tratamiento y despúes de él, estando curada me costo mucho salir a la calle de nuevo, me daba miedo, me aterraba, simplemente no podía. La leucemia me dejo con bastantes miedos que poco a poco he ido superando, pero tal parece que la ansiedad o los ataques de pánico no me quieren dejar tranquila; y lo juro que lo he intentado. He intentado superarlo pero todo mi esfuerzo es como si me trajera de nuevo al principio y me frustra mucho. Quiero dejar de sentirme así, a pesar que siempre me muestro ante los demás con ganas de vivir y seguir adelante,  es inevitable que no tengamos días malos... siempre lo he dicho, por eso depende de nosotros quedarnos en esa oscuridad o seguir a adelante.

Suspiro... veo alrededor de mi apartamento y a veces no quisiera estar sola aquí, aún así se que fue mi decisión vivir sola; a pesar de cuanto Ross me rogara para vivir juntas, pero sabía bien que yo necesitaba esto, estar sola. Tanta gente me abruma un poco.

Y Ross lo sabe.

Suena el intercomunicador y me sobresalto.

—¿Señorita? —La voz de Carlos, el portero llega a mi.

—¿Digame Carlos?

—Esta un señor aquí afuera, dice ser su novio. Su nombre es Matheo ¿Lo dejo pasar? —Abro lo boca sorprendida porqué se, de quien se trata. Con razón ella me dejo sola.

—Esta bien Carlos, dejalo entrar.

No puedo creer Ross me haya dejado sola ¿y si él es un violador? Ni yo me creo eso. Hasta ahora, que medio lo conozco me ha parecido muy buena persona, sin importar sus cambios de humor.

¿Qué hago?

Reparo en mi vestimenta y no es nada apropiada para recibir a alguien, menos a él. Mis short son muy cortos, son trasparentes y se nota el encaje de mis bragas. Tengo unas medias para disipar el frío...  y ni hablar de mi blusa... ooh demonios, no tengo sujetador y se me marcan los pezones.

Voy camino a mi habitación para buscar algo más apropiado para ponerme y suena el timbre.

Estoy perdida.

—Se que estas ahí princesa. Abre —No me da tiempo cambiarme, ni que quiera. Mi única opción es dejarlo en el sofá esperando y yo me cambio.

Me armo de valor y abro la puerta sonrojada hasta la medula.

—Hola —Un jadeo sale de él al darse cuenta de como voy vestida. Me detalla de pies a cabeza y noto que sus pupilas se oscurecen.

—Definitivamente, caí... —Susurra en voz ronca. Su perfume me llega de lleno y es un olor increíble.

>>Me vuelves loco —Dicho esto me atrae hacia él y me besa...

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