A la mañana siguiente Melissa despertó con un terrible dolor en la cadera, ya que Alessandro cumplido su palabra y no la soltó hasta altas horas de la madrugada… ciertamente la paso muy bien ya que era su primera vez teniendo una buena noche de sexo, pero ahora sufría las consecuencias de su decisión porque sentía un horrible dolor de cadera en esos momentos.

- ¿Te pasa algo? – le pregunto divertido Alessandro al ver que ella no se podía levantar de la cama.

- ¡Ah! te odio.

- Jaja, pero si tú lo querías – menciono burlón mirando que ella se sonrojaba de golpe – por eso adivine y te compre esto – hablo buscando moverse para tomar de la mesita de noche la pomada contra el dolor que habia comprado en la farmacia.

- ¿Qué es?

- Una crema contra los dolores porque imagine que acabarías así – indico divertido abriendo la crema y aprovechando que ella estaba boca abajo, le levanto un poco la blusa para empezar a untarle la crema y aplicarle un masaje.

- Sabes más bien parece que tú… ah…