Hola hola! Viene el rescate ¿Qué creen que sucederá? Los leo! Bso Kika
Dalila Había intentado lo más posible no llorar mientras él grababa el video pero había resultado imposible por más que yo quisiera. Sabía que esto iba a angustiar terriblemente a Lucas pero la situación era más fuerte que yo misma. No deja de preguntarme qué estaría pensando y sintiendo mi esposo en este momento y qué plan traería en mente para no caer en los pedidos y demandas de Ernest. Lucas era un hombre inteligente y buscaría una solución, pero igual tenía miedo. Ernest parecía muy satisfecho con el video, ya lo había enviado y yo sabía que mi esposo no iba a dejar de hablar con la policía, no iba a ceder así como así, menos con sus contactos con los detectives de la policía. —No te preocupes, querida Dalila, esto será más rápido de lo que pensamos... yo tendré mi dinero y me alejaré de estos hombres. Estos imbéciles creen que son mis dueños— decía él muy convencido, y a la vez odiando estar en manos de ellos. De repente, los de la mafia entraban al lugar.— Bien Smith… supo
LucasSe había desarrollado prácticamente una batalla campal en el galpón. Los hombres de la mafia se habían sorprendido, pero por muy poco tiempo y ya comenzaban a atacar. No iban a dejarse atrapar como cualquier cosa, sino que iban a luchar con todo lo que tenían. Salían y salían cada vez más hombres muy bien armados, mientras yo me escondía tras una de las paredes, intentando que no me dieran las balas. Tenía que llegar hasta ella, mi amor estaba aquí en esta lluvia de disparos, sola y desprotegida, no sabía si iba a ser prioridad para ellos mantenerla con vida en esta situación. —Manténgase en el suelo, señor Dantes, esto va a durar un rato —me decía el agente Martins mientras él continuaba como si nada. Afortunadamente, si los de la mafia estaban preparados, pues los del FBI no se quedaban atrás. Estaban muy organizados, y con seguridad disponían de varios recursos. —¡A los costados! ¡Ahora! ¡Equipo! ¡A mí! —gritaba el agente y yo los seguía. Ahora pensaba en que no sé si real
Dalila Parecía que todavía ha sido simplemente una pesadilla y cuando me desperté, casi podría jurar que nada de eso había existido. Me levantaba y estaba de nuevo en mi casa. Veía la ventana abierta, las decoraciones en mi habitación, el clóset, y hasta mi perrito Pippo echado a mi lado, ladrando emocionado una vez que me ve despierta. Ayer fue como un episodio que recuerdo de a poco. El techo se caía y Ernest no sobrevivía, al parecer mi esposo venía con gente del FBI y ellos se encargaron de todo. Parecían contentos de haber acabado con esta mafia y sin duda el mundo era ahora un poco más seguro gracias a eso. Y por supuesto mi mente estaba el momento en que Lucas me salvaba, había peleado fuertemente y finalmente nosotros habíamos ganado, pero era más que eso, ahora estábamos realmente tranquilos. —¿Me extrañaste mi pequeño? Yo te extrañé mucho— le decía y de repente recordaba cuando la encontré en la calle y él ladraba desesperado bajo la lluvia. Empezaba a recordar poco
Dalila —Me alegra tanto que todo haya salido bien amiga. Sé que ha sido una operación complicada, pero ahora no tendrás que estar dependiendo de tus medicamentos ni sufriendo más, tu corazón está ahora sano y salvo— decía yo viendo a mi amiga en el hospital. Me alegraba tanto de estar para ella en este momento. Celeste era una mujer que había sufrido y pasado por muchas cosas y con todo y eso siempre había encontrado el momento para ayudarme. Gracias al trabajo que había encontrado tenía un buen seguro y con una cirugía novedosa habían podido solucionar el problema en su corazón y ahora ella solo necesitaba recuperarse un poco. Lucas y yo nos habíamos encargado de que tuviera la mejor habitación y las mayores comodidades. Todo estaba lleno de flores y mensajes de buenos deseos, no le habíamos dicho todavía… pero nos íbamos a encargar de que ella estuviera muy bien y de que pudiera hacer lo que sea. Yo había insistido en que ella trabajara conmigo, pero como mi socia. Y cuando
Lucas —Por Dios si eres hermosa... —le decía viéndola sin poder evitarlo. Ella me miraba sonrojada mientras la veía salir con una gran toalla alrededor de su cuerpo, aunque de casualidad la cubría. Lo que la hacía aún más tentadora. —Es decir... siempre has sido muy hermosa para mí, pero... ahora estás tan voluptuosa y esas curvas me tienen loco Lila... —le decía acercándome, tomándola de la mano y ayudándola a secarse mientras sale de la ducha. —Siento que voy a explotar en cualquier momento... me alegro de que disfrutes, viéndome así tan... tan…— decía ella señalando sus curvas y yo juro que estaba a punto de babearme mientras la secaba y ayudaba a vestirse. Mi amor había tenido unos meses en donde se había sentido increíblemente cansada y también nerviosa. El embarazo le había pegado con antojos, dolores de espalda, mucho sueño y excesiva preocupación. Había sido difícil para mí verla tan ansiosa, pero yo tenía que ser un buen padre desde el inicio, así que mi único objetivo h
Lucas —¿Y bien? ¿Qué te parece tu casa? Te cuento que aquí vivió tu madre y tu abuelo hace mucho tiempo. Y aquí yo conocí también a tu madre… y jugábamos juntos en el jardín, ella ya me gustaba desde ese momento, por supuesto, y yo creía que ella también. Y jamás olvidé esa pequeña niña y volví por ella cuando fui grande. Estuvo conmigo en mi memoria siempre…yo sé que has visto que ella es una mujer muy hermosa... ya me di cuenta como no quieres alejarte de ella ni un segundo, y te entiendo perfectamente— le digo a mi pequeño hijo mientras él se ríe. Era un niño tranquilo, muy apegado a sus padres y que crecía rápidamente. Todos insistían en que era realmente precioso, a mí se me parecía a ella… aunque él tenía mis ojos. Y los ojos que eran de mi padre. Rob Angelo Dantes… mi hijo. Desde que Robbie había llegado a la casa, nuestra vida había cambiado totalmente. Yo me había negado a ser el tipo de padres que nada más juega la pelota con el niño y le cuenta algunas cosas Yo quería
Dalila—¿Era tal como la recuerdas? ¿Cumple con tus expectativas Señora Dantes?— me decía él sonriendo, y me abrazaba. —Creo que mucho mejor de lo que la recuerdo... y eso que tenemos momentos y recuerdos muy buenos aquí— decía recordando. No solo venía de pequeña, sino que también de adulta, con él… había tenido momentos hermosos. —Y siempre podemos crear nuevos y mejores... ¿No te parece? —decía él con una voz sensual mientras se inclinaba a besarme. Habíamos vuelto a los Hamptons después de mucho tiempo. Aquí habíamos estado juntos mientras hacíamos la parodia de que éramos una pareja hace ya meses por invitación de Carter. Pero también habíamos vuelto hace poco, una vez más para relajarnos. En ese momento yo no sabía que estaba embarazada, y luego del nacimiento de Robbie... todo había cambiado y nuestra vida se había centrado en él y ahora empezamos a decidir que queríamos como familia. Pasábamos más tiempo juntos y menos en la oficina. Más momentos junto a nuestros amigos y
Dalila Un año después —¿Cómo me veo? ¿Crees que necesite alguna cosa? —me preguntaba Celeste nerviosa frente al espejo. —Te ves hermosa Celeste... realmente hermosa. Benjamín se va a caer de rodillas o llorar cuando te vea, posiblemente ambas cosas— le decía yo y ambas nos reíamos. Había pasado ya más de un año desde que ella se había operado y de ese encuentro casual en la habitación del hospital. A su manera había sido un encuentro muy particular y a mí parecer, bastante romántico. Yo estuve ahí y vi el momento justo en que sus ojos se encontraron y brillaron. Algo dentro de mí en ese momento lo sabía, que estaba siendo testigo de un momento definitivo en sus vidas. —A veces no puedo creer que esto realmente haya sucedido. Yo te conocí y éramos amigas y después nos distanciamos y supe lo que te había pasado… y te había extrañado mucho Dalila. Luego te veía en ese evento y yo estaba en mi peor momento, no tenía dinero ni un buen trabajo y mi salud empeoraba y por momentos…pen