—No quiero pastel, tío. Comí mucha fruta, mejor quiero hablar por teléfono con mi papi~ —sonreía Cristal en su inocencia, sentada en una silla de la mesa de jardín. En la distancia Clara veía a los caballos que don Lino, había sacado a pasear por los espaciosos campos verdes de la villa. El cielo dorado de la tarde bañaba con su cálida luz el hermoso paisaje, y bajo las frondosas copas de los árboles que se mecían al compás de la fresca brisa, pequeños rayos de luz se filtraban hasta la mesa blanca. Marco Fiorentino, tomaba su café, el ambiente relajado contrastaba con las maquinaciones en su turbia mente. ¡Tenía que casarse pronto con Cassandra!, entre más rápido la mostrara a Angelo, más podía utilizarla de escudo mientras hacía caer a ese CEO en Miami, tanto mentalmente como económicamente. Cristal que dejó su pastel de lado, comenzó a tomarse la bebida frutal. Viendo cómo Cassandra se acercaba con Clara tomada de la mano. La gemela menor emocionada caminaba dando
—¿Enviaste detectives? —preguntó Antonio, sorprendido. En la vídeo llamada observándose donde dejó las pesas a un lado y tomó su teléfono móvil. —Por supuesto. Estamos hablando de mis hijos y de… —Angelo, hizo una pausa breve— de Cassandra —añadió con seriedad. —Angelo, si fueras Marco y tuvieras a Cassandra bajo tu control, ¿qué harías con ella? ¿Qué querrías obtener? —Antonio comenzó a cuestionarlo, mientras tomaba una botella de agua, la pantalla iluminando su rostro—. Eres su primo, vivieron bajo el mismo techo, se criaron juntos, ¿no? La mirada fría y calculadora de Angelo se posó en el desastre de documentos esparcido sobre la mesa. —No lo sé —exhaló, sosteniendo fotografías de esa mujer y un niño junto a Marco—. No siente amor por Cassandra, ni odio. Quizá su verdadero objetivo soy yo. Haría algo que crea que me lastimará. —¿Y qué podría herirte? No creo que sea capaz de hacerle daño a las gemelas o a Cassandra embarazada. —No. Él debe pensar que más que Cassandra o mis
—¿Entonces queda descartado que uses a la zorra de tu esposa? Bueno, pronto exesposa. —Aunque Madeline sepa todo, incluso si fue Marco quien le pidió ayudar a Cassandra, o quién sabe quién más… ¡NO LO HARÉ! ¡Prefiero irme a Italia y buscar hasta debajo de las piedras a mi mujer! Un silencio pesado se instaló entre los amigos, un momento interrumpido por la risa de Antonio. —Típico de ti, hermano, te gusta tomar los caminos largos y complicados, jaja. ¡No tienes remedio, Angelo! Por cierto, ¿qué has averiguado sobre el cómplice que ayudó a Marco a hundir a los Brenaman? Sabemos que tuvo que ser alguien poderoso en Miami. —Estoy revisando las listas de todos los contactos potenciales de Marco de los últimos cinco años. Tengo detectives investigando la quiebra de varios restaurantes de los Brenaman… Pero es complicado, demorará un tiempo. ……….. ✧✧✧ Florencia, Italia. ✧✧✧ Los ecos de arcadas resonaban en el interior del baño. Esa noche, Cassandra, usando una bata de dormir, se se
—¿Cómo sé que doña Emma Brenaman está muerta? —habló Marco Fiorentino—, Cassi. Realmente no lo sé, pero, ¿no te parece extraño?, en el mes y medio que viviste con Angelo, algo hubieras notado si ella estuviera viva y él tuviera salir y verla o comunicándose con alguien de manera sospechosa… Pero, nada de eso pasó. —¡ENTONCES NO SABES! ¡NO DIGAS QUE LOS DOS ESTÁN MUERTOS! —gritó Cassandra furiosa entre lágrimas. Marco sintió la ira arder en su interior, pero intentó mantener la calma. —Tienes razón. Hablé de más… Solo me duele, no quiero que te des falsas ilusiones, Cassi… Eres la única persona en el mundo en la que confío, y que significa tanto para mí —dijo él, su expresión de dolor, hacía parecer que estaba a punto de derramar lágrimas. ¡Cassandra se conmovió! "¿Qué estoy haciendo?, Marco me ha ayudado tanto y lo culpo, lo hiero…" Pensó ella con dolor en su corazón, acercándose nuevamente a ese hombre rubio y apoyando su mano en la mejilla de Marco con delicadeza. —E
En un salón de reuniones fuera del mismo club. Madeline se encontró con… Harold Montgomery. —Señora Fiorentino, ¡Oh, no! ¡Disculpe!, es cierto que está en proceso de divorcio. Ahora en todo Miami saben que regresa a ser la señorita Black. ¡Madeline frunció el ceño de inmediato ante la insolencia de ese hombre! —¡¿Qué quieres?! ¡No lo conozco! —alzó ella la voz con molestia, de inmediato clavó sus ojos grises en dirección a la puerta unos metros tras ella pensando en huir, pero dos grandes y fuertes guardaespaldas estaba de pie, impidiendo que tal acto se lleve a cabo. —Tome asiento, señorita Black —hizo Harold un gesto con su mano, indicando el sofá rojo cerca de donde él estaba. Madeline negó lentamente. —No. Estoy bien de pie, habla. Dime lo que tengas qué decirme y déjame ir. —Cassandra Brenaman se casará con el señor Marco Fiorentino —dijo siendo directo, a la vez que su expresión se tornaba fría. —Oh… Lo imaginé —susurró la mujer de cabellera corta casta
Cassandra sintió como si la hubieran golpeado en el estómago; una sensación asfixiante la dominó. "Prometidos… Sí, es como… esposos…" "Él no me exige y dice que no espera que yo le corresponda, pero eso no durará. Tarde o temprano querrá más de lo que puedo ofrecer y me exigirá…" Pensó la mujer, sumida en la tristeza. —Vamos al médico. En cuanto a la cita, no quiero ir… —¿No? ¿Por qué no, Cassi? Tengo una linda sorpresa para ti, que seguro te gustará mucho —sonrió Marco, una sonrisa triste que intentaba convencer a Cassandra. Ella lo miró fijamente, exhaló y desvió la mirada hacia la calle principal. "Volver a la villa solo me hará pensar en los días que tendré que soportar sin mis gemelas…" Pensó Cassandra, incómoda. —Está bien. Quiero ver cuál es esa sorpresa. …………. ✧✧✧ Miami, Estados Unidos. ✧✧✧ ¡BAM! Un disparo resonó en el salón reservado del club de tiro. Con la mirada fija en el blanco, un segundo disparo siguió. Las puertas se abrieron y Antonio Ro
✧✧✧ Media hora después, en la mansión Fiorentino. ✧✧✧ ¡CLANK! El sonido de la puerta resonó en la sala principal de la mansión. Sentada en un lujoso sofá de terciopelo, Madeline Black dirigió su mirada hacia los dos italianos. —Angelo~ te estaba esperando, mi amor —dijo ella, sonriendo con un tono agudo que incomodaba a su esposo. Él avanzó con pasos firmes y se detuvo frente a ella. Madeline levantó la mirada, enfrentando la fría mirada de su pronto exesposo. —No tengo tiempo que perder contigo, Madeline. Habla de una vez —dijo Angelo, su voz gélida haciendo que un escalofrío recorriera el cuerpo de la mujer. Sus penetrantes ojos azules la miraban con odio. Madeline tragó saliva, sintiendo la presión en su pecho. En ese momento, ella sacó un sobre de su bolso. —Primero, tengo un obsequio para ti, amor mío… —intentó sonar firme, aunque la presencia de él la hacía sentir que se ahogaba. Angelo le quitó el sobre con rapidez y lo extendió hacia un lado. Antonio, su amigo, entend
Los labios finos, la forma de su rostro, la nariz, el cuerpo… Esa mujer en las fotografías, definitivamente… ¡NO SE PARECÍA A EVELYN BLACK! "¿Se están burlando de mí? ¿Creen que soy un estúpido? ¡¿Cómo podría ser ella?!" Angelo tragó en seco, su corazón latiendo descontrolado como si quisiera escapar de su pecho. De repente, la mano de Antonio se apoyó en su hombro y lo devolvió a la realidad. Antonio Rossi se inclinó hacia él. —¿Qué te dijo? ¿Por qué revisas las fotos con tanta atención? Angelo miró a su amigo, incapaz de articular una palabra. —¡Angelo! ¡¿Qué te dijo?! —gritó Antonio, preocupado por el estado de su amigo. —Evy… Dijo que es… Evelyn —susurró Angelo, sin poder creer lo que escuchaba o lo que había pronunciado. ¡Antonio frunció el ceño! —¡AL CARAJO! ¡¿CÓMO PUEDE SER ELLA?! ¡ESTÁ MUERTA, ANGELO! Madeline se quedó paralizada al escuchar la conversación entre los hombres. No podía creerlo. ¡No podía terminar así! ¿Fue utilizada por Harold Montgomery? ¿Ese m