—Señorita. ¿Está segura que hizo bien?, si el señor Fiorentino se entera… ¿No le será imposible recuperarlo? —preguntó el guardaespaldas de Madeline que trabaja para los Black. La mujer sentada en el sillón trasero del automóvil oscuro, iba con su mirada gris fija en la ciudad nocturna. Sus brazos cruzados, su expresión llena de frustración. ¿Qué más podía hacer? ¡No quería perder al hombre por el que había luchado tanto!, al menos… Así lo veía ella. —No lo entenderías Christian. Esta mañana firmé los papeles del divorcio. —¿Por qué lo hizo si no quiere perderlo? —¡AMENAZÓ A MI FAMILIA! —gritó Madeline con voz temblorosa—. Si no lo hacía, era cuestión de algunos meses para que estemos mendigando, si es que mis padres no me mataban primero… —susurró eso último rencorosa. Madeline no pudo evitar recordar el momento en el que Angelo hablo con ella. …………. [ —Escucha bien. Esto es lo que harás. Firmarás el divorcio sin rechistar, te largarás con tu familia. Y espero no vo
✧✧✧ En la actualidad. ✧✧✧ Al día siguiente. En la mansión del CEO Fiorentino. —¿Qué es esto? —preguntó Angelo fríamente, al ver el sobre que su amigo, Antonio Rossi, dejó sobre su escritorio. —No quería decirte, hasta confirmar con más pruebas. —¿Confirmar qué? —¡Solo abre el maldito sobre, hermano! —se dejó caer Antonio en una de las sillas acolchadas frente al escritorio del CEO Fiorentino. Angelo exhaló con molestia, comenzando a abrir el sobre. —Estoy muy ocupado ahorita para tus juegos, Antonio. Apreciaría si fueras más directo y… —él hizo una pausa, sus ojos abriéndose de par en par, al ver las fotografías. ¡MARCO CON UNA MUJER Y UN NIÑO! —¿Qué demonios…? —susurró notando el exagerado parecido del niño en sus cuatro años con Marco. —Creo que tiene hijo y mujer. Pero la mujer ha de ser una m@ldita loca que sabe todo lo que hace y lo apoya. Aunque, claro está con esas gafas y es sombrero tan estúpido no se nota bien su rostro… Investigué y no está casado c
—No quiero pastel, tío. Comí mucha fruta, mejor quiero hablar por teléfono con mi papi~ —sonreía Cristal en su inocencia, sentada en una silla de la mesa de jardín. En la distancia Clara veía a los caballos que don Lino, había sacado a pasear por los espaciosos campos verdes de la villa. El cielo dorado de la tarde bañaba con su cálida luz el hermoso paisaje, y bajo las frondosas copas de los árboles que se mecían al compás de la fresca brisa, pequeños rayos de luz se filtraban hasta la mesa blanca. Marco Fiorentino, tomaba su café, el ambiente relajado contrastaba con las maquinaciones en su turbia mente. ¡Tenía que casarse pronto con Cassandra!, entre más rápido la mostrara a Angelo, más podía utilizarla de escudo mientras hacía caer a ese CEO en Miami, tanto mentalmente como económicamente. Cristal que dejó su pastel de lado, comenzó a tomarse la bebida frutal. Viendo cómo Cassandra se acercaba con Clara tomada de la mano. La gemela menor emocionada caminaba dando
—¿Enviaste detectives? —preguntó Antonio, sorprendido. En la vídeo llamada observándose donde dejó las pesas a un lado y tomó su teléfono móvil. —Por supuesto. Estamos hablando de mis hijos y de… —Angelo, hizo una pausa breve— de Cassandra —añadió con seriedad. —Angelo, si fueras Marco y tuvieras a Cassandra bajo tu control, ¿qué harías con ella? ¿Qué querrías obtener? —Antonio comenzó a cuestionarlo, mientras tomaba una botella de agua, la pantalla iluminando su rostro—. Eres su primo, vivieron bajo el mismo techo, se criaron juntos, ¿no? La mirada fría y calculadora de Angelo se posó en el desastre de documentos esparcido sobre la mesa. —No lo sé —exhaló, sosteniendo fotografías de esa mujer y un niño junto a Marco—. No siente amor por Cassandra, ni odio. Quizá su verdadero objetivo soy yo. Haría algo que crea que me lastimará. —¿Y qué podría herirte? No creo que sea capaz de hacerle daño a las gemelas o a Cassandra embarazada. —No. Él debe pensar que más que Cassandra o mis
—¿Entonces queda descartado que uses a la zorra de tu esposa? Bueno, pronto exesposa. —Aunque Madeline sepa todo, incluso si fue Marco quien le pidió ayudar a Cassandra, o quién sabe quién más… ¡NO LO HARÉ! ¡Prefiero irme a Italia y buscar hasta debajo de las piedras a mi mujer! Un silencio pesado se instaló entre los amigos, un momento interrumpido por la risa de Antonio. —Típico de ti, hermano, te gusta tomar los caminos largos y complicados, jaja. ¡No tienes remedio, Angelo! Por cierto, ¿qué has averiguado sobre el cómplice que ayudó a Marco a hundir a los Brenaman? Sabemos que tuvo que ser alguien poderoso en Miami. —Estoy revisando las listas de todos los contactos potenciales de Marco de los últimos cinco años. Tengo detectives investigando la quiebra de varios restaurantes de los Brenaman… Pero es complicado, demorará un tiempo. ……….. ✧✧✧ Florencia, Italia. ✧✧✧ Los ecos de arcadas resonaban en el interior del baño. Esa noche, Cassandra, usando una bata de dormir, se se
—¿Cómo sé que doña Emma Brenaman está muerta? —habló Marco Fiorentino—, Cassi. Realmente no lo sé, pero, ¿no te parece extraño?, en el mes y medio que viviste con Angelo, algo hubieras notado si ella estuviera viva y él tuviera salir y verla o comunicándose con alguien de manera sospechosa… Pero, nada de eso pasó. —¡ENTONCES NO SABES! ¡NO DIGAS QUE LOS DOS ESTÁN MUERTOS! —gritó Cassandra furiosa entre lágrimas. Marco sintió la ira arder en su interior, pero intentó mantener la calma. —Tienes razón. Hablé de más… Solo me duele, no quiero que te des falsas ilusiones, Cassi… Eres la única persona en el mundo en la que confío, y que significa tanto para mí —dijo él, su expresión de dolor, hacía parecer que estaba a punto de derramar lágrimas. ¡Cassandra se conmovió! "¿Qué estoy haciendo?, Marco me ha ayudado tanto y lo culpo, lo hiero…" Pensó ella con dolor en su corazón, acercándose nuevamente a ese hombre rubio y apoyando su mano en la mejilla de Marco con delicadeza. —E
En un salón de reuniones fuera del mismo club. Madeline se encontró con… Harold Montgomery. —Señora Fiorentino, ¡Oh, no! ¡Disculpe!, es cierto que está en proceso de divorcio. Ahora en todo Miami saben que regresa a ser la señorita Black. ¡Madeline frunció el ceño de inmediato ante la insolencia de ese hombre! —¡¿Qué quieres?! ¡No lo conozco! —alzó ella la voz con molestia, de inmediato clavó sus ojos grises en dirección a la puerta unos metros tras ella pensando en huir, pero dos grandes y fuertes guardaespaldas estaba de pie, impidiendo que tal acto se lleve a cabo. —Tome asiento, señorita Black —hizo Harold un gesto con su mano, indicando el sofá rojo cerca de donde él estaba. Madeline negó lentamente. —No. Estoy bien de pie, habla. Dime lo que tengas qué decirme y déjame ir. —Cassandra Brenaman se casará con el señor Marco Fiorentino —dijo siendo directo, a la vez que su expresión se tornaba fría. —Oh… Lo imaginé —susurró la mujer de cabellera corta casta
Cassandra sintió como si la hubieran golpeado en el estómago; una sensación asfixiante la dominó. "Prometidos… Sí, es como… esposos…" "Él no me exige y dice que no espera que yo le corresponda, pero eso no durará. Tarde o temprano querrá más de lo que puedo ofrecer y me exigirá…" Pensó la mujer, sumida en la tristeza. —Vamos al médico. En cuanto a la cita, no quiero ir… —¿No? ¿Por qué no, Cassi? Tengo una linda sorpresa para ti, que seguro te gustará mucho —sonrió Marco, una sonrisa triste que intentaba convencer a Cassandra. Ella lo miró fijamente, exhaló y desvió la mirada hacia la calle principal. "Volver a la villa solo me hará pensar en los días que tendré que soportar sin mis gemelas…" Pensó Cassandra, incómoda. —Está bien. Quiero ver cuál es esa sorpresa. …………. ✧✧✧ Miami, Estados Unidos. ✧✧✧ ¡BAM! Un disparo resonó en el salón reservado del club de tiro. Con la mirada fija en el blanco, un segundo disparo siguió. Las puertas se abrieron y Antonio Ro