“Ah cierto, el perfume que le habías pedido, ¿acaso es un producto nuevo? Nunca he oído hablar de ese perfume”. Wesley Parker era un perfumista de renombre mundial, pero su hija no sabía nada de perfumes. Como Lisa solía decir, ella no tenía talento para ello, y tampoco le interesaba. Lily sonrió. “No, no es un producto nuevo, sino antiguo. Es tan antiguo que básicamente ya no existe”.“¿Eh? Entonces, ¿no le estás dando una tarea imposible?”. Lisa se sorprendió ante la petición de Lily.“Mmm... no es tan difícil si se esfuerza lo suficiente, pero...”. Lily sonrió misteriosamente. Esta fragancia era el primer perfume que Roseroot había inventado hacía cien años, lo que significaba mucho para el país. Incluso estaba envasado en un frasco muy exquisito. Este perfume ya no estaba disponible en ningún lugar del mercado, y los dos únicos frascos que quedaban se exponían en un museo de Roseroot. Se consideraban antigüedades con un valor incalculable, y era imposible conseguir una botel
De vuelta en el hotel, Giselle, que tenía unos documentos y un bolígrafo en mano, estaba esperando a Lily como si estuviera a punto de asistir a una reunión.Sintiéndose culpable por haber cenado sola y no haber traído nada para Giselle, Lily abrió la puerta de buena gana y la dejó pasar. “Hola, Giselle. ¿Ya cenaste? ¿Quieres que te pida algo del servicio a la habitación?”.Compartir una comida siempre aliviaba el ambiente de una reunión. Por desgracia, Giselle rechazó la oferta de Lily. “Gracias, pero estoy bien. Ya cené. Vayamos directamente al grano”.Lily se sirvió un vaso de agua y bebió un gran trago. “De acuerdo, adelante. ¿Qué crees que deberíamos hacer?”. Lily sabía que su asistente tenía sus propios planes que quería proponer.Giselle se había encerrado en su habitación toda la tarde después de regresar, y luego había venido a buscar a Lily a toda prisa, así que era evidente que tenía una nueva idea que compartir con ella.“Lo he discutido con la empresa, y hemos llegado
Tarde por la noche, en la habitación del hotel, Melanie acababa de colgar el teléfono cuando alguien llamó a su puerta. Frunciendo el ceño, se levantó y la abrió. Frank estaba apoyado en el marco de la puerta con una botella en su mano. Curvó sus labios en una sonrisa maliciosa y la miró.“¿Qué haces aquí?”. Melanie estaba muy impaciente y no tenía intención de dejarlo entrar. “Ya es muy tarde. Estaba a punto de irme a dormir”.“¡Deja de fingir!”. Frank empujó la puerta con fuerza.Melanie no pudo enfrentarse a su fuerza, así que solo pudo retroceder dos pasos y observar cómo el hombre borracho entraba en su habitación, antes de darse la vuelta y cerrar la puerta.“Frank, no olvides por qué estamos aquí. ¡Mira lo que estás haciendo ahora!”. Ella se distanció deliberadamente de él, lo miró y le habló con frialdad.“¿Para qué crees que estamos aquí?”, dijo Frank con una risita. “Tú querías venir aquí y yo te traje. Pero aún no me has dado lo que quiero. ¿Tal vez deberías pagarme alg
Cuando Melanie salió del baño, esbozó una sonrisa falsa.Frank también se había despertado, y se dio la vuelta para mirarla. Tenía los ojos claros en ese momento, completamente distintos a los de la noche anterior.“¿Ya estás despierto?”. Melanie sonrió coquetamente y se sentó en el sofá junto a la cama, envuelta en una toalla de baño. “Entonces, ¿podemos hablar de negocios?”.“¿Qué ocurre?”. Frank apoyó la cabeza en una de sus manos y preguntó con calma mientras se giraba para mirar a Melanie.“La competencia va a empezar hoy. ¿Qué vas a hacer?”. Melanie cruzó sus piernas mientras esperaba su respuesta.“¿Eh?”. Frank no entendía. Melanie tuvo que decírselo explícitamente. Se inclinó hacia adelante y dijo: “Quiero conseguir el primer premio del concurso de perfumería”.Solo ganando el primer premio sería reconocida por Wesley Parker, y a su vez, solo así sería conocida internacionalmente. Era una oportunidad que no podía dejar pasar.Los ojos de Frank tenían un destello de fas
“¿Mandaste a que me investigaran?”. Frank sacó un cigarrillo de su bolsillo, lo encendió y se quedó de pie con un destello sospechoso en sus ojos. “Sí, pero no te preocupes, no te haré nada. Después de todo, estamos en el mismo barco. Además, tus intereses y los míos están alineados, ¿verdad?”. Ella seguía sonriendo mientras decía eso, luciendo tan amable como siempre.“¿Qué es lo que quieres?”. Frank sabía que ella debía tener otras intenciones al contarle todo esto. “Veré lo que puedo hacer, pero cualquier cosa, excepto el primer premio del concurso de perfumería. No tengo tanto poder”.“¿Quién dice que no lo tienes?”. Melanie se levantó y se apoyó en él, diciendo en voz baja: “Oí que durante la competencia del año pasado, todos estaban seguros de que otro perfumista ganaría, pero al final ganaste tú. Aunque sospechaban que habías hecho trampa, nadie tenía pruebas”.Frank dio otra calada a su cigarrillo con un rostro sombrío y no dijo ninguna palabra.“Por eso creo que tienes e
Frank preguntó con sospecha: “¿Qué quieres decir?”. Melanie sonrió, pero su desdén era evidente en sus ojos. “¿No tienes algo que te hace muy feliz? Puedes compartir ese algo con ella, ¿no?. Una vez que esté contenta, de seguro se volvería adicta a ello y ya no podría dejarte, ¿verdad?”.Frank entendió inmediatamente lo que insinuaba. Le dio una palmadita en el hombro y asintió.“¡El corazón de una mujer es realmente la cosa más venenosa del mundo! ¿Por qué no te doy una probadita y dejo que te pongas feliz conmigo?”, le preguntó él con una sonrisa y bajó la cabeza para besarle los labios.Melanie se apresuró a esquivarlo y le dijo: “¡Estoy hablando en serio, pero aquí estás haciendo chistes! Ese algo es muy valioso. Será mejor que lo guardes para que Lily lo disfrute”.Frank enarcó las cejas y desistió en obligarla, ya que le había dado una nueva idea. Se sentó, deshizo su mirada burlona y preguntó seriamente: “Si es así, ¿qué deberíamos hacer?”....Alexander se despertó con
Alexander miró el coche de Brittany estacionado a un lado de la carretera. “Voy a la oficina. ¿Por qué no vienes conmigo?”. Él sabía que ella preferiría utilizar su propio vehículo y que no irían juntos. Inesperadamente, ella se dirigió al lado del pasajero del coche, abrió la puerta y se sentó apenas oyó sus palabras, abrumada por la alegría. “¡Está bien, vamos!”.“¿…Qué hay de tu coche?”, preguntó Alexander.“¿A quién le importa? ¡Déjalo ahí! Volveré contigo por la tarde y me lo llevaré de vuelta”.‘¡Dios mío!’. Ella aplaudió con felicidad, pensando en cómo estaba en el mismo coche que Alexander.“Es probable que se lo lleve la grúa antes de que volvamos en la noche”, dijo Alexander con impotencia.“Pues que así sea. Incluso si se lo lleva la grúa, puedo hacer que alguien lo vaya a buscar. ¿Qué te gusta comer, Alex? No sé si tus gustos han cambiado, así que compré varias cosas. Puedes escoger por ti mismo lo que quieres comer”. Después de terminar de hablar, le entregó la bols
Las cosas no estaban yendo de acuerdo a los planes de Brittany. Alexander terminó de comer su desayuno rápidamente, lo que no era lo que Brittany pensaba que ocurriría; imaginó que ambos se quedarían sentados uno frente al otro, charlando mientras desayunaban. Él solo se comió un emparedado y tomó una taza de café antes de volver a su escritorio y encender su computadora.Alexander fijó la mirada en el monitor inmediatamente después de desayunar. Después de dar unos cuantos bocados a la comida, que le supo insípida porque no su mente estaba en otro lugar, Brittany no pudo quedarse sentada y guardó su desayuno antes de acercarse a él. “Alex, ¿no ves que estoy aquí?”.Alexander la miró antes de volver a desviar su mirada hacia la pantalla de su computadora. “¿Qué quieres?”.“¿Acaso me odias?”, volvió a preguntar Brittany, haciendo un puchero.“No”.“¿Entonces por qué me ignoras?”.“Estoy trabajando”.“¡Estás mintiendo! Solo no quieres hablar conmigo. ¿De verdad estás tan ocupado q