A estas alturas, Nathaniel no podía sentir la más mínima lástima por ella.

En retrospectiva, debería haber sospechado que ella intentaba deshacerse del bebé y haber enviado a alguien a investigar antes, pero no lo hizo. Nunca imaginó que ella quería abortar desde el principio.

Nathaniel incluso llegó a pensar en su futuro y en vivir una buena vida con ella, pero ella era desalmada, lo que la hacía una inútil.

“Ya estoy siendo bastante amable al no pedirte que te vayas de la Corporación MN. Por supuesto, la empresa participará en el concurso anual, pero si vas será solamente en representación de la compañía, no de ti como perfumista. Solo puedes aceptar el premio como representante, y eso es lo mejor que puedo hacer por ti”.

“¡No, no!”. Melanie no podía aceptarlo.

Hizo un trato consigo misma para la competencia y para elevarse a un nivel superior.

Sus sentimientos y todo estaba sobre la mesa, y la apuesta seguía en pie. ¿Cómo iba a renunciar a su futuro?

“¡No pue