“¡Suéltala!”. La cara de Nathaniel se tornó fea.

“¡No hay necesidad de ser tan serio!”. Frank quería retarlo. Se acercó a la cara de Melanie e intentó besarla.

Al ver esto, Nathaniel no pudo contenerse más y se abalanzó sobre Frank para pelear de nuevo.

Sin embargo, Melanie lo agarró. “¡Suficiente! ¡¿Quieres crear un alboroto para que venga el guardia y todo el mundo se entere de lo que ha pasado aquí, Nate?!”.

Melanie sonaba virtuosa, como si no hubiera tenido un comportamiento indecente hace un rato. Aun así, sus comentarios hicieron que Nathaniel dejara de hacer lo que estaba haciendo. Se sentiría avergonzado si los demás se enteraban de esto.

“¡Fuera! ¡Fuera de aquí!”. Él señaló con el dedo hacia el exterior.

Melanie le hizo un gesto a Frank, pero él no se movió. Frank permaneció en el mismo sitio, aparentando no tomárselo en serio. A pesar de su sonrisa, sus ojos delataban su desprecio.

Melanie frunció el ceño y siguió haciéndole gestos con los ojos. Estaba ansiosa, ya que