Cuando Luna y Bonnie llegaron al centro comercial, Jason ya estaba parado en la entrada con un enorme ramo de rosas.

Luna no había visto a Jason desde hace casi un mes.

En aquel entonces, cuando ellos estaban en Ciudad del Mar, Jason vestía un anorak azul oscuro, y lucía una barba oscura en la cara, la cual lo hacía ver malicioso y taimado.

Pero ahora, Jason, quien estaba gozando de buena fortuna al aprovecharse de Bonnie, vestía un traje blanquecino, y se veía impecable y galante.

El ramo de rosas en sus brazos era enorme. Parecía que traía unos 99 tallos de rosas.

La calidad y la cantidad de las flores no era algo que Jason, alguien que constantemente tenía problemas de dinero dinero, pudiera conseguir fácilmente.

Luna terminó deduciendo que las rosas que Jason compró para Bonnie habían sido compradas con el dinero de ella misma.

Ante ese pensamiento, Luna miró a Bonnie y dijo: “Bajemos”.

Todavía en el coche, Bonnie miró a Jason abrazando el ramo de rosas. La primera emoción