Jason se rió a carcajadas.

“Toda la ciudad sabe que Bonnie y yo nos casaremos. ¿Crees que podría casarme con Bonnie si mi esposa no estuviera de acuerdo?”.

Luna se quedó en silencio por un rato, y después se rió.

“Tienes razón. Dios los cría y ellos se juntan. Naturalmente, tu esposa tampoco tiene muchos principios”.

“¿Principios? ¿Qué son esos?”. Jason resopló con frialdad y cruzó los brazos alrededor de su pecho. “Estoy seguro de que tú tienes principios, pero ¿crees que estás viviendo mejor que nosotros en este momento?”.

Las palabras de Jason fueron como un cuchillo apuñalando violentamente al corazón de Luna.

Si. Ella tenía sus principios, pero ¿acaso estaba viviendo más plenamente que alguna otra persona?

Dos de sus cuatro hijos estaban muertos. Y en cuanto a los vivos, uno de ellos tenía una enfermedad terminal y la otra estaba traumatizada.

En cambio, las personas que la lastimaron estaban viviendo libres de preocupaciones.

Una ola de odio la abrumó. ¡Quería abalanzars