La habitación quedó en silencio durante unos segundos.

Joshua levantó la cabeza y miró a Luna. “Jason no tiene nada que ver conmigo”.

Luna se rió. ¿Él todavía tenía la intención de seguir fingiendo, incluso a estas alturas?

¿Nada que ver con él, dijo?

“Si él no tuvo nada que ver contigo, ¿cómo se salió del manicomio?”.

Luna miró a Joshua con frialdad, su sonrisa empapada de burla.

“¡No me digas que una persona que tú mismo encerraste podría salir del manicomio sin tu aprobación!”.

Joshua frunció el ceño. “Él podría haber escapado”.

Ha pasado un mes desde ese oscuro día.

Luna estuvo inconsciente todo ese tiempo. Una vez que Joshua se aseguró de que Luna ya no estaba en peligro, comenzó a ocuparse de los tres niños.

Se ocupó del funeral de Neil, ayudó a Nellie a conseguir un psicólogo para las sesiones de terapia, y luego fue con Malcolm a ver a Nigel y lo llevó de vuelta a Ciudad Banyan. Consiguió a los mejores especialistas del mundo para tratar a Nigel.

En ningún momento se