Luna no tenía excusa para rechazar la oferta de Joshua. Ella dejó escapar un suspiro, se agachó y se montó en la espalda de Joshua.

Lucas presenció con sus propios ojos la forma en que los movimientos de Joshua se volvieron suaves mientras él se enderezaba con Luna sobre su espalda.

Joshua nunca había actuado con tanta delicadeza hacia nadie, ya fuera Alice o Fiona.

Cargando a Luna en su espalda, Joshua comenzó a subir la pendiente. Él se aferró a Luna con cuidado durante los pocos kilómetros de recorrido y no se atrevió a dar un solo traspié.

Incluso después de que Lucas, Zach y Yuri comenzaran a cansarse, Joshua siguió adelante con pasos firmes.

Luna noto que el resto había disminuido la velocidad y no pudo evitar preguntar: "Joshua, ¿por qué no me bajas? Puedo caminar sola un rato".

Los charcos de agua eran menos profundos cuanto más se acercaban al pueblo, así que aunque ella caminara sola, el agua sucia no se filtraría en sus heridas.

Como Lucas y el resto ya estaban ag