Carlota Rodríguez
—¿Dónde está mi madre? — llego como torbellino a la clínica y le pregunto a Sr Thompson al verlo, bastante alterada — ¿Qué fue lo que pasó? —La están atendiendo, no hubo heridas graves… —¿¿Heridas?? — Busco a lo lados a ver si la veo, quiero llorar —¿Qué carajos fue lo que ocurrió? Suspira y pasa la mano por si rostro — La madre del niño se coló en la casa, violando la seguridad, tuvieron un altercado aparentemente ya que se quiso llevar a Mathias y tú madre se interpuso, estaba cerca de las escaleras y se cayo. —Esa maldita desquiciada — joder, que mi madre se pone también a meterse en lo que no debe, de pronto pienso en el bebé — ¿Y Mathias? ¿Cómo está Mathias? ¿Se lo llevó? —El está bien, la seguridad intervino y la lograron detener, ahora se encuentra a cargo de mi padre y su esposa, Irina está detenida. Paso las manos por mi cara — Gracias a Dios, ahora quiero ver a mi madre, por favor dime dónde está. —Esta en urgencias, la están revisando, solo fueron una par de escalones, lo más grave fue una torcedura en su brazo derecho… —Buenas tarde, Familia de la señora Carla Rodríguez. —¡Yo! Yo soy su hija — Salto de inmediato al Doctor que acaba de aparecer. —Ya puede pasar a verla, la señora tuvo una torcedura de tercer grado en la muñeca derecha y una par de golpes sin mayor impacto en el área abdominal y pierna derecha — Suspiro de alivio — Debe guardar reposo quince días, la muñeca no debe hacer fuerza, tratar de usarla o alzar el mínimo peso, Ya tiene el alta y se puede retirar a guardar su reposo en casa, le diré a enfermería que vaya por ella con todo en orden. —Esta bien Doctor, así se hará, muchas gracias ¿Dónde se encuentra ahora? —Habitación 212 — Le agradezco de nuevo y salgo para allá. El sr Gregor se queda hablando con el , así que los dejos a ambos atrás. —¡Mama! — grito apenas abro la puerta y corro para abrazarla — Joder, como se te ocurre estar cayendo por las escaleras… no estás en edad para estar peleando cuerpo a cuerpo con nadie! ¿¿Cómo se te ocurre?? —Hacia mi trabajo Lota, ella quería secuestrar al niño, no iba dejar que lo hiciera. —Esa Loca… ¿Cómo te sientes? ¿Te duele mucho? —No hija, me dieron analgésicos y además me colocaron pomada y ahorita estoy tranquila. —Ya tienes el alta, ya vienen por ti, así que iremos a casa para que descanses. —No puedo irme a casa hija, debo cuidar a Mathias, sabes que soy la única que ha estado con el desde que nació… —Pero mamá… el doctor dijo que debías guardar reposo, no puede hacer fuerza con la mano derecha. —No se preocupe señora Carla, buscaré a alguien que se haga cargo mientras usted se recupera — me sobresalto ante la voz de Mr Thompson. —Lota, ya tu estás de vacaciones, podrías ayudarme, además Mathias se lleva muy bien contigo… Si usted está de acuerdo Sr Thompson. Me quedo en Stan by, me encanta Mathias, Pero no estaba en mis planes pasar vacaciones cuidando a un bebé, además, si esa señora llega ver qué estoy en casa de su ex, va querer confirmar algo que no existe y no porque yo no quiera que conste. —Por supuesto, yo no tengo problemas — dice el desde la puerta. Veo a mi madre, tenía planes para estás tres semanas, dormir hasta tarde, comer como cerda, escuchar música a todo volumen, y lo más importante, leerme una decena de libros que tengo en mi biblioteca, los compré iniciando el semestre y aún no he tenido oportunidad de leer ninguno. —Lo haré, Pero con una condición, que te quedes en casa descansando, yo soy capaz de cuidar al bebé, se cómo eres y estando allí, no vas a guardar reposo como el doctor dijo, además se que la vecina estará feliz de ayudarte mientras yo no estoy. —No se Carlota… — dice mi madre dudando. —Eso o nada — digo. —Por mi está bien — Dice papito delicioso y yo sonrío, Pero disimulo cuando mi madre achica los ojos viéndome, suspira y asiente. —Esta bien… aunque en lo que me sienta mejor me daré una vuelta para ver qué todo vaya bien con el niño. Sonrío. La enfermera llega con una silla de rueda y salimos. El sr Gregor se encarga de trasladarnos hasta nuestra casa, yo debo buscar las cosas que necesitaré mientras cuido al bebé, mientras mi mamá me da todas las indicaciones y yo voy anotando. Que es lo que más le gusta, horarios de comida solida, teteros, paseo matutino en el jardín, baño matutino, baño nocturno antes de dormir, juguete favorito, y un montón de cosas, su padre va atento también, creo que nos va educando a ambos. Me causa gracia que mi madre me acompañe a mi habitación a recoger mis cosas, su jefe delicioso se queda en la acera frente a nuestra casa. —Carlota, te vas a portar decente, no quiero que estés inventando cosas. —Ay mamá! No te preocupes por mi — le digo pícara, elijo una panty de encaje en color rojo y se la muestro mientras muevo mis ojos — preocúpate por tu futuro yerno. —¡Carlota! — me carcajeo. —Ya mamá, no te preocupes, sabes que como soy, alguien decente, voy a cuidar a Mathias, eso es lo que haré, relax bebé, relax. —El se Thompson no es alguien que se preste para jueguitos de crías — giro los ojos, me veo joven, pero tengo veintiuno, el tiene veinticinco, tampoco es que sea un viejo verde, y esta mas bueno que el pan. —Mama por Dios! La idea fue tuya, deja el estrés o hago que busque otra niñera y se acabó. Me coloco las manos en la cintura, ella suspira. —Tienes razón, confiaré en ti, mira que no puedo perder este trabajo, sigue arreglando tus cosas, veré que le ofrezco de tomar al se Thompson mientras espera. Sonrío en cuanto sale. Guardo buena ropa, Pero también todas las cosas picardiosas que tengo, no soy de tener mucho, puesto que con mi ex solo lo hicimos una vez y lo descubrí, terminamos justo después de que me desvirgara. Son dos semanas, allá podré lavar y reutilizar algunas cosas, guarde mis artículos personales que son bastantes, ya que llevo una rutina de skin care, impecable para mí piel para que luzca como lo hace. Tersa, limpia y radiante. Me despido de mi madre con un abrazo y parto de allí, con un par de metas, cuidar lo mejor posible a Mathias y conquistar al Sr Thompson, así sea por una noche.Gregor Thompson Disimulo viendo a la chica que se baja de mi camioneta, tiene unos jeans anchos con bolsillos y una blusa corta que su ombligo, su cabello es una maraña en la cima, aunque no se ve mal, toma su maleta y me ve esperando que le diga algo. Rasco mis cejas, mi padre aparece con Mathias en brazos y su esposa al lado. Observa a la joven que me acompaña, es mi hijo quien rompe lo incómodo del momento, ya que al verla alza sus bracitos hacia ella. —Buenas tardes — saluda antes de acercarse a mi hijo — Hola pequeño bebé travieso — le dice con voz dulce.Tomo a maleta para ayudarle mientras lo carga en brazos. —Hola Papá, Hola Maritza, ella será la niñera de Mathias mientras la señora Carla está de reposo.—¿Cómo conoces a Mathias? — pregunta mi padre. —Soy la hija de Carla, la persona que se encarga de el, lo he visto muchas veces antes, ¿Verdad bebé hermoso? El le muestra una sonrisa con sus encías solo con un par de dientes en ellos. —Me parece bien que se encargue del
Carlota Rodríguez Mathias es una bendición, durmió toda la noche, cuando me desperté eran las siete de la mañana, así que pude recuperar bastante sueño de mi noche de rumba. Lo primero que hago es cambiar su pañal y bajo a la cocina a prepararle un tetero.Me encanta que me sonría apenas me vea, es idéntico a su padre, por lo menos eso hizo bien su madre, no entiendo cómo alguien no puede querer a alguien tan perfecto como este ser, es tan inocente.. y más viniendo de ella. De verdad son cosas que no se pueden entender de algunos seres humanos.Yo solo me cepillo y medio acomodo mi cabello, bajo con mi pijama de gatitos, que es solo una blusa de tirantes y un shorts que me queda a medio muslo. El bebé se come todo.—Eres un bebé muy bien portado — le digo con voz cariñosa — Te voy a cambiar y ponerte muy guapo para que salgamos a tomar sol en el jardín. —Buenos días — me sobresalto ante la voz gruesa — mi cejas se alzan al ver al padre del niño, se nota que acaba de llegar y a mi
Carlota Rodríguez Amo el nuevo hogar de Mathias, es elegante, tiene una vista estupenda, y a pesar de ser un apartamento, tiene sus áreas recreativas, ayudo acomodar las cosas en su nueva habitación mientras el duerme plácidamente en su nueva cuna. Antes de salir de su antigua casa, me cambie el shorts por un vestido, es estilo veraniego, rojo con pequeñas flores blancas y combine con una sandalias planas estilo romano en marrón, no es lo más cómodo para una mudanza, Pero si lo más fresco, me rehusó a usar algo que me genere más calor de la que hay. A mí jefe no le causo mucha gracia, ya que pude escuchar claramente su gruñido insatisfecho por la ropa que elegí, hice como que la no escuche nada y seguí en lo mío. Su amigo se despidió rápido y con cara sería, no como cuando me vio en la casa, que fue todo sonrisas. Aprovecho la siesta del bebé para darme un paseo, hay algunas personas en las habitaciones organizando, me gusta, no es gigante, es grande, los espacios son cómodos.—¿
Gregor Thompson La vista se me va detrás de su trasero, no puedo evitarlo, Mathias se acerca con sus manitas en los ojos, así que lo coloco sobre mi pecho.Necesito que la señora Carla regrese pronto, además iré a visitar de nuevo dulce infierno, últimamente siento demasiada tensión, las piernas, sus pechos llenos me atraen, pero esos ojos verdes, con esa mirada pícara y desobediente me mata. “No es una buena idea, solo perdería a la mujer que cuida a mi hijo desde que nació y ella hace un trabajo excelente, aunque no puedo decir nada malo del trabajo de Carlota”Lo malo es que me atrae… Cuando aparece su sonrisa tierna al verme, me remueve por dentro… Comienza a recoger y yo me levanto para llevar a mi hijo a su habitación, lo dejo en su cuna, reviso que no haya mosquitos, y apagó la luz, escucho a Carlota en la cocina, decirle que se quite el puto vestido que trae solo hará que se coloque algo peor. Paso la mano por mi rostro. Me tienta, desde que la Vi con esos jeans caminado
Carlota Rodríguez —Esta semana no se podrá, debo viajar a México para arreglar unos asuntos de la empresa. Arrugó la cara, ya le dije a los chicos de nuestra noche gratis en Dulce infierno, pero mi jefe delicioso me acaba de romper la burbuja. —Esta bien, supongo que será para semana siguiente o cuando vuelva mi madre — me encojo de hombros. —No entiendo cuál es el afán de los jóvenes… —Ay por Dios — lo interrumpo — Usted tiene cuánto… ¿25? Me ve y hace una mueca de sonrisa, Pero lo disimula rápido — Es solo Dopamina barata. —Pff — resoplo — hace cuatro años a usted de seguro le gustaba esa dopamina barata.—No, soy de otros gustos… —¿Cómo cuáles?— recojo algunas cosas que están en el suelo mientras jugaba con Mathias, ahorita se acaba de dormir y el Sr acaba de llegar. —No lo entenderías… Me lo quedo viendo buscando algún indicio de algo, Pero pone su cara de póker, viendolo asi, vestido con traje, peinado y barba perfectamente afeitada, reloj Rolex y corbata… pienso en Rya
Gregor Thompson —¡No tiene permiso de pasar!, señora! — Escucho un alboroto fuera de mi oficina, me estoy levantando de mi silla cuando la puerta se abre estrepitosamente, chocando incluso con la pared. —¡Eres un maldito hijo de puta! — Irina entra hecha una fiera, mi secretaria está detrás con un mejilla roja y despeinada. —Señor, la señora… — Alzó la mano, no hace falta que explique lo que es evidente, le hago seña para que salga y cierre la puerta, veo a algunos empleados al pendiente desde afuera. —¿Qué carajos quieres? —¿Cómo pudiste hacerme esto? — luce desaliñada, si no la hubiera visto en plena faena e investigado a fondo, no sabría la clase de persona que realmente es — Te di todo de mi mientras tú estabas en bancarrota, te di un hijo, lo menos que puedes hacer es darme, no se! Algo que recompense mi tiempo, no dejarme el la calle, sin la custodia de mi único hijo, como si hubiera sido miserable contigo, cuando sabes que no fue así, te un apoyo moral que no te dio más na
Carlota Rodríguez Me veo a través de la cámara de mi teléfono y me veo apoteósica, deliciosa, divina! Voy aprovechar este solazo exquisito para broncear mi pálida piel, me coloque el traje de baño más diminuto que tengo para dorar un poco más de extensión de la piel. Aprovechando que mi delicioso jefe está en una reunión.A Mathias ya lo tengo con su gorrito, lentes, traje de baño y protector sola, va tan feliz como yo, rumbo a la piscina en su coche. Para nuestra comodidad no hay tanta gente, los distraigo un rato, juego con el mientras no bañamos. No me pierdo de los vistazos de un grupo de chicos que está al otro lado, no me quitan la vista, sin embargo creo que Mathias los mantiene alejados y eso me encanta. El bebé se duerme y aprovecho para sentarme un rato y tomar el sol.—Hola ¿Disculpa? Me giro a la voz que interrumpe mi descanso, pienso que es un mesero, hasta que noto que es uno de los chicos del grupo del frente. —Ummm, ¿Si? — me levanto para sentarme derecha y presta
Carlota Rodríguez Volvemos a casa, yo con un bronceado espectacular, Mathias feliz y con un poco más de color, ¿mi jefe?, igual de guapo, solo que ignorándome olímpica mente. Pensé que luego de beso había tenido un avance, me imagine logrando mi objetivo antes de volver, siendo empotrada contra alguna pared de aquella habitación por este semental, Pero no, se dedicó a trabajar, mientras yo paseaba con Mathias por el resort, no le importo mas si tenia ropa o no, solo llegaba para consentir a su hijo, yo para el dejé de existir y por amor a mí orgullo, yo dejé de insistir. El resto de la semana no fue diferente, mi madre volvería el día lunes y hoy siendo ya jueves, seguía en el mismo plan, hablábamos solo del bebé, de lo que había hecho, de lo que había comido, de las horas en que había realizados dichas actividades. Me había quedado vestida y alborotada, mis hormonas habían sido encendidas, para luego ser humilladas. —Necesito que nos veamos aunque sea un rato, joder, que estás d