Owen"¡Vuelve con... Busca a tu compañera!" La voz resonó en mi mente con un esfuerzo brutal, como si estuviera luchando contra algo que lo retenía.Después de unos minutos, Anya entró a la habitación con timidez.—¿Estás bien, amor? —preguntó desde la puerta.—¿Por qué no puedo hablar con mi lobo? —le pregunté con frustración.—La bala tenía plata, cariño. Por un par de horas estarás desvinculado de él... —explicó con voz suave.Un susurro de tristeza y dolor escapó de mis labios.—No recuerdo su nombre... —confesé. Anya trató de reconfortarme.—Ya lo recordarás, mi amor —dijo con optimismo.—¿No me lo puedes decir? —pregunté, confundido. —Eres mi compañera, creo que mi lobo estaría más que emocionado de conocerte y presentarse...—¡Claro que lo sé! —respondió, tratando de parecer ofendida, aunque sus ojos revelaban conflicto. —La doctora dijo que los recuerdos volverían solos. No podemos forzarte a recordar. No puedo decirte el nombre de tu lobo."¡No le creas! ¡Soy ...!" La voz rug
OwenLa multitud permaneció en silencio, algunos mirando con incredulidad mientras otros comenzaban a murmurar entre sí.Era evidente que no todos estaban de acuerdo con el resultado del desafío. Algunos incluso señalaban las trampas sutiles utilizadas por Alex durante la pelea, aunque era difícil detectarlas claramente en medio del fervor del enfrentamiento.Desde mi posición en el borde de la arena, observé con impotencia y furia contenida. Mi lobo aullaba de frustración, instándome a intervenir, pero sabía que cualquier movimiento precipitado podría resultar en consecuencias desastrosas.Anya llegó a mi lado, observando la escena con una expresión indescifrable en su rostro. Su agarre en mi brazo se apretó y aflojó por un momento, permitiéndome un espacio de libertad.Sentí un nudo en mi garganta al enfrentar la cruel realidad de la derrota de Alfa Maximus y la ascensión de Alex como nuevo líder de la manada.Uno a uno, los presentes en la plaza se inclinaron ante el nuevo Alfa, ri
OwenNecesitaba aprender más sobre Grace, algo que pudiera guiarme hacia su paradero.Abrí el cajón de la mesa de noche y encontré su diario. Recordé la primera vez que lo vi, la sensación al leer sus páginas y descubrir sobre el maltrato de Anya.Al abrir el diario, su letra me trajo nostalgia de nuestros intercambios de cartas. Sin embargo, el contenido de este diario era distinto. Alguien lo había manipulado de alguna manera.Aunque la letra era la misma, las palabras escritas no coincidían con lo que recordaba haber leído.Al hurgar en el cajón, noté un ligero clic que resonó por la habitación. Intrigado, moví la madera y descubrí un falso fondo.Al retirarlo, saqué lo que había escondido allí: el verdadero diario de Grace y un manojo de cartas. Las cartas tenían un aire añejo y delicado.Eran de Maximus para Grace, y una de las que abrí estaba fechada justo cuando Grace llegó a nuestra manada. La tinta estaba ligeramente desgastada, pero las palabras eran claras y llenas de emoci
GraceSentía el viento susurrando entre los árboles, acariciando mi pelaje mientras me movía a través del bosque.Sin embargo, no estaba sola en esta prisión mental. Una voz resonaba en mi cabeza, firme y delicada al mismo tiempo, pero sus palabras eran una tortura constante."Matar, matar, matar..." La voz se repetía una y otra vez, como un eco siniestro que resonaba en mi mente. Cada repetición me llenaba de una mezcla de angustia y desesperación. Traté de bloquearla, de alejarla, pero era como si estuviera atrapada en un ciclo interminable por quién sabe cuánto tiempo.El paisaje nocturno se extendía ante mí, con la luz plateada de la luna filtrándose entre las hojas. Mis sentidos se agudizaban, captando cada sonido del bosque: el susurro del viento, el crujir de las ramas bajo mis patas, el zumbido de los insectos.Pero, sobre todo, resonaba la voz, recordándome una realidad distorsionada."Matar, matar, matar..." Intenté enfocarme en encontrar una vía de escape, una forma de lib
GraceMi mente se paralizó por un instante, incapaz de detenerla. Owen, leyendo la situación, tomó una decisión rápida.Con un gesto fluido, cedió el control a Tyr, su forma de lobo majestuosa apareciendo frente a nosotras en cuestión de segundos.Tyr emitió un gruñido profundo, desafiando a la loba que ahora se enfrentaba a él. Ambos lobos se miraron fijamente, midiendo sus fuerzas.La escena se volvió un frenesí de movimientos ágiles y gruñidos profundos. Los dos lobos se enfrentaban con ferocidad en medio del bosque oscuro.El aire vibraba con la tensión palpable entre ellos. Sentí mi corazón latir desbocado dentro de mi pecho, el miedo aferrándose a cada fibra de mi ser. No quería verlos luchar, pero era incapaz de detenerlos.Los sonidos del combate eran ensordecedores. Los gruñidos resonaban entre los árboles, y el choque de sus cuerpos era como un trueno en la noche silenciosa.El olor a tierra y musgo se mezclaba con el aroma metálico de la sangre, provocando un revoltijo de e
GraceOwen hablaba y sus palabras caían como piedras sobre mí.Mi padre, esa figura ambigua en mi vida, ahora era parte de un relato trágico que me dejaba sin aliento. No podía creer que la persona que creí que era mi último vínculo familiar se hubiera ido de esa manera.Las lágrimas fluían sin control por mis mejillas mientras escuchaba cada detalle de lo ocurrido. El dolor de la pérdida se apoderaba de mí, mezclado con una ira creciente que se intensificaba en cada músculo de mi cuerpo.—Yo... Lo siento, peque —susurró, sus brazos rodeándome con cuidado.Le devolví el abrazo, sintiendo el calor reconfortante de su cercanía.—Sé que lo hiciste. Aunque tus recuerdos estuvieran bloqueados, siempre supiste que algo estaba mal y luchaste por descubrir la verdad —respondí, levantando la mirada para encontrarme con sus ojos llenos de dolor.Owen acarició mi mejilla con ternura, sus dedos suaves contra mi piel.—No fue suficiente... —murmuró con pesar.Sentí la tristeza y la frustración en
OwenEstaba saboreando a Grace, sintiendo el calor de su piel bajo mis labios, cuando noté un cambio en su comportamiento. Sus dientes se hundieron en mi cuello, no como un ataque amenazante, sino con una posesividad intensa.Tyr se regocijaba en mi mente, sus emociones se intensificaban con un deseo crudo y animal de poseer a Grace y Thyra. La sensación era abrumadora, una mezcla de placer y anhelo que me dejó sin aliento.Mis manos se aferraron suavemente a ella mientras respondía a su gesto, dejando que el vínculo entre nosotros se profundizara en esa conexión primal que compartíamos.Después de que retiró los dientes, sentí su lengua deslizarse por la marca, saboreando la sangre que parecía hervir en mi interior. Nos separamos apenas unos centímetros, nuestros ojos encontrándose en un abrazo íntimo.—Ahora no hay vuelta atrás, peque —murmuré, apenas entre dientes, sintiendo la urgencia de completar nuestro vínculo en ese preciso momento.—¿Alguna vez la hubo? —respondió ella con u
GraceEl aire fresco del bosque acariciaba mi piel desnuda mientras nos separábamos. A mi lado, Owen parecía radiante, con una serenidad en su rostro que reflejaba la profunda conexión que compartíamos. La naturaleza que nos rodeaba parecía vibrar con energía, como si estuviera imbuida de la magia de nuestro vínculo.Confiamos en nuestros lobos para que nos guiaran, permitiéndoles tomar el control mientras nosotros nos perdíamos en el paisaje que se desplegaba ante nosotros.Cuando alcanzamos el límite de los territorios, una sensación extraña y nueva se apoderó de mi mente. Una voz familiar resonó en mis pensamientos, pero no era la de Owen."Hola, peque", susurró la voz en mi mente."¿Dan?" pregunté, sorprendida por la conexión."Sí, Owen ya me ha informado sobre su... sus marcas", respondió Dan con voz nerviosa."¿Tan difícil es decir 'ritual de apareamiento'?", intervino Thyra en tono burlón."Bueno... cuando se trata de tu hermana... sí lo es", admitió Dan, un poco avergonzado.D