OwenSentí el dolor y la tristeza abrumadora que embargaba a Grace, y esa sensación hizo añicos mi promesa de mantenerme al margen un poco más. Traspasé el umbral de la casa, un lugar que conocía tan bien, lleno de recuerdos de ver crecer a mi compañera, de sentir el momento exacto en que nuestro vínculo se consolidó.Dentro, observé a Grace separándose de su madre. Mis sentidos estaban alerta, buscando cualquier indicio de peligro para mi compañera. Cada fibra de mi ser picaba con la necesidad de sacar a Grace de allí, llevarla a nuestro nuevo hogar, lejos de cualquier amenaza.La mamá de Grace, con los ojos anegados en lágrimas y horror, se quedó sin palabras al ver la marca en mi cuello.—No... —susurró ella, como si no pudiera creer lo que veían sus ojos.Me dirigí hacia Grace, deseando aliviar su dolor con mi presencia. La envolví con un brazo, ofreciéndole un apoyo silencioso pero firme.—Está bien, mamá —respondió Grace con calma, su tono transmitiendo una mezcla de firmeza y c
GraceDesperté con el sonido de algo cayendo y rompiéndose. El grito enojado de Owen resonó por la casa, sacándome de mi somnolencia. Me senté en la cama, aún desorientada, mientras observaba a mi alrededor tratando de recordar dónde estaba."Estamos en nuestro nuevo hogar", susurró Thyra desde mi mente, aún adormecida por el sueño.Sí, cierto. Mi mente comenzó a aclararse lentamente.Me levanté, sintiendo la suave caricia de las sábanas sobre mi piel desnuda."Una exquisita maratón, si me preguntas" Thyra rió suavemente en mi mente, haciendo referencia a los acontecimientos de la noche anterior."Déjame recordarlo por mí misma", respondí con una sonrisa, disfrutando del aire fresco que entraba por la ventana.Descubrí algo de ropa esparcida por el suelo: una camiseta de Owen que parecía más un vestido corto en mí. La tomé y me la puse, disfrutando del olor familiar que emanaba de ella.Bajé las escaleras y encontré a mi compañero usando solamente un delantal mientras intentaba prepar
OwenDejar a Grace sola había sido más difícil de lo que anticipaba. Mientras me sentaba en la reunión con mi padre y otros lobos del consejo, luchaba por concentrarme en la conversación que se desarrollaba frente a mí.Mis sentidos captaron el olor a tierra húmeda que se filtraba por las ventanas abiertas, junto con el murmullo distante de otros lobos que se congregaban en el exterior.—Entonces, ¿te parece realizar la ceremonia en unos dos días? —preguntó mi padre, observándome con curiosidad.Me esforcé por mantener la compostura y asentí con la cabeza, tratando de recordar de qué se trataba exactamente la ceremonia."La ceremonia de Alfa", intervino la voz de Tyr en mi menteAh, claro, la ceremonia que formalizaría mi posición como Alfa. Sin embargo, mi mente no podía dejar de divagar hacia Grace y todo lo que implicaba nuestra situación actual.Estaba decidido a ayudarla a recuperar su posición en la manada de su padre, incluso si eso significaba dejar de lado mis propias preocup
Grace—Lo siento, Owen, todo esto es culpa mía... —le dije, buscando el contacto tranquilizador de sus brazos.Él suspiró y me abrazó con ternura, besando mi cabeza con suavidad.—No, la culpable fue ella... Tuvo muchas oportunidades de cambiar y no lo hizo —respondió, intentando reconfortarme.Entramos juntos en la casa y me dirigí a nuestra habitación, sintiéndome agotada por todo lo ocurrido. Busqué distraídamente ropa para vestirme, tratando de apartar de mi mente las imágenes de Thyra desafiando a Owen y la confrontación con Dan.—¿Estás bien? —preguntó Owen detrás de mí, su presencia imponente en el marco de la puerta.Al notar su figura musculosa, no pude evitar un atisbo de diversión.—No, si te pones así... —respondí con una sonrisa, buscando aligerar el ambiente tenso.Owen soltó una risa ronca y se acercó, envolviéndome con sus brazos.—¿Qué puedo hacer para ayudarte a relajarte? —preguntó, sus ojos oscuros mostrando su deseo. —Lo siento, no es momento... —se disculpó rápid
GraceLos días siguientes fueron intensos, dedicados al entrenamiento, a la investigación y a la preparación para enfrentar a Alex.Cada momento estaba lleno de tensión y expectativas, pero nuestras esperanzas se veían frustradas una y otra vez al no encontrar ninguna pista útil.La noche cayó sobre nosotros, envolviendo la casa en una oscuridad tranquila y expectante. Era el día en que Owen finalmente ascendería a Alfa.Owen estaba recostado en el sofá, aparentemente tranquilo pero con una mirada intensa que reflejaba sus pensamientos profundos y su determinación. Sus músculos tensos denotaban su preparación física y mental para asumir el liderazgo de nuestra manada.—¿Estás listo para esto? —le pregunté, buscando en sus ojos una chispa de emoción o nerviosismo.—Sí, lo estoy... me he estado preparando para este día desde que nací —dijo Owen con calma, sus ojos azules brillando con determinación, aunque percibí un leve temblor en su voz.—Estoy segura de que serás un gran Alfa, mi am
GraceLa ceremonia concluyó bajo la luz de la luna, y la manada se acercó para felicitarnos.Max y Kallie estaban a mi lado, acompañándome mientras observábamos a Owen presentarse oficialmente ante el consejo de la manada.La noche caía sobre nosotros, envolviendo el ambiente en una atmósfera serena y mágica.Las felicitaciones resonaban a nuestro alrededor, pero mi mente estaba llena de pensamientos y emociones encontradas.—Grace, tienes esa cara que pones cuando estás tramando algo —observó Kallie con una sonrisa traviesa.Max asintió con entendimiento.—Sí, esa misma expresión que me hace temer por mi vida, —bromeó.—Bueno, en realidad estaba pensando en algo... —confesé, llevándolos a un lugar más apartado para hablar con mayor privacidad.Max y Kallie me miraron expectantes, listos para escuchar mis planes.—Estoy considerando volver a la manada de Necrolobos y desafiar a Alex —les expliqué en voz baja.—¿¡Estás loca!? —preguntó Max en un grito susurrado.—Lo sé, chicos, pero ne
GraceSentí un escalofrío recorrer mi espalda al leer una y otra vez las palabras en la nota. La tinta roja parecía brillar en contraste con el papel blanco, y cada letra se grabó en mi mente como una advertencia ominosa.Observé la cabeza de mi padre en medio de la sala, su expresión inerte y los ojos fríos mirando directamente hacia mí. El shock y el horror se apoderaron de mi ser mientras las palabras de la nota resonaban en mis pensamientos.Alfa: tendrás el mismo destino, A.A.—Maldito Alex —Owen gruñó entre dientes, su expresión cargada de ira contenida mientras se acercaba y me tomaba de los hombros.Traté de levantar la mirada, pero mis ojos estaban nublados por las lágrimas que amenazaban con caer, fijos en lo que quedaba de mi padre.—Grace, mírame —insistió Owen, sus ojos buscando los míos con urgencia.Finalmente, logré enfocar mi vista en él. Sus ojos azules estaban llenos de preocupación y enojo, pero también reflejaban la misma angustia que sentía yo.—Grace, escúchame
OwenLidiamos con la urgencia de la situación organizando rápidamente a un pequeño grupo de lobos. Cada movimiento estaba imbuido de una tensión palpable, alimentada por la amenaza latente de Alex y la incertidumbre sobre sus próximos movimientos.Temía que la nota enviada por Alex a Rafe fuera una trampa cuidadosamente elaborada. La posibilidad de caer en una emboscada nos mantenía en alerta máxima, listos para cualquier eventualidad una vez saliéramos de la ciudad.Dejé a Dan a cargo de observar a su padre, consciente de la carga emocional que enfrentaba.—¿De verdad crees que nos va a traicionar? —preguntó Dan, su voz cargada de dudas y preocupación.No pude evitar que el dolor se filtrara en mi voz al responder.—Maté a su hija, a tu hermana... —admití, sintiendo el peso de esas palabras sobre mis hombros, no por el hecho en sí, sino por el dolor que había causado en ellos.Dan pareció comprender lo que quería decir, no hubo necesidad de más palabras entre nosotros.Caminábamos co