POV Eros:
Un días antes...
Son las once de la mañana y estoy llegando veinte minutos tarde a la salida que planearon mis mejores amigos Marcus y Daniel. Esto es lo que pasa cuando no cuentan conmigo a la hora de planear las cosas. Entro al local donde acordaron y me miran con una cara de reproche.
— ¿Qué? —digo de mala gana nada más me siento con ellos en la mesa.
—Nada hombre, ¿Qué te trae de ese tan mal genio? —indaga curioso Daniel.
—La competencia —digo a la vez que suelto un suspiro cansado.
— ¿La competencia o una competidora en especial? —pregunta burlón Marcus.
—No te pases de listo, Glenn.
—Hablando de competidoras especiales, los otros días fue a mi casa —comenta casual Marc.
Me enderezo en la silla y alzo una ceja en un claro gesto de interrogación.
—Fue a hacerme una visita y a declarar su amor frustrado hacia mí —dice y aprieto los puños por debajo de la mesa.
—Vaya vaya, parece que a alguien le sigue importando una chica en especial.
—Déjense de payasadas. Saben perfectamente que no puedo tener nada con ella, además, tengo novia ¿recuerdan? —digo tranquilo, pero con una bola de molestia por dentro.
—Anjá, como mismo todos sabemos que no la quieres, ni siquiera la amas. Créeme que estamos al tanto de a quién pertenece tu corazón. Continuando con lo de la visita; fue a mi casa a conocer a mi hermana... —lo interrumpo.
— ¿Para qué? —pregunto y me una mirada fulminante.
—Si no me dejas hablar más nunca. Fue a mi casa para conocer a mi hermana, ya que ahora está de novia con Alain, el hermano de Cleo.
Me relajo en mi asiento una vez confirmo que ella no siente nada por mi amigo.
— ¡Ah! Casi lo olvido, te tengo que confesar algo —habla dirigiéndose a mí, asiento y espero a que continúe —. Me gusta tu hermana —dice tan rápido que a duras penas lo entiendo.
—Ya lo sabía —comento totalmente tranquilo.
— ¿Cómo? Siempre lo he ocultado bien.
—Creo que tus técnicas para ocultar cosas está fallando. Desde hace meses te veo con mi hermana más seguido, las reuniones siempre quieres que sean en mi casa y últimamente estás más idiota de lo normal, así que no muy difícil de darse cuenta. Ahora respóndeme una cosa, ¿están juntos o... ? —me interrumpe.
—Sí, y pensamos casarnos en dos meses —rueda los ojos y resopla.
— ¡¿QUÉ?!
—Eres un fastidio hombre. No, no estamos juntos, ella quería esperar a contarte.
—Uff... que alivio, ya tenía planeado un secuestro para matarte.
— ¿Y quedarte sin este bombón de ojos verdes? —Se levanta y hace una pose de diva —nah, lo dudo mucho.
Suelto una carcajada junto con Daniel y luego nos sigue Marcus. Entre charlas se nos pasa el tiempo, cuando me doy cuenta ya son las cuatro de la tarde.
—Chicos debo irme, mañana nos vemos en la reunión.
—Okay, yo también tengo que irme, quedé en acompañar a mi hermana al parque de diversiones —dice Glenn.
—Ya que se van, yo igual lo haré, nos vemos mañana.
Nos despedimos con el típico saludo de chicos y cada cual se dirige a sus casas.
18 horas después... (Cinco minutos antes de la reunión)
Se supone que debería estar ya en la central, pero me quedé hasta tarde despierto, por lo tanto me levanté tarde. Salgo de mi casa y en quince minutos ya estoy estacionando en la puerta del lugar donde es la reunión. Apuro el paso y entro en la sala improvisada.
—Buenos días, disculpen la tardanza —saludo nada más abro la puerta, interrumpiendo las palabras del director.
—Esto tiene que ser una broma de muy mal gusto, señor Martínez —la voz de la chica de mi izquierda me desconcierta, me giro a mirarla y me quedo sorprendido.
Es Cleo. ¿Por qué no me dijeron que ella estaría también?
« ¿Tal vez porque no preguntaste?»
«Muy graciosa conciencia, muy graciosa. Yo aquí asombrado por la chica que tengo al lado y tu comiendo basura»
«Te recuerdo que yo también la estoy viendo»
«Pues parece que no»
—Si lo dice por el pasado que tiene con el señor Lawson, no tendría porque afectarle. Esto es una competición seria, aprenda a no mezclar lo personal con lo profesional. O se llevan bien o los saco de la competición —la voz de Héctor me saca de mis pensamientos.
—Muy bien, no mezclaremos lo personal con lo profesional. No tiene que preocuparse más por eso —comenta tranquila.
—Así me gusta. Ahora discutiremos los puntos importantes de todo esto —Cleo asiente y vuelve a sentarse.
El director continúa hablando sobre algunos datos relevantes. Cleo desde hace varios minutos parece que está perdida, como recordando algo.
—Cleo ¿Estás bien? —No responde — ¿Cleo? —Sigue sin responder — ¡Cleo! —al ver el estado de ella el director opta por gritarle.
— ¿Qué te pasa? —pregunto.
—Nada, ¿por qué?
—Desde hace minutos te estamos llamando y no contestas. Parece que estabas en el limbo y alguna que otra lágrima se deslizaba por tus mejillas ¿segura que estas bien? —interroga preocupado el director.
Ver a Cleo llorar inconscientemente en silencio fue como un boleto de ida al pasado. Justamente al día en que la dejé. Si ella lloró ese día, yo lloré más en cuanto puse un pie fuera de su casa, sabiendo que al otro lado de la puerta dejaba a una muy destrozada Cleo. Verla en cuanto entré a la sala improvisada de reuniones fue un balde de agua fría cargada de dosis de realidad y dolor, de anhelos y tabúes que desencadenaron en un principio nuestra separación.
—Sí, solo recordaba algunas cosas. Sigamos con la reunión.
—Así no vas a conseguir concentrarte. Les voy a pedir a ustedes dos —nos señala a Cleo y a mí— que arreglen sus diferencias. Los necesito concentrados. Les daré unos minutos para que se pongan de acuerdo, cuando terminen me avisan.
Sale y nos quedamos en silencio. No sé como empezar una plática con la chica que una vez le rompí el corazón. Cuando decido hablar, Cleo se me adelanta.
—Yo tengo muy presente el hecho que pienses que a las chicas no les va bien los autos, las carreras, la velocidad y demás, pero tienes que entender que ahora soy una de las mejores, así como tú eres uno de los mejores. Me imagino que debes odiarme, pero ten un poco de consideración y mantengamos esto a nivel profesional. Te propongo que hagamos una tregua: tú te meterás en tus asuntos y yo en los míos. Olvidemos que un día fuimos algo más que compañeros de equipo.
Me quedo asombrado por su capacidad de hablarme. Parece que tiene un concepto muy equivocado sobre mí y no la culpo, la forma en que terminamos la última vez que nos vimos fue de todo menos bonito. No le doy más vuelta y respondo.
—Vale —expreso sin más.
—Muy bien. ¿No tienes ninguna pregunta o alguna duda.. ? —pregunta y enseguida se me viene a la cabeza una duda que tengo desde hace cuatro años.
—Sí, tengo una pregunta y una duda, las dos unidas.
—Pues tú dirás...
— ¿Aún me amas? —comento casual, pero con un atisbo de curiosidad y esperanza en mi voz.
POV - Cleo:
Su pregunta me desconcierta y antes de responder, mi mente me reproduce como un CD rayado el momento en que mi amiga Neft habló conmigo en el parque.
*Flashback *
Entramos al parque y Neft se queda unos pasos atrás, logrando que yo haga lo mismo.
—Cleo, ¿sabes que te quiero mucho? —pregunta luego de quedarse pensando durante unos segundos.
—Claro pero ¿Por qué lo preguntas?
¯No quiero volver a verte sufrir más por Eros. Necesito que me prometas una cosa.
—Dime hablo un tanto nerviosa por tanto misterio.
—Prométeme que no dejarás que Lawson te vuelva a romper el corazón. Promételo Cly.
Sus palabras me sorprenden. Sé muy bien que debo cuidarme de Eros ahora que está aquí, pero a la vez es muy difícil cumplirlo. Si después de cuatro años no lo he conseguido eliminar de mi vida y de mi corazón ¿Quién me asegura que en unos días lo logre? Nadie lo hará, porque será difícil, pero no imposible. Hace dos años decidí que era hora de dejar atrás lo que siento, así que cree una coraza de acero alrededor de mi vulnerable y delicado corazón. Aunque últimamente se esté oxidando y rompiendo poco a poco. Me giro a donde está mi amiga y respondo segura.
—Te lo prometo.
*Fin Flashback*
Lo encaro y respondo, un poco insegura ahora que lo tengo delante de mí.
—No, no te amo —respondo y veo la decepción en sus ojos, pero luego se prenden con un brillo curioso.
—Bien, pues yo te voy a conquistar, voy a hacer que me ames con la misma intensidad con la que un día me amaste —dice seguro de sus palabras.
—No lo creo —trato de que no me tiemble la voz.
—No lo creas —se acerca y me toma la barbilla, se aproxima y roza mis labios con los suyos —tenlo por seguro —deja un pequeño beso en la comisura de mi boca para luego alejarse.
Salgo y cierro la puerta tras de mí. Me recuesto en esta y toco con la yema de mi dedo medio e índice en la zona donde sus labios me tocaron, trato de calmar los latidos acelerados de mi corazón y pongo en orden mis pensamientos antes de separarme e ir en busca de Héctor. Lo encuentro sentado en unas sillas más adelante hablando con otra chica, me parece que es Andrea.
—Permiso interrumpo suavemente —director ya nos pusimos de acuerdo —le sonrío, aunque me esté a punto de dar un paro cardiaco.
—Perfecto, pues continuemos —estira la mano en dirección a la puerta por donde hace unos minutos acabo de salir.
Entramos y mis ojos viajan directo al chico de ojos castaños. Me pierdo en mis pensamientos cuando me acuerdo de un escrito que me regaló una vez:
Tus ojos castaños me hechizaron desde el primer día. Ese maravilloso primer día. Ese día confirme un hecho: los ojos castaños son normales, comunes y corriente hasta que alguien que te gusta o que amas los posee. Entonces es cuando tu mente empieza a crear metáforas, tales como... "sus ojos son como un chocolate caliente en medio de una fría noche de invierno..." o "sus ojos son como un café recién hecho en la mañana". En ambos casos, se tiene en cuenta que ya no son simplemente ojos castaños, no, son ojos color chocolate, ojos café. Ojos que tal como un café te despierta, ellos lo hacen. Te despiertan hasta la última célula de tu cuerpo. Despierta tus sueños y esperanzas. Esas que creías perdidas. Dibujan un camino a la felicidad plena. El color chocolate, ah, el chocolate es dulce, amargo, agridulce. Así es ella cuando la miras a esos ojos que tienen el poder de decirte lo que quieras. Tienen el poder de endulzarte el alma, ponerte la vida agridulce y amargarte lo dañino y el dolor incesante de los malos recuerdos.
Sacudo la cabeza queriendo olvidar ese momento... y el que vino después. De solo pensar en eso siento mis mejillas arder.
«Uff... Ese caliente momento»
«Ni me lo recuerdes... Siento que mis bragas en cualquier momento se me van a desintegrar»
Continúo caminando y me siento en la misma silla de antes —al lado de Eros— y el director empieza a presentar a los otros pilotos que no conocíamos. Una hora después se da por finalizada la reunión. Me dirijo a la salida y me encamino hacia mi coche. Llego a este y trato de abrir la puerta, pero una mano me lo impide. Me giro encarando a la persona a mis espaldas.
— ¿Qué quieres ahora Lawson?
—Recordar... —se inclina hacia adelante y coloca ambas manos a los lados de mi cuerpo, apoyándolas en el coche tras de mí, dejándome sin salida. Con la punta de su nariz roza mi cuello —...lo que teníamos antes. Y no me refiero a nuestra relación amorosa. Hablo de nuestra relación en la cama.
En cuanto dice eso siento mi respiración cortarse por unos segundos. Eros se vuelve a acercar y planta un beso corto en mis labios, dejándome anonadada.
—Piénsalo, y cuando lo hagas, me llamas.
POV - Cleo: Eros se marcha y yo me adentro en mi coche. Me siento y pongo ambas manos en el volante, y la cabeza entre ellas. Pasan varios minutos y todavía estoy en la misma posición, mi mente empieza a traicionar e mostrándome el pasado, exactamente en los momentos del chico que me tiene la cabeza vuelta un lío y yo en la cama. «Follando» «Cuanta falta de tacto madre mía» «Sí, ajá, como sea, es lo mismo. Estaban follando. Y sobra decir que fueron las mejores folladas de nuestras vidas» «Sigo asombrada por tu sinceridad» «Que te digo, me dicen doña honesta» Aunque me niegue a seguir pensando en Eros, los momentos que pasamos juntos se reproducen una y otra vez, encendiéndome por dentro. Arranco el auto y me enrumbo directo a mi casa. Llego y me dirijo lo más rápido que puedo a mi cuarto, pero la idea se ve interrumpida cuando mi hermano me detiene. — ¿Cómo te fue en la reunión? — ¿Te lo tengo que decir ah
POV - Eros:Ver a Cleo bailar de un modo tan sensual, con la vista fija en mí, es como una invitación silenciosa a que vaya a bailar con ella. Y así lo hago, me le acerco por atrás y sin más empiezo a hacer lo que dice la canción. La coloco de espaldas a mí y acaricio esa cintura que un día fue mía y que estoy dispuesto a recuperar, cueste lo que cueste.—Bebe, solo quiero invitarte a la pista pa' que bailes y tu cuerpo me resaltes, tiene una mezcla de belleza con arte, no quiere conocerme solo quiere disfrutarse la noche, lo que está pasando es que estas prenden candela que quema, tienes los poderes en el sistema, pero se me olvida que yo tengo a mi nena y si se entera puede ser que enseguida ella me deja —canto la canción que suena y le señalo a Zoe que está hablando con su amiga —. Así como lo mueve me lo hace, no soy responsable de lo que pase —susurro en su oído —y es que se te ve, de lejos se ve que no eres la misma si te pego a la pared. Sata en to'as las po
POV - Cleo:Me levanto de la cama y cojo mi teléfono el cual está sonando como loco encima de la mesita de noche. Neft me está llamando, abro la llamada, me coloco el celular en el oído y aguanto el mismo con el hombro.— ¿Sí? —comento en lo que me calzo mis pantuflas y camino hacia la puerta de mi cuarto.— ¿Tienes planes para hoy?—No, ¿por qué? —respondo a la vez que frunzo el ceño al ver la casa en silencio—Estoy aburrida, ¿vamos de compras?—Vale, me cambio y salgo. ¿Andry no va?—Perfecto. Dice que no puede ir. Bueno, el punto de encuentro será en la pequeña cafetería que hay cerca de la entrada.—Okay, estoy ahí en media hora —digo y cuelgo.Me encamino a la cocina para ver si hay alguien en casa, pues este silencio es muy extraño. No hay nadie. Subo nuevamente las escaleras y doy unos toques en la puerta de la habitación de mi hermano.— ¿Alain?Silencio. Abro la puerta suavemente y no veo a nadie
POV - Eros:Miro anonadado la puerta por la que acaba de salir Cleo. Esta es la segunda vez que me deja con ganas, solo que esta vez estuve a punto cuando se separó.«Tal vez para la próxima si te lleva hasta la final»«No estoy ahora para tus reflexiones»«Ánimo, la tercera es la vencida»Creo que hasta puedo imaginarme a mi conciencia loca de la risa. Ruedo los ojos antes mis pensamientos y me acomodo la erección de tal forma que pueda abrocharme el pantalón y que pase desapercibida para los demás, sobre todo para Zoe. Termino de cerrar la bragueta y me acerco al mismo lavamanos en el que encontré a Cly cuando entre al baño para echarme un poco de agua fría en el rostro. Trato de relajarme y que se me baje un poco la llamativa erección para luego salir en dirección a la sala nuevamente. Entro y me dirijo a mi asiento donde me espera mi
POV - Cleo:Ya son las dos y media de la tarde, faltan exactamente media hora para que empiece la carrera. Las gradas ya están llenas de personas que apoyan a un piloto u otro. Familiares de los mismos, amigos, compañeros, parejas. En el aire se respira un sinfín de emociones que hacen que mi deseo de correr y ganar aumenten. Busco entre todas las personas a mi familia y a mis mejores amigos. En medio de mi búsqueda me topo con Cayra, me saluda deseándome suerte y la saludo igualmente.—Deja de quitarme a mi hermana, Cleo —me sobresalto al escuchar la voz de Eros detrás de mí.— ¿Te molesta que me lleve bien con ella? —Interrogo y ni siquiera le doy tiempo a responder cuando continúo hablando —Porque te informo que no voy a dejar de hacerlo porque a ti te apetezca.—Me prende que seas así Cly, toda una respondona.Sin co
POV - Eros:Salgo de mi casa con Alana y me encamino al gimnasio. Hoy tengo que hacer ejercicios, hace días que lo vengo posponiendo. Llegamos rápido, pues está bastante cerca de mi casa.— ¿Te quedas conmigo o vas para otra parte? —le pregunto a Ana nada más entramos.—Prefiero golpear el saco de boxeo un poco, supongo que tú irás hacer pesas ¿no?Asiento y me dirijo a donde ella dijo, a hacer pesas. Me ubico bien y empiezo. Media hora después alguien se coloca en las caminadoras que se encuentran a mi derecha. Me giro y esbozo una sonrisa coqueta.—Buenos días, estrellita —saludo haciendo uso del apodo con que la llamaba.—Ahora mismo se me acaba de joder el día —contesta a la vez que suelta un bufido y rueda los ojos.—Sí quieres puedo mejorártelo, no sé... Hacértelo má
POV Cleo:Recojo la cesta vacía que dan en los centros comerciales para ir cogiendo las cosas y le echo una mirada a Alana que se encuentra mirando un paquete de galletas con chispas de chocolate.—Solo cógela Ana —hablo asiendo que se sobresalte y las galletas aterricen en el suelo. Suelto una carcajada y me acerco a recoger el paquete que dejó caer —. ¿En que pensabas que estabas tan concentrada?—En unos puntos que tal vez te ayuden con tu loco plan.Ya que mencionó lo del plan, debería hacer la pregunta que ronda mi mente.— ¿Cómo te enteraste del plan?—El día de la carrera, cuando hablabas con tus amigas, te escuché mencionar el plan y Eros en la misma frase, así que me entró curiosidad y quería saber de que se trataba.—Vale. ¿Qué es lo que pensaste para el plan?
POV Eros:Sonrío con satisfacción a la vez que dejo un rastro de besos desde su clavícula hasta su barbilla. Muerdo un poco y ya me encuentro listo para borrar todo rastro del otro tío de sus carnosos labios cuando suena mi celular. Lo saco del bolsillo trasero de mis vaqueros y me fijo en la pantalla iluminada.¡Joder! Es Marcus. Le apago y enseguida me llega un mensaje de él.Marcus: ¿Dónde estas?Eros: En el estacionamiento.Eros: Con Cleo.Eros: Quédate ahí, luego entro.Marcus: Guau. Voy a estar pendiente por si necesitas ayuda.Eros: IdiotaGuardo nuevamente el telefono y concentro toda mi atención en la chica que esta, literalmente, entre mis brazos. Ahora sí, junto mis labios con los suyos en un beso feroz y totalmente desprevenido para ella. Le toma unos segundos recuperarse de la sorpresa, pero enseguida me devuelve el beso con más ganas aún. Ahora es a mí a quien toma desprevenido cuando me empuja, se