Capítulo 5

POV - Cleo:

Eros se marcha y yo me adentro en mi coche. Me siento y pongo ambas manos en el volante, y la cabeza entre ellas. Pasan varios minutos y todavía estoy en la misma posición, mi mente empieza a traicionar e mostrándome el pasado, exactamente en los momentos del chico que me tiene la cabeza vuelta un lío y yo en la cama. 

«Follando»

«Cuanta falta de tacto madre mía»

«Sí, ajá, como sea, es lo mismo. Estaban follando. Y sobra decir que fueron las mejores folladas de nuestras vidas»

«Sigo asombrada por tu sinceridad»

«Que te digo, me dicen doña honesta»

Aunque me niegue a seguir pensando en Eros, los momentos que pasamos juntos se reproducen una y otra vez, encendiéndome por dentro. Arranco el auto y me enrumbo directo a mi casa. Llego y me dirijo lo más rápido que puedo a mi cuarto, pero la idea se ve interrumpida cuando mi hermano me detiene.

— ¿Cómo te fue en la reunión?

— ¿Te lo tengo que decir ahora? Ando un poco apurada —digo y trato de pasarle por el costado.

— ¿Por qué tanto apuro? —comenta y alza una ceja como para darle más énfasis.

—Porque estoy cansada y necesito una ducha urgente —miento tratando de sonar lo más posible.

—Vale —responde y lo rodeo para subir a mi cuarto cuando vuelve a hablar —. Hoy en la noche saldremos.

— ¿Saldremos? —pregunto extrañada.

—Sí, tú, Alexa, su hermano y los amigos del mismo —explica tranquilamente.

— ¿Con los amigos, te refieres a Eros y a Daniel? —a medida que pasan los segundos me pongo más nerviosa.

—Obviamente, aunque Eros no ha confirmado si va a ir, a lo mejor no vaya.

—Mejor no voy dark, quiero descansar.

—Claro que si vas a ir. Además, puedes ir con tus amigos.

En cuanto dice eso pienso en mis mejores amigos y en Andry. Tal vez la noche no sea tan mala, así que acepto. 

—Bien, iré.

—Perfecto. Es a las ocho, el punto de encuentro es en la casa de Marcus.

Asiento y subo las escaleras en dirección a mi habitación. Entro y me arrojo a la cama, me acomodo e inmediatamente los momentos con Eros en la reunión se me vienen a la cabeza. No puedo permitirme sentir más allá del odio que le tengo. Sé que esta promesa puede romperse en cualquier momento, pero por lo menos intentaré mantenerme alejada. No quiero nada que venga de él. Corrijo, no quiero nada con él.

« ¿Ni el sexo candente con él?»

«No»

« ¿No?»

«Bueno tal vez eso un poquito, pero no es nada del otro mundo»

«Acabo de confirmarlo, estás loca»

De tanto pensar más el cansancio que traía, me quedé dormida y ya son las cinco de la tarde. Alcanzo mi celular y mando un mensaje para mis amigos en nuestro grupo.

Cleo: ¡Chicos! Hoy hay discoteca a las ocho, ¿vienen?

Andrea: ¿Donde?

Cleo: Cerca de la pista.

Neftalí: Yo me apunto, pero ustedes me tienen que llevar, no sé donde es.

Andrea: Dalo por hecho.

Luke: Yo también voy.

Cleo: Perfecto. El punto de encuentro es en la casa de Marcus, pero si quieren pueden venir para acá y de aquí nos vamos juntos para allá.

Andrea: Vale. Estoy en veinte. Juntémonos las chicas antes para arreglarnos.

Luke: Okay. Paso a las siete y media.

Neftalí: Bien. Estoy en quince.

Cleo: Las espero.

Me levanto y me encamino al baño. Me voy a dar una ducha antes de que las chicas lleguen para no perder el tiempo. Quince minutos después estoy saliendo con un albornoz puesto para abrir la puerta, pues está sonando el timbre. Abro y me encuentro con ambas chicas. 

— ¿Tú no venías más tarde? —hablo dirigiéndome a Andrea.

—Vaya, que grata bienvenida Cly —comenta con sarcasmo la misma.

—Es solo que te esperaba cinco minutos más tarde.

¯ ¿Por alguna casualidad molesto? —hace un gesto dramático a la vez que se muestra falsamente indignada.

Suelto una carcajada y la abrazo. Repito el mismo gesto con Neftalí que se encuentra detrás de ella.

—Claro que no Dry, mientras más temprano mejor —indico a la vez que me encamino a las escaleras con ellas pisándome los talones.

—Pues manos a la obra —expresa Neftalí por primera vez desde que llegó. 

Media hora después ya ambas chicas se bañaron, así que nos encontramos desordenando el closet en busca de algo sexy y atrevido para esta noche.

—Uff, me quedo con este —comenta Neftalí a la vez que saca un vestido rojo borgoña con escote en forma de V unido por una tirita y con un largo de aproximadamente seis dedos por encima de la rodilla.  

—Te va a quedar hermoso, ve poniéndotelo —le digo a la vez que escojo un vestido rosa pastel con brillos, ajustado, con cuello y extremadamente corto. Se lo extiendo a Andrea.

—Este te quedaría genial. 

— ¿Tú crees? —pregunta dudosa.

—Claro que sí.

Se va al baño de invitados, minutos después entra y se acerca junto con Neft que acaba de salir de mi baño.

—Les quedan espectaculares chicas.

— ¿Y tú? ¿Qué te pondrás? —interroga Andrea.

—Ni idea —comento sinceramente.

—Claro que no, ahora mismo te buscaremos algo sexy. Esta noche le demostraras a Lawson que te resbala que haya regresado.

—Igual no se sabe si vaya.

—Si llega a ir, te lucirás, no queremos a una mojigata esta noche. Hoy queremos a una perra. ¿A que sí Neft?

—Obvio sí.

—Tarea difícil chicas, pero lo intentaré —asiento como si me estuviera convenciendo de eso. 

Se miran muy poco convencidas pero igualmente se dirigen a mi vestidor a escoger algo para mí. Diez minutos después salen con un vestido corto —corto no, lo que le sigue, en serio— color vino de tirantes, la espalda descubierta completamente hasta unos centímetros por arriba de las caderas y un escote discreto.

—Ni lo piensen —niego nada más llegan a donde estoy.

—Oh, si que te lo vas a poner —expresa Neftalí con una sonrisa maliciosa en su rostro.

—No me obligaran.

Mala idea negarme, al final terminaron poniéndome el vestido. No me pregunten como, porque ni yo lo sé. Una vez vestidas nos ponemos en la tarea de maquillarnos y peinarnos.

Cuando terminamos procedemos a colocarnos el calzado. Andry opta por unos tacones beige con tiras alrededor de los tobillos y un poco más arriba. Neftalí escoge unos tacones negros simples y yo elijo unos botines negros hasta las rodillas. Entre toda la preparación se nos fue el tiempo, son las siete y media cuando estamos bajando hacia la sala para esperar a Luke. En eso suena el timbre, Neft baja corriendo pero con cuidado de no caerse.

— ¡Vaya!, pero que preciosuras —halaga Luke a la vez que emite un silbido. Se adentra en la casa y coge a Neft con una mano y le da una vuelta para verla mejor —. Se han lucido —asiente y se acerca a nosotras dos para saludarnos.

—Muchas gracias Luke, aunque tu tampoco te quedas atrás, estás guapísimo. 

—Gracias. Dejemos de perder el tiempo y vámonos de una vez a casa de Marcus —asentimos y nos encaminamos hacia el auto de Luke. 

Mi hermano se fue hace veinte minutos, quería ver si pasaba un poco de tiempo a solas con Alexa, así que solamente somos nosotros cuatro. Llegamos a casa de la novia de mi hermano y tocamos el timbre. Enseguida nos recibe Marcus.

—Adelante. Hay que esperar a que lleguen los otros y ya nos iríamos.

— ¿Los otros... ?

—Si. Iré a terminarme de vestir, pónganse cómodos.

Cinco minutos después baja Marcus junto con su hermana y Alain. Daniel sale de la cocina y se presenta por primera vez con las chicas.

—Daniel Irwin, un gusto —saluda y se queda mirando anonadado a mi amiga Andrea. Ella no se queda atrás, también anda embelesada con la belleza y ternura de Irwin. 

—El gusto es mío, soy Andrea Dixon —le extiende la mano y Daniel se la estrecha, quedándose así por unos segundos más de los necesarios. 

—Bueno, por si les interesa, soy Neftalí Brennan —habla Neft y es cuando Daniel suelta la mano de Andry para saludar a mi amiga.

—Bien, ya que se han presentado, ¿Nos podemos ir? —pregunta Marcus.

—Si todos están listos, podemos irnos ya —hablo dirigiéndome a todos. 

—Pues vámonos.

Nos encaminamos a la camioneta de Marcus y en menos de veinte minutos ya estamos entrando a la discoteca. Las chicas —Alexa, Andrea y Neftalí— y yo vamos adelante, los chicos —Marcus, Daniel, Luke y Alain— vienen hablando atrás y siguiéndonos como si fueran nuestros guardaespaldas. Nos dirigimos a la barra y pedimos a excepción de Alain, Andrea, Luke, Daniel y Marcus un Daiquiri, ellos piden tequila. Recogemos nuestras bebidas y nos ubicamos en una mesa apartada del resto. Rezo para mis adentro para que ni Eros ni su patética novia se aparezcan esta noche. Parece que mis súplicas fueron tiradas a la b****a, cinco minutos después entra con su novia y su hermana. Esta última se aproxima a mi nada más me ve y me abraza efusivamente.

— ¡Cly! Como te extrañé cariño —se separa y me da un beso en la mejilla — ¿Te digo algo? Tú me caes mejor que la insoportable esa —susurra en mi oído.

Suelto una carcajada y Eros me mira interrogante. Lo ignoro y me giro hacia las chicas.

— ¿Bailamos? —todas asienten incluyendo a Cayra. La novia de mi ex se queda sentada al lado de él. 

Nos adentramos en el gentío que baila al son de "Baila conmigo" de Selena Gómez y Rauw Alejandro. Empezamos a movernos sin perder de vista nuestra mesa. No sé porque pero de un momento a otro me pongo a bailar sensualmente, con la mirada fija en la de Eros. Paso mis manos por mi cintura, acariciándola. Juego con los laterales del vestido y adentro mis manos por este, solo un poco, pero lo suficiente como para que a lo lejos se confunda con que me estoy tocando los senos. Saco las manos y me levanto el cabello, dándole una vista completa de mi cuello. Doy una vuelta sobre mi propio eje y cuando vuelvo a mirar en su dirección ya no lo veo. Trato de ocultar mi decepción y sigo bailando. Segundos después mis manos son reemplazadas por las de un chico. Me giro a encararlo y me sorprendo a encontrar a Eros sujetando mi cintura y apretándome contra él. Empieza a sonar "Luz Apaga" y siento como empieza a realizar lo mismo que dice la canción. 

...Luz apaga, que ella le caiga, lo más que a mí me gusta es como ella me baila, le agarro la cintura y la pongo de espalda, perdona si mis manos entran por tu falda...

Me da la vuelta y me pone de espaldas a él. Coloca sus manos en mi delgada cintura y empieza a acariciarla, tal cual lo hice yo hace unos momentos, solo que sus manos me hacen sentir algo que las mías no.

—Bebe solo quiero invitarte a la pista pa' que bailes y tu cuerpo me resaltes, tiene una mezcla de belleza con arte, no quiere conocerme solo quiere disfrutarse la noche, lo que está pasando es que estas prenden candela que quema, tienes los poderes en el sistema, pero se me olvida que yo tengo a mi nena y si se entera puede ser que enseguida ella me deja —canta a la vez que me aprieta contra él y me hace una seña para que mire a su novia, que se encuentra hablando con otra chica —. Así como lo mueve me lo hace, no soy responsable de lo que pase —canta esa parte susurrándola en mi oído, haciendo que me excite más todavía —y es que se te ve, de lejos se ve que no eres la misma si te pego a la pared. Sata en to'as las poses, ron duraste doce hacemos las paces y después no me conoce, ya yo lo sé, estas bebiendo rosé buscándome la vuelta pa' que abajo yo te roce —asiente como si confirmara eso. Y en parte es cierto —. Y es que yo te quiero pa' mí, he tenido otras y no son así, no creas to' lo que dicen por ahí, tu sabes que estoy solo, solo pa' ti bebé, es que yo te quiero solo pa' mí, he tenido a otras y no son así, no creas to' lo que dicen por ahí. Tú sabes que solo estoy solo pa' ti, pa' ti baby.

Se calla y se entretiene bailando conmigo pegada a su pecho. Me suelto como puede de su agarre, pero Eros no se demora en atraparme, niega con la cabeza, chasquea la lengua y en un ágil movimiento me tiene nuevamente aprisionada entre sus fuertes brazos.

—Esto es pega'ito como un bolero, la toqué y no me puso pero, sus piernas están hechas de acero, con un beso me baja las 602. Se me quedó tu lápiz labial rojo, algo esta noche planifican tus ojos, que llegue el momento de estar solos, que tu cuerpo quiero conocer todo —canta de nuevo, pero con un tono un poco más sensual, como haciéndome una invitación a través de la canción. 

Trato de darme la vuelta para mirarlo directo a los ojos, Eros al darse cuenta de mis planes, suelta un poco el agarre, haciendo que sea más fácil realizar mi objetivo. Lo observo y me encuentro con una mirada cargada de lujuria y deseo. De pronto siento sus suaves y gruesos labios acariciando los míos con un apasionado beso que me deja sin aire y me acelera el corazón a más no poder. Trato de apartarlo pero es inútil, al final termino cediendo y dejándome llevar por sus besos cargados de pasión, lujuria y desespero. Como si fuera la última botella de agua del desierto. Como si necesitara de mis labios tanto como yo lo necesité a él durante cuatro años. Pensarán que soy una masoquista, pero ¿saben que? sí, si lo soy. Además, es solo un beso, ¿no?

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