Salimos del sótano y nos encontramos con todos en la sala, la casa estaba libre de micrófonos y cámaras, Dimitri se había encargado de eso. Prendo un cigarro mientras observo a todos que no dejan de mirarme. —Dejen de verme, parecen pendejos, estoy bien —digo jalando a Isla para que se siente en mis piernas. —Sí, sabemos que los estás, los gritos de ambos se escuchaban por toda la casa —dice Dimitri haciéndome reír.—Cierra la boca, no quiero esa imagen en mi cabeza —ruedo los ojos por las palabras de Damion. —Bueno, no estamos aquí para eso, quiero que todos se alisten, mañana partimos a Italia, no me quedaré más tiempo aquí, regresaré a mi casa.—Dijiste que no pisarías esa casa jamás, ¿por qué quieres volver?—Porque es nuestro territorio madre, donde todo empezó y será también donde mataré a Roce, no tengo más nada que hacer en Rusia, ya tengo lo que buscaba —beso el hombro de Isla —. Así que todos regresaremos, menos tu Dimitri. —¿Me quedaré aquí? —niego. —No, te quiero en
Isla Observó el plano del burdel en el que tienen a la hija de la química, no será nada fácil entrar, está custodiado por casi un ejército de los matones de Artem, pero tenemos una ventaja y es que yo conozco esos bastardos mejor de lo que ellos creen.—Podemos entrar por el conducto de ventilación, mientras Dimitri y Damion pueden estar dentro vigilando al proxeneta de las chicas, creo que es la mejor solución —digo mirándolos a todos. —Roce suele vigilar ese lugar, sé que todos lo queremos muerto, pero no podemos hacerlo de esa manera, sería muy bueno si se controlan en ese aspecto —dice la médica mirando a Reece.—No soy estúpido, mujer, sé que no es el momento ni el lugar para hacer algo como eso, lo quiero solo para mí para poder torturarlo como se me plazca.Observó a Artemisa y sus ojos se ponen llorosos, sé que para ella no debe ser fácil tener que ver cómo sus hijos se cazan entre ellos mismos, pero ni siquiera yo podre detener a Reece, esta dolió y enojado, la forma en com
Llegamos al final del pasillo y veo la puerta que tanto esperábamos encontrar, sin más la abro, pero una bala que roza mi oreja hace que la cierre con rapidez. —No estamos solos, cinco hombres abajo con arma nueve milímetros, ¿Cómo rayos vamos a entrar? —Reece carga su arma y me sonríe. —Como siempre lo hemos hecho, Amore Mío, luchando, de frente como los malditos hijos de puta que somos, cuando te diga vas a abrir la puerta, contaremos hasta cinco y la volverás a cerrar, ya tuvieron que dar el aviso de nuestra visita, no tenemos mucho tiempo.Asiento haciendo lo que me dice. Abro la puerta y Reece dispara matando a dos de ellos con un tiro en su cabeza, cierro la puerta y hago lo mismo, esta vez disparando yo mientras nos refugiamos en la puerta para que no nos den. Aurora termina con el último que queda y con rapidez bajamos los escalones encontrando un lugar lleno de jaulas en las que tienen a las niñas.—Esto es una porquería, son unos asquerosos de mierda, no tiene más de ocho
Recce Observó el rostro de la niña que duerme en la cama de la habitación que ocupa mi madre en la casa de Damion y no puedo dejar de verla porque el parecido es impresionante, creo que estoy viendo a mi propia madre cuando apenas tenía ocho años. Roce en serio que si está enfermo, más de lo que pensaba. —Es escalofriante el parecido, ¿cierto? —Asiento. —No quiero imaginar el martirio que tuvo que vivir esta pobre niña a manos de ese maldito enfermo de m****a, tenemos que ayudarla a superar todo esto mamá, no será fácil para ella, sé lo que es vivir un infierno como ese. —Yo me haré cargo de ella. Ahora necesito que te concentres en acabar con ese maldito, jamás tuvo que tocarla, no voy a perdonarle eso. Un hombre como Roce es un peligro para la sociedad, debe exterminarse aunque sea mi propio hijo. —Arregla todo para que se vayan a España, cuando esté todo mejor las iré a buscar —Asiente besando mi frente. —Cuídate mucho hijo, y si necesitas de mi ayuda deja el orgullo a u
Pasa por mi lado golpeando mi hombro. A veces quisiera que dejara de estar salvando a todo el mundo, ella no entiende que muchas veces no es posible y simplemente tenemos que dejar que las cosas pasen y ya, no podemos ser el héroe de todos. La dejé que pensara las cosas y que su rabia menguara, ahora necesitaba que el médico la revisará y nos dijera si era verdad, si Isla estaba embarazada la alejaría de todos, se iría con mi hija así no lo quisiera hacer, y cuando todo esto acabara, me reuniría con ellas porque no pensaba perderlas de nuevo. Entró a su habitación con el médico y la encuentro en la cama jugando con nuestra pequeña, sus ojos se ponen en los míos y bufo cuando me observan con rabia. —Deja la estupidez y pon de tu parte, el doctor te va a revisar —Asiente rodando los ojos.—Buenos días, señora O’Sullivan, ¿podría por favor recostarse?, le haremos un ultrasonido. El doctor entra a la habitación con sus aparatos y se sienta al lado de mi esposa para poner un gel en un
Isla Estaba furiosa, tenía mucha rabia, no podía entender como Reece podía dejarme por fuera de esto, no era justo que me escondiera cosas tan importantes como lo qué pasó con Melisa, era mi madre, aunque nuestra relación no fuera la mejor, lo era y no podía olvidarlo. Ahora las cosas cambiarían, estaba esperando otro bebé, tenía un hijo mío y de Reece en mi vientre y tenía que cuidarlo como fuera. Escucho la puerta siendo abierta y ruedo los ojos imaginando que es Recce y si es así voy a mandarlo a la mierda porque aún sigo enojada con él, pero todas las palabras que quería decirle quedan en mi garganta cuando veo a Artemisa en la puerta con una gran sonrisa.—Tú en realidad sí que quieres que tu hijo te mate.—Si eres dramática, tuve que volver, las cosas con Ana no estaban bien y su padre nos encontró —gruño cuando escucho eso, maldito Roce que no se da por vencido. —¿Les hizo algo? —Niega.—No tiene las pelotas para enfrentarse a mí, parecía un niño pequeño cuando se dio cuent
Reece El cuerpo de Isla tiembla y parece estar en shock, creo que lo jodí al haberle dicho que el hermano está muerto de la manera en que lo hice, pero no podía seguir escondiéndole nada, si lo volvía hacer sabía que ella sería capaz de quitarme la polla.—¿Dónde está?—En casa de tus padres, lo encontraron en un callejón de Moscú torturado y con sobredosis, pero no fue esa la causa de su muerte. En el bolsillo de su pantalón había una nota, si mi madre y yo no nos entregamos seguirá matando. —No pienso dejar que hagas eso, Sergi era mi hermano y lo quería, pero no puedo perderte a ti o Artemisa, son mi familia, ella es como la madre que jamás tuve. «Una persona cuerda no querría ni en pintura a la mujer que la colocó en una jaula con una pantera, pero en definitiva mi mujer no es normal».—Estoy controlando todo eso, nena, nada pasará, pero tus padres no pueden seguir en Rusia, necesitan estar aquí, tu padre perdió el poder de su país, no puede estar en un lugar donde lo están ca
Isla No podía dejar de ver el cuerpo sin vida de mi mejor amiga, Aurora fue tan buena conmigo, jamás me traicionó y nunca dejo de creer en mí, tenerla entre mis brazos muerte, la sensación más asfixiante que he podido sentir. Roce es un maldito hijo de puta, está más enfermo de lo que creíamos, Recce y Artemisa se fueron con él y la angustia de saber lo que puede estar haciéndoles me carcome por dentro. —Por Dios, ¿Qué rayos paso? —levantó la mirada de mi amiga para observar al frente a Damion, Melisa, Dimitri y mi hermana entrar observando la escena asombrados. —Roce, eso pasó, el maldito está más desquiciado de lo que creíamos, mato Aurora y se llevó a Reece y Artemisa, pensábamos que odiaba a Reece, pero todos estábamos muy equivocados, el maldito también se enamoró de su hermano o su maldita mente enferma cree eso. —Mierda, esto es más grande de lo que creíamos —dice Dimitri abrazando a mi hermana que está llorando mirando el cuerpo de Aurora —. ¿Dónde está Artem? —En el sót