Caminamos hasta la pista y siento la mirada de todos sobre nosotros, no presto atención y coloco mis manos en el hombro de Aron, no estoy en la organización, aquí pueden mirar y tocar y sé que Reece no podrá hacer nada, no le conviene un escándalo. Sonrío buscándolo con la mirada mientras bailo muy pegada al chico, al final lo encuentro en otro lugar diferente al que lo vi hace poco, está al lado de una hermosa rubia, que parece decirle algo, pero él no presta atención porque sus ojos están en mí y en la mano que tiene el hombre en el inicio de mi trasero. Aprieto mis labios para no reírme por la expresión de sufrimiento y furia pura que tiene Reece, ojalá sufra mucho maldito, se lo merece.—El hombre de esa esquina no deja de mirarme como si fuera a destriparme —ríe Aron, pobre.—Es un loco, no prestes atención, parece que tiene un problema grande.—Sí, pero también tiene mucho poder y dinero, se dice que es un mafioso muy peligroso —Me alejo fingiendo sorpresa.—¿En serio? —Asient
Parece que el hombre está en problemas por una mujer, en realidad el hombre no es feo, es muy atractivo, para la edad que tiene está bien cuidado y hasta mejor cuerpo que un hombre más joven que él, lo único horrible que tiene es que parece un muerto, no habla y aparece como un puto fantasma.—No me importa Dimitri, te dije que tenías que quedarte con ella, no puedes dejarla sola, la necesitamos de nuestro lado —Él gruñe con fuerza.—Pero es una maldita loca Reece, apareció en mi cuarto completamente desnuda, esa niña puede ser mi hija —Reece ríe fuertemente.—¿Y tú te resististe?—¡Claro que sí, es una mocosa!—Pues me importa poco si lo es o no, necesito que estés a su lado, cuando esté preparada y de nuestro lado tráela aquí, necesita conocer a su familia —gruño porque me siento una estúpida aquí parada.—Me largo, no sé qué mierdas, hago aquí parada cuando no me dicen una mierda.—Si me das una buena mamada, te digo —dice Reece.—Eres un maldito asqueroso —Sonríe levantando los ho
Después de esa rara conversación con Reece en donde prácticamente me dijo que tenía si o sí que tener un hijo me di un delicioso baño de tina con Reece detrás de mí tocándome solo para conseguir algo o calentarme nada más, debía dejar de tomarme las pastillas de planificar y eso me tenía un poco preocupada, esperaba que él no descubriera que las había estado tomando, porque si era así sabía que tendría un gran problema con él. Salgo del baño para encontrarme con mi maldita suegra que no me deja en paz ni cagando.—¿Acaso no tienes vida Artemisa? —Rueda los ojos fastidiada.—Lo tendría si no tuviera que cuidarte el culo a cada momento —río negando.—Eso no es verdad, he podido defenderme yo sola sin ningún problema, así que no sé de qué rayos hablas —Suspira sacando mis pastillas de planificar de atrás de su espalda.—¿Y esto?, si mi hijo se da cuenta de que estabas tomando esta mierda, va a enloquecer.—No sé qué mierda tienen con eso, ¿Para qué rayos quieren un bebé con urgencia?—N
Cierro la puerta detrás de él con una gran sonrisa en mi rostro, las cosas salieron mejor de lo que creía, Reece está siendo muy permisivo conmigo, aunque eso me pone aún más alerta, siento que está buscando algo o lo hace por alguna cosa en particular, igual no voy a desaprovechar nada de lo que me dé. Entro a mi habitación encontrándome con Aurora y Artemisa.—¿Ustedes no tiene habitación?, ¿Qué rayos hacen siempre en mi habitación?—Verte a ti y a mi hijo discutir es mejor que una película de Hollywood, así que me vas a tener metida aquí hasta que me dé la gana —gruño fastidiada, esta mujer es un grano en el culo.—Pues entonces vamos a tener un día de chicas, a ver si de esa manera se te pasa el aburrimiento —Ella me observa con una de sus cejas alzada.—¿Día de chicas? —Asiento —. Pues me imagino la mamada que le diste a mi hijo para que te diera un día de chicas.—No necesite darle nada, simplemente negocie con él —ríe negando.—No creo que fuera tan fácil como lo estás haciend
Llegamos a la habitación y tuve que esperar una maldita eternidad hasta que el condenado se duchara y cambiara, no entiendo para qué tenía que hacer eso, solo hablaríamos, no era como si fuéramos a una fiesta de gala. Suspiro viéndolo salir del closet con su habitual traje, haciéndome gruñir.—¿Es en serio Reece?, vamos a tener una conversación, ¿Por qué te pusiste eso?—Jamás se puede perder el estilo Amore Mio —bufo con fastidio, esta demente ya no hay duda de eso.—Como sea, ¿puedes hablar de una buena vez? —Asiente tomando lugar a mi lado.—¿Mamá estaba contigo cuando la encontraste?—Sí, parecería querer matarla, así que imagino que no termino nada bien.—No, y en realidad no sé cómo no está muerta —lo observo con asombro.—¿Tan malo fue? —gruñe pasando las manos por su pelo.—La maldita se acostaba con mi padre, me enamoré como un imbécil de ella y mientras yo le bajaba el cielo y las estrellas, ella se cogía a mi padre.«¡Rayos, eso sí, fue una cagada fuete!».—Así que por ell
Reece salió de la habitación y no podía dejar de darle vueltas a lo que había pasado, la conversación tomo un rumbo que no imagine, lo sentía muy cerca a mí y eso no me estaba agradando, no sabía con qué intensiones lo hacía y eso me daba miedo, jamás me sentí tan bien con el cómo ahora, así que por eso lo necesitaba lejos de mí, las sensaciones que me hizo sentir me asustaron, no podía enamorarme de él, si eso pasaba, estaría perdida y no iba a permitir eso. Salgo de la habitación para bajar a la cocina a buscar algo para comer, esa conversación con Reece me dio hambre. Cuando entro me encuentro de frente con una hermosa chica de unos veinte años, comiendo un pedazo de emparedado como si se le fuera la vida, sonrío haciendo ruido con mi garganta para llamar su atención, la chica se detiene para poner la mirada en mí.—Lo siento, Dimitri me dijo que podía comer lo que quisiera —Asiento sonriéndole.—No te preocupes, parece que si tenías mucha hambre —río viendo como deja el empareda
Nos quedamos en silencio y empezamos a comer, no sabía mucho de comida italiana, así que él fue quien escogió para mí, como un poco de pasta y no puedo dejar de parar, el tiempo se pasa más rápido de lo que imaginaba y no puedo decir que no disfrute mi momento con Reece hablamos y compartimos como una pareja por primera vez, algo raro sabiendo lo que somos, terminamos el postre y decidimos regresar a casa, me sentía un poco cansada, así que salimos de restaurante, pero todo se vino a la mierda cuando una bala pasa por mi lado matando al chico de recepción.—¡Abajo, nos atacan¡—escucho el grito de uno de los guardaespaldas y siento como soy tirada al piso por Reece.—¡Malditos de mierda! —dice él gruñendo con fuerza —. ¿Estás bien? —Asiento.—¿Qué está pasando?—Los malditos calaveras nos están atacando, tenemos que salir por la parte de atrás del lugar —gruño con fuerza.—Me vas a decir, ¿Quiénes mierdas son esos?—Ahora no nena, tenemos que salir de aquí —bufo levantándome de mi luga
—¡Me mentiste, me usaste como se te dio la gana!, ¡No pienso seguir contigo¡—Pues que pena Amore Mío, porque seguirás conmigo, aunque no quieras, supéralo de una buena vez, ya sabes por qué eres una maldita psicópata, lo llevas en la sangre —gruño con fuerza.—Somos dos malditos psicópatas y te juro que te vas a arrepentir de lo que hiciste.—No vas a hacer nada, olvídate de esto y mejor concéntrate en tu maldita organización, ¿no era eso lo que querías?—Sí, pero olvídate de que te voy a dar un hijo, eso no va a pasar —Sonríe jalándome de nuevo a su cuerpo.—Claro que lo harás, esta misma noche vamos a tener mucho sexo, lo haremos toda la maldita noche hasta que quedes embarazada.«Maldito, me voy a vengar de esto, que no te quepa duda».—Me largo, no soporto verte la cara —rueda los ojos con aburrimiento.—Eras tan dramática, ya tienes una familia, y aparte eres la patrona de la mafia más importante del mundo, tienes más de lo que esperabas, ¿Qué más quieres?—Libertad, quiero libe