LAYLA:

Una hora más tarde llegamos a las instalaciones en donde me estoy quedando temporalmente y Dan y yo nos dirigimos a la oficina de Domínguez.

Antes de llegar me detengo y miro a Dan.

—Espera Dan.

Le digo y él se gira a mirarme frunciendo el ceño.

—¿Pasa algo?

Me pregunta y niego

—No, no… Solo que debemos aclarar unos puntos ya que estamos aquí.

Le digo y este se cruza de brazos mirándome seriamente.

—¿Puntos? ¿Qué puntos quieres aclarar Layla?

Menciona mi nombre de manera sensual haciendo que me pierda en sus labios, pero me repongo de inmediato sonando mi garganta.

—Sobre lo que hicimos… No se volverá a repetir.

Hablo con seguridad y Dan levanta las cejas.

—¿No sé volverá a repetir? ¿Quién lo dice? ¿Tú?

Me pregunta acercándose a mí y hace que de varios pasos hacía atrás.

—Quedamos que solo sería una vez Dan, tú mismo estuviste de acuerdo.

Le digo enfrentándolo y este se ríe haciendo que quede embelesada como boba.

—Tienes razón… Pero las personas somos impredecibles…. Cambiamo