- Para olerte cuando no estás cerca de mí. Tuve sexo con tus otras bragas.- ¿Eso es verdad?- Sí... Ahora voy a tener sexo con su dueño. Cuando tenga diez calzones, definitivamente estarás pegado a mí... En mi casa, en mi cama. Y entonces...- Vamos... - Abrí las piernas, no queriendo hablar de bragas.- No me canso de admirar tu cuerpo desnudo...- El sabor es quizás mejor que la vista. – Provoqué.- No tengo dudas. Tiró de mi cuerpo contra él y se arrodilló frente a la silla.Lamió mi longitud, profundamente. Sentí exactamente cada parte que tocó. Entonces su lengua jugó con mi clítoris, provocando una sensación completamente loca dentro de mí. Cerré las piernas, involuntariamente, evitando que se fuera.- Cálmate, mi amor... - Los abrió con sus manos y su lengua entró en mí, follándome tranquila y profundamente.Pensé que podría romper la tumbona con la fuerza que mis manos pusieron sobre ella. Los movimientos de Héctor acabaron conmigo. Sin siquiera saber quién era, completamente
- Yo no sé nadar. - le confesé, avergonzado, tratando de recuperar el aliento.- Perdóname, Bárbara. Yo no sabía. - Estaba preocupado, sus manos sostenían mi rostro entre ellas.De repente, el miedo dio paso a la gracia y empezamos a reír.- Vale, condón roto, casi te ahogo... ¿Qué más puede pasar?- ¿Prendí fuego al palo de pole dance? - No me contuve.- Puedes prenderle fuego a todo, Bárbara. Pero solo después de que nos hayamos ido y hayamos terminado nuestra noche. Quiero despertar contigo a mi lado.- ¿Qué hora es? – Me acerqué, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello, tocando nuestros cuerpos sumergidos en el agua tibia.- No me importa el tiempo... No quiero ni que pase el tiempo, a decir verdad.- YO...Joder, por un segundo casi dije que estaba completamente enamorada de él. Mirar profundamente esos ojos verdes era una invitación a contar verdades escondidas en el corazón."Tú…" me animó a continuar.- Lo quiero de nuevo... Todo de nuevo.Se rió y me tiró al agua de nue
Apoyé la cabeza en la cabecera, tratando de recuperar el aliento, sin saber qué decir a eso. Placer, intenso, sin palabras, maravilloso... ¿No hay tiempo para un condón?- Vale, la primera vez fue un accidente... ¿Y ahora? preguntó, riendo.- Ahora no sé... Puede que no me haya acordado... ¿Y tú?- Puede que haya querido correrme dentro de ti, Bárbara...Aparté la cabeza de la pared, escuchando los latidos de mi corazón. Mi cara estaba caliente y podía sentir que mi cuerpo empezaba a sudar ligeramente. Lo miré fijamente, sin saber qué decir. Mi cabeza sabía que estaba en control de la natalidad, así que de alguna manera estaba tranquila acerca de quedar embarazada. Pero sobre contraer una ETS no lo era.- Hago exámenes regularmente... Y no tengo sexo sin condón. - Trató de consolarme.- Podría darme cuenta. - me burlé, bajándome de él y acostándome en la cama completamente deshecha, casi sin sábanas.- Quiero correrme en cada parte de tu cuerpo... - Acarició mis pechos.Tomé su dedo y
- No te imagino en una relación en la que las cosas estén fuera de tu control y no sea lo que quieres, Bárbara. - Dijo, acariciando suavemente mi regazo, con sus dedos.Sentí su cálido aliento en mi cuello mientras acurrucaba mi espalda contra su pecho, jugando con la espuma perfumada.- Me convertí en esa persona que ves ahora... Que teme la más mínima situación que pueda hacerme perder el control.- Me pregunto cómo... Duró tanto.- Yo también. Pero era la prueba de que nada es malo para siempre. Un día las cosas cambian. Y todo me fortaleció de alguna manera. Estoy orgullosa de quien soy hoy, pero estoy agradecida con ese "yo" que pasó por todo lo que ella pasó para transformarme.- ¿Y después de su muerte? ¿Que hiciste? ¿Sufriste su muerte de alguna manera?- Después de su muerte, abrí un vino espumoso y lo celebré. Era el final de su vida, pero el comienzo de la mía. Ya vivía con mis amigos, Ben y Salma. Creen que los siguientes dos años fueron de luto por mí, pero no... Fue de a
Me importaba un carajo lo que diría sobre Sebastian y Milena. Porque ahora solo quería estar en cama.- OK acepto. - Intenté fingir que no estaba del todo ansiosa por ese momento que me ofrecía.- Sebastián y Milena se involucraron cuando yo iba a la universidad. Ella viajó y los dos se conocieron, en su país de origen. El punto es que Perrone y North B. siempre han sido rivales... Porque hoy Perrone compró un edificio frente a North B. Pero en el pasado, cuando North B. estaba comandado solo por mi padre, se enfrentó a Perrone en su propio país, intentando producir lo que ellos producían: vino.- Allan... ¿Hiciste eso?- Negocios, Barbara... Nada más que negocios. El punto es que mi padre tuvo una aventura con la esposa de Francesco Perrone.- La madre... ¿La de Sebastian?- Sí.- ¿En este momento Milena y Sebastian ya estaban juntos?- Sí. Y por si fuera poco, mi padre dejó embarazada a Soraia Perrone.- Por mis sales... Como diría Ben.- Soraia tuvo un aborto espontáneo y perdió al
En la completa oscuridad y con las manos atadas, lo sentí abrirme las piernas y yo ya gemía de anticipación, mientras la piel picaba al tacto de los dedos que pasaban levemente por la cara interna del muslo.- Relájate, Bárbara... Y disfruta el momento. Me la voy a comer entera... y luego la follo hasta que no aguante más y me suplique que pare.Besó la parte interna de mi muslo y luego dio un ligero mordisco. Sentí que mi pecho se agitaba con la respiración dificultosa que comenzaba a entrar.Héctor bajó los besos y con una mano sostenía mi pierna mientras la otra la usaba para jugar con mi clítoris.El movimiento involuntario de querer tocarlo hizo que las cadenas hicieran ruido en la cabecera, haciendo todo aún más placentero. Su dedo a veces presionaba mi punto de placer y otras veces hacía movimientos circulares. No sabía si gemir, gritar o contenerme. Porque lo que sentí en ese momento era inexplicable.No tenía idea del tiempo, pero se quedaba mucho ahí. Por mucho que supiera q
- Son las 6 y 30.- Pronto yo... tengo que ir a trabajar. - Advertido.- Yo también. Pero honestamente, te necesito por un tiempo... Aquí conmigo."No me importa llegar tarde…" sonreí, todavía acurrucada contra él.- Hmm, estoy empezando a entender por qué no me detuve en los trabajos. – se burló.- Creo que ha llegado mi mayor razón por ahora en mi vida. - Risas.Sus dedos rozaron mi espalda suavemente, dándome sueño. No quería dormir, pero mis ojos comenzaban a cerrarse."Te despertaré con mi lengua, entre tus piernas…" dijo suavemente, luciendo cansado también, sus ojos casi cerrándose.- Y te mato... Estoy cansado... Completamente sin fuerzas...Terminé quedándome dormido y no estoy seguro de que no cerré los ojos aún sonriendo.Me desperté con los brazos de Héctor todavía alrededor de mi cuerpo. Él estaba durmiendo. Yo me mudé y él también.- Mmm... ¡Bárbara! - Dijo, mientras giraba hacia el otro lado, sin despertarse.Me senté en la cama y respiré hondo: ok, Bárbara, tal vez no
Me detuve frente al North B., sentado en el asiento del pasajero del Maserati, en la vacante escrita como CEO.- Oye, descalificado, trabajo en la empresa de fachada. – señalé irónicamente.- Te gusta burlarte de mí, ¿no? Me miró y pasó su mano dentro de mi vestido, dándose cuenta de que no estaba usando ropa interior. - Tú... No vas a trabajar sin bragas, ¿verdad?- Devuélveme el mío y te lo pongo, pervertido robabragas. – Provoqué.- No... Esto es mío y no lo devolveré. Lo usaré en tu ausencia... Créeme.Abrí la puerta y salí del auto:- Así que voy a trabajar con Sebastian Perrone, sin bragas. – parpadeé.Bajó tan rápido que ya estaba frente a mí:- De ninguna manera.- ¿Qué quieres que haga, Héctor? Voy tarde. Nadie notará que no llevo bragas, no te preocupes.- Está bien, ve y le pediré a Anon que te entregue un par de bragas.- ¿Anónimo? Arqueé una ceja.- Haré que lo compre inmediatamente.- ¿Me juras que vas a perder el tiempo preocupándote por mis jodidas bragas?- Jurar. Ser