Me levanté de inmediato, sintiendo que mi corazón ya latía más rápido y el aire parecía fallar en mis pulmones. Héctor tomó mi mano y dijo:
- Siéntate, Bárbara. Cálmate, por favor, o no dejaré que Sebastian termine de hablar. Miró en dirección a mi hermano.
- Haz lo que dijo. – preguntó Sebastian, sacando una silla, sin contemplaciones, y sentándose entre Héctor y yo.
- Por favor, Nic, llévate a Maria Lua. No quiero que ella escuche. – preguntó Héctor serio.
Nicolete se levantó y tomó al bebé del regazo de Allan y se fue de inmediato.
- ¿Cuando? – preguntó Héctor.
- Ayer en la noche. Se me acercaron cuando salía del edificio.
- ¿Este edificio? - Yo pregunté.
- Sí. - El Confirmó.
- ¿Pero cómo lo encontraron aquí? preguntó Ben, confundido.
- No sé. Interceptaron el auto, casi tirándose de frente. Inicialmente, Milena y yo creímos que podría ser un robo. Pero empezaron a gritar el nombre de Maria Lua... Entonces... supuse que eran ellos.
- ¡Mierda! Ben se levantó, atónito.
- ¿Por qué te