Siento su dura erección en mi entrada, me muevo sobre él queriendo que entre luego – te va a doler – asiento con la cabeza mientras el se apega a mi cuello empujando su pene dentro de mi, es grande, me hace arquear la espalda y me hace gemir del dolor, arde tenerlo dentro a pesar que lo hace despacio – no te detengas – le digo cuando trata de hacerlo, sigue moviéndose despacio mientras me aferró a su cuello, me ayuda levantando una pierna por sobre su cadera, entra más profundo al hacerlo, mis paredes se aprietan más sobre su erección que siento palpitar dentro mío, el dolor se ha ido después de unos movimientos suaves para comenzar a mover mis caderas junto a él, su respiración es fuerte, no me suelta, cada vez son más fuertes los movimientos, escucho como suenan nuestros cuerpos al chocar mientras mete y saca.

Detiene un momento sus movimientos descansando sobre mi, su mano pasa por sobre mi cabeza yendo a su mesa de noche para sacar un preservativo, se acuesta sobre su espa