Subí directo a mí habitación, aún no pueden terminar de arreglar el maldito baño, me hacen bajar todos los días, hace 3 meses era creíble que dijeran que se tardarían un poco, pero ya son 3 meses y aún no lo puedo usar.

Escucho que tocan la puerta, me había quedado dormido, trato de abrir los ojos y hablar -¿Hermano? - ¿Qué quieres T.J? – mamá dice que si ya estás de mejor humor bajes a cenar – bien dile que ya bajo –

Al que menos le conviene estar de mal humor en casa es a nosotros, mi madre es un amor, pero cuando se enoja es el mismo diablo, nosotros no somos nada a su lado, sabe muy bien como bajar las revoluciones de nuestros enojos con tan solo un par de palabras.

-¿Bien ahora me dirás por qué estabas tan enojado? – se nota que no tiene problemas para hablar – nada, ya pasó – más te vale, para próxima, el portazo va a ser en tu cara, no me importa que midas un metro más que yo – disculpa mamá -

Hay veces que la frustración me lleva a hacer cosas estúpidas, hace casi 6 meses