Capítulo 46

Me quedé dormido en algún punto de la noche, quizás por el mismo cansancio que causa llorar por horas y horas sin descanso alguno. Me levanté más cansado de lo que me acosté, con un dolor de cabeza terrible y los ojos ardiendo, como si me los hubieran quemado a quemarropa y un insaciable vacío en el pecho que me dejó ese sueño tan real, pero falso que tuve con la mujer más dulce y amorosa que he tenido el gusto de conocer y amar con todas las fuerzas de mi ser.

Me adentré a la ducha sin pensarlo dos veces, necesitando salir de ese espacio que me mata y me asfixia tanto. Una vez mis músculos se relajaron un poco, salí del agua y me vestí con lo primero que tomé a la mano. Salí del apartamento sin siquiera probar un bocado de comida o calentar mi piel con una taza de té o café. Y realmente no necesito nada más que no sea Emma.

Miré mi teléfono y a infinidad de llamadas de Lili. Le dejé un mensaje que iba directo a la clínica, por lo que no tardó en responder que allí estaría en minutos.
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