Al día siguiente, Tristán y Annette siguieron con su trabajo intentando no pensar en Ornella pero no era nada fácil, especialmente para Annette que todavía no comprendía muchas cosas y aunque no lo decía estaba celosa, pensaba en las noches alocadas que Tristán pudo haber tenido con esa muchacha de cabello largo negro y la cegaba, su corazón no quería sentir esos celos enfermizos pero los sentía y los sentía con mucha fuerza. - ¿En qué piensas, mujer? – preguntó Margareth al entrar a su despacho. - ¿Qué? – preguntó Annette confundida intentando volver a la tierra, otra vez los pensamientos la habían atrapado en otro mundo. - ¡Annette! – exclamó Margareth chasqueando los dedos intentando que su amiga volviera a la realidad. - Disculpa Margareth ¿Decías? – preguntó mirándola interrogante. - ¿Dónde te fuiste, Annette? – preguntó reprochándole – estuve tocando la puerta por varios minutos pero tú no contestabas así que entré y te encontré en un trance como te pasa a menudo. - Disculp
Annette entró a su despacho después del problema que se había suscitado en la calle unos minutos después, estaba confundida y no podía evitarlo, estaba muy celosa, no comprendía muy bien que había pasado en el tiempo que Tristán estuvo con ella para que juntos tengan un secreto que ahora él no quiera contarle a su futura esposa. - ¿Vas a seguir así? – preguntó Margareth entrando al despacho acomodándose en una silla. - Es que lo que sucedió hace un momento, Margareth, me dejó muy confundida ¿Cuál será ese secreto que ella conoce pero que Tristán quiere ocultar? - preguntó frustrada. - No lo sé, Annette – respondió soltando un suspiro de frustración – tal vez no es nada y como el dijo solo busca desestabilizar su relación, debes darle el beneficio de la duda y confiar en él. - Deseo hacerlo pero estoy tan confundida, que no quisiera desconfiar pero lo estoy haciendo, Margareth. - Pues lo que quería esa mujer, lo logró, entraste en su jugada, Annette, que tú tengas dudas en torn
- ¿Está noche nos veremos en el tercer piso? – preguntó Annette mientras Tristán parqueaba el Cadillac Azul en frente de la mansión.- No lo sé – respondió titubeante – la verdad, amor, es que estoy con la cabeza muy enmarañada cómo para vernos, iré a mi departamento para intentar descansar, ¿me perdonas esta vez? – preguntó mirándola suplicante.- Si… claro que sí – respondió a pesar que su respuesta no le había gustado nada de nada.- No te molestes, por favor.- No estoy molesta – negó a pesar de estarlo – mañana nos vemos, Tristán – respondió molesta y salió del auto sin esperar que él salga se dirigió directamente a la mansión, no hubo beso de despedida ni abrazo.Annette estaba molesta con él, debían hablar, era necesario, de todo lo que estaba pasando y él deseaba encerrarse en sí mismo, aunque Tristán había aclarado algunas cosas que ella no conocía esa tarde, había otras preguntas que la atormentaban y deseaba que él se las respondiera.Entró a la casa, no quiso ni siquiera e
Salieron del departamento de Tristán, lo más temprano que les fue posible salir, para evitar a la gente que podría estar en la calle, caminaron tomados de la mano rápidamente y llegaron casi antes que los obreros y funcionarios llegarán a la fábrica, subieron al despacho.- ¡Creo que nadie nos vio! – exclamó Annette soltando un suspiro de tranquilidad.- Sí, tuvimos que salir muy temprano, nadie a llegado todavía – respondió Tristán abrazando a Annette.- Sigo preocupada por Ornella, especialmente por el niño, esa mujer no creo que lo esté cuidando tan bien, no lo quiere, Tristán.- Lo sé, mi amor, también yo estoy preocupado por el niño, Ornella es mala y por lo que vi está mañana es que ella odia a ese pequeño, esta enferma, espero que todo el plan resulte como lo estamos planeando.- Ni bien llegué el señor Wirth le pediré que pida al banco el desembolso del monto que Ornella está pidiendo y averiguaremos si los documentos que debía preparar ya los tiene hecho, después aunque no me
A tanta insistencia de Tristán, decidieron colocar una nueva fecha para su matrimonio, lo adelantaron para dentro de dos meses, estaban seguros que el hijo de Tristán llegaría dentro de unos días y querían inscribirlo cómo hijo propio de acuerdo al señor Wirth todo saldría mejor si ellos ya estaban casados.El señor Wirth ya había preparado el documento y también había mandado a sacar el dinero del banco para colocarlo en una maleta, ya todo estaba listo para el encuentro con Ornella aunque eso ponía muy nerviosa a Annette que sabía que Ornella era una mujer muy peligrosa, no solo para ellos sino para ese niño que no tenía la culpa de nada.- Hoy hablaré con Ornella – explicó Tristán acomodándose en la butaca en frente del señor Wirth y al lado de Annette.- Sí, creo que es oportuno que lo hagas, yo iré a hablar con el delegado y levantaré la denuncia necesaria, después les explicaré el plan para que estén atentos al encuentro, cuando firme los documentos y se haga el supuesto canje,
Las cosas para bebé que Margareth había pedido a sus amigos llegaron en la noche a la casa de Annette, eso hizo que por un momento Annette se distrajera y pensará en otra cosa que no fuera el encuentro con Ornella, tomó cada ropa para bebé y la dobló con entusiasmo, después las fue guardando en una cómoda, también tomó los juguetes y los guardo en un caja, mientras Tristán armaba una cuna de madera que había llegado con las otras cosas.- ¿Parece que te gustará ser madre? – comentó Tristán abrazando a Annette cuando terminó con la cuna.- Me gustan los bebés, no sé si seré una buena madre pero haré todo lo posible.- Sé que lo harás muy bien ¿Qué te parece si vamos a dormir?- Aunque no me creas no tengo ganas de dormir, estoy muy ansiosa con el encuentro de mañana.- Annette debes hacerlo, debes dormir y descansar para poder afrontar el día que tenemos por delante.- Lo sé, pero no tengo ganas de dormir, Tristán.- exclamó con preocupación.Ella no había dejado su nerviosismo, toda la
Desde que el pequeño Tristán había llegado a casa de Annette la vida se hizo caóticamente hermosa, había que estar con el todo el tiempo así que Annette tuvo que bajar su carga laboral iba solo a la fábrica solo en la mañana, en la tarde Tristán empezó a hacerse cargo de la fábrica como él nuevo jefe de la empresa.Tristán había cambiado enormemente, ahora bajaba dónde los jefes de cocina y ayudaba en la fabricación de los bombones, le daba la misma dedicación que lo había hecho en su tiempo su padre.Annette y Margareth después de ese encuentro, se dedicaron a preparar la boda, Annette soñaba con ese día, nunca había gozado tanto los preparativos de un acontecimiento cómo esa vez.Margareth por su parte, se esmeraba en los pequeños detalles, los trajes ya estaban siendo elaborados en el atelier del señor Sobitre, Annette usaría dos, uno para la entrega de la presidencia a Tristán y el segundo era él de su boda.Dos noches antes llegó el señor Sobitre con los trajes de Annette, en su
Annette DuPont, una muchacha de 18 años de edad joven y tímida, vivía en un pequeño poblado al sur de Bruselas, sus padres habían muerto hace muy poco y su tía materna, una señora solterona de más de 60 años se hizo responsable de ella. Annette no recordaba mucho de su niñez que había vivido al lado de sus padres, a sus doce años sufrió un accidente en una carretera y ahí perdió a sus padres, tampoco podía recordar sus rostros, su apariencia, ni sus nombres. Lo primero que podía recordar era el gran hospital donde abrió los ojos después de un tiempo en coma, había sufrido un grave golpe en el cráneo que le había producido la amnesia, cuando su tía la fue a recoger, no la reconoció, era muy niña cuando la había conocido y en esos momentos los recuerdos de su niñez se habían esfumado, las autoridades la entregaron a su tía porque era su único pariente vivo, así, Annette, había llegado a la pequeña ciudad donde su tía recidía. En esa pequeña ciudad existía la fábrica más grande y del