CharlotteCamina lentamente con pasos firmes, su mirada está llena de odio y eso en verdad es demasiado excitante. Quisiera que me tomara acá, que me hiciera suya. —Rindete Charlotte, porque por mi parte, no vas a quedar viva —dice, con su mirada fría. —Pensé que me querías matar… pero de placer —le dije con ironía. —Jamás, escúchame bien Charlotte, jamás te quise llenar de placer. Las p3rras como tu, solo sirven para dar placer y no para sentirlo. Te desprecio, te detesto —sus palabras son frías, queman y duelen como un carajo. —Bueno, acá me tienes. No soy una cobarde que pretende ocultarse para poder conseguir las cosas, no lo soy. Hablo de frente. Adriano se acerca a mí, con sus pasos firmes, con su mirada intacta. Siento su respiración sobre mí y mentiría si dijera que no quiero que me tome en estos momentos, su porte se ve realmente lujurioso, siento como mi intimidad se humedece… él es un maldito que solo se metió en mi cabeza y sus orgasmos son jodidamente únicos y bueno
Charlotte Nos ocultamos detrás de unas paredes, estábamos solo los dos, las ganas de que él terminara con lo que estaba haciendo, que me haga suya en estos momentos, la adrenalina que siento sube mi nivel de excitación al ciento por ciento. —¿Trajiste compañía, Adriano? —le dije, él me miró con una mala mirada.—Vine a hacer esto solo, así que no tengo idea de donde salieron, aunque seguramente es obra tuya, porque eres tu la que se encarga de hacer ese tipo de cosas —ruedo mis ojos, él solo me está subestimando. —Si crees eso, lárgate. Puedo encargarme de esto sola. Es claro que es una pinche trampa que alguien me puso, o nos puso —digo, pensando lo que está pasando. Esto no puede ser obra de Luciano, nadie más sabía de esto, aunque no creo que él fuera capaz de hacer esto, porque acabó con dos de mis hombres. Escuchamos como la balacera estaba más grande, comenzaron a disparar hacia todo lo que vieran. —Debemos buscar la manera de salir de acá. —¿No crees que es la mejor mane
Adriano Analizó la situación, no puedo creer que nos estén atacando de este modo a los dos. Comienzo a toser y antes de que el humo pudiera llegar a afectar mis fosas nasales, levante mi vista y veo a Charlotte en el suelo, me debato contra mí mismo, porque a decir verdad, no quiero acabar con ella sin antes disfrutarla, sin antes poder aclarar todas esas cosas que pasan en mi cabeza. Como pude me puse de pie para ayudarnos a salir, ella se desmayó como si esa fuera la solución, la fortaleza le quedó en nada. La pongo sobre mi cuerpo herido, necesito que salgamos pronto de este lugar. Caminé con dificultad, el humo estaba comenzando a ingresar en mi cuerpo, comencé a toser y seguí caminando con gran dificultad. Llegué hasta la puerta en donde se hacía difícil pasar, bajé a Charlotte al suelo. Sin embargo, las temperaturas de las paredes y puertas estaban extremadamente altas, puse una mano allí intentando empujar, pero era imposible sin que resultará quemado. La estructura del lug
DonatoDestapo una botella de whisky, esto amerita una gran celebración. Le pido a Nicol que me sirva una copa mientras ella se sienta sobre mis piernas. —Dime que en verdad lo hiciste… ¿De verdad acabaste con Charlotte? —asiento con mi cabeza, ella me da un abrazo y luego unió sus labios con los míos, dándome un beso demasiado pasional. Por eso es que me gusta tanto, es una digna amante.—¿No pensabas que lo iba a hacer? soy un experto en el tema… Sí claramente acabé con ella, lo mejor es que no solo acabé con ella. También con el imbécil de mi hermano, como dicen por allí dos pájaros de un solo tiro. —Ella sube una de sus cejas y comienza a dar uno que otro aplauso. —¿Crees que era necesario acabar con tu hermano? Él hubiese servido para muchas cosas en nuestro clan —ella comenta mientras pasa sus manos por mi cabello—. Lo único que importaba en realidad es que acabarás con ella por todo lo que me hizo, por todo lo que nos hizo. Porque esa mujer no merece ni la más mínima compasió
Charlotte ¿Qué es peor que vivir con su enemigo? Estar enamorado de él, observó como duerme, tal vez dos medicamentos que le pusieron eran demasiado fuertes y ahora no tiene control ni de él mismo. Estoy luchando, en verdad lo estoy haciendo. No quiero que él se dé cuenta que me importa muy poco que me quería matar, la verdad mis sentimientos hacia él son diferentes, y por más que quisiera sacarlo de mi vida, realmente no puedo, soy demasiado masoquista, nadie me ha hecho sentir lo que él ha hecho y creo que eso es algo que no es tan fácil de olvidar. Mi piel se eriza, tan solo al verlo, imaginar que sus manos me recorren de nuevo… aprieto mis piernas intentando controlar los deseos que este hombre provoca, ¡Qué estúpida soy! Me estoy quemando con fuego y no hay nadie que apague todo el incendio que este hombre está generando en mi. Me retiró la bata que traigo, dejando a simple vista la lencería. Mi cuerpo aún está intentando reponerse de todo lo que ha vivido. Miro mi abdomen ¿q
Fui directo hasta la biblioteca de mi padre, está que queda en la casa perdida, esa es la que vivíamos hace muchos años, aún me duele entrar en este lugar, porque aquí fue donde destruyeron mi vida por completo y lo peor es que nadie hizo nada para evitarlo. Pero sé que aquí puedo encontrar respuestas. De alguna u otra manera quiero tenerlas, no pienso darle nada de dinero ni a ni poder a Adriano o su familia, pero tampoco quiero quedarme con la duda de lo que verdaderamente sucedió. Miro alrededor, las paredes siguen intactas. Me encantaría destruir este lugar para borrar los malos recuerdos, pero sin duda los recuerdos de mi madre están aquí y no quiero borrarlos.Limpio una de mis lágrimas, no puedo creer que todavía esto me afecte y me llene de impotencia. Comenzó a buscar su caja fuerte, nunca se me dio por abrirla, tenía el dinero suficiente y la verdad buscar cosas de él no eran necesarias para mí. Coloca un par de números aleatorios y combinaciones que alguna vez escuché,
Adriano Fui directo a mi casa, las cosas eran mejores así, es mejor rendirse ante el amor que siento por ella. Pero para que eso sea posible, lo primero que voy a hacer es que todos lo sepan, no hay otra forma de que las cosas se hagan diferentes. Al llegar pude ver el carro de Donato mal estacionado, arrugo mi entrecejo porque él siempre ha sido muy meticuloso, muy perfeccionista. Dejé las cosas y entré a la casa. Puedo escuchar los gritos provenientes del despacho, saco mi arma y la alisto para caminar lentamente, me asomo y veo como Donato comienza a lanzar todo, sin importar lo que vea, mientras habla por teléfono. —No puedes venir para acá. Te queda prohibido, porque te aseguro que si vienes, te mataré —él dice y luego suelta una risa jocosa—. Adriano jamás debe enterarse, él debe seguir su camino y pensar que eso era cierto porque de lo contrario, tu eres el responsable de todo y no solo acabaré contigo, si no que también acabaré con tu familia de una manera dolorosa. Me qued
Adriano Esas palabras sin duda hacen que en mi algo cambie, el respeto y la admiración que alguna vez llegué a tener por Donato, él hablaba como si en realidad no le afectara nada, como si no hubiese sido nuestra madre la que perdió la vida en esa ocasión. —Solo quiero que me asegures que tu no tuviste nada que ver con la muerte de ella, me importa muy poco en estos momentos las mentiras, los engaños… lo único que quiero saber es que no eres el culpable de que ella haya muerto. —Donato sonríe, mientras hablo lleno de frustración. —¡Qué más da! escuchaste todo, entonces no veo porque vamos a seguir con falsedades. Te quedó grande el trabajo, realmente no pudiste hacerlo. Esa pu7a te ganó, no te importó que se revolcaba con muchos a la vez que contigo, nunca pudiste hacer que ella hiciera lo que tu querías, te quedó grande —él grita. Me lleno de rabia que disparé al techo una vez para que hiciera silencio. —¡Cierra tu maldita boca! —lo apunté. En este negocio, la traición se paga c