Adriano Al entrar espere que llamaran y trajeran a Charlotte, no tenía de otra más que esperar hacer que las cosas retomen su ritmo natural. Observo el lugar, definitivamente un lugar desastroso para cualquier persona, observó como ella aparece, su bello rostro está golpeado sin contar qué tiene rastros de sangre sobre su ropa. Definitivamente no sé como sentirme con eso. Me pongo de pie instintivamente, ella hace una mueca cuando me ve y simplemente continúa hasta sentarse enfrente de mí. —¿Qué haces aquí? No es muy normal esperar este tipo de visitas mientras estoy en esta situación —ella me dice, mientras pone sus manos en el cuello aparentemente está demasiado agotada. —Vine por ti y esa es la única respuesta que tengo a tu pregunta —le comenté y ella comenzó a reír sutilmente. —Por favor Adriano, creo que es suficiente con tus palabras locas y sin sentido, te recuerdo que todo esto me sucedió a mí y no me gusta involucrar a terceros. —No soy un tercero Charlotte y lo sabe
CharlotteVolví de nuevo a la celda, más molesta que antes. En especial porque ese hombre se está metiendo de más en mis asuntos. Me senté a esperar que podría pasar, si lo que él dice es verdad, lo más seguro es que salga de esta pocilga mañana mismo, de lo contrario, creo que él pagará las consecuencias por hacer ese tipo de cosas y si es verdad Lía también lo hará. Se supone que tengo personas de confianza haciendo eso, se supone que hay un protocolo, pero no. Aquí estoy dependiendo de ese hombre como si fuera lo más. —Pensábamos que no ibas a llegar —dice una mujer, giré de inmediato y la mire. —¿Qué hace acá? se supone que en esta celda estoy sola. Quiero una explicación, una razonable o si no, no pienso descansar hasta que les hagan pagar —les dije. A este punto, mi cabeza va a explotar, no tengo muy claro que se va a hacer de ahora en adelante en este lugar, al menos por parte de ellas, porque lo que es por mí, realmente pienso cambiar las leyes de aquí, las cosas se deben h
CharlotteAbro mis ojos cuando siento como tocan mi mano, lo primero que veo es que estoy conectada a algunos aparatos conectados a mi cuerpo, intenté ponerme de pie, no obstante, eso hace que mi cuerpo tiemble de dolor. Me quejo en baja voz, luego llevo mis manos a mi abdomen por inercia, de allí provenía el dolor. Aún estoy en la cárcel, es fácil notar estos servicios tan precarios que tienen. —Ya despertó, pensé que lo iba a hacer hasta en horas de la mañana —dice una mujer mayor, que se acerca a colcoarme algún medicamento. —¿Qué es eso? —pregunto algo agitada. —No la voy a matar, si lo hubiera querido hacer ¿no cree que hubiera aprovechado que estuviera dormida? —muevo mi cabeza, tiene toda la razón—. Ahora, este es un medicamento para el dolor, me imagino que los golpes que le proporcionaron deben doler un carajo. —Sí, duelen demasiado. ¿Qué me sucedió? recuerdo que antes de que me golpearan, estaba mal… No podía ni sostenerme de pie, así que necesito saber la verdad, tal v
Charlotte “Pueden salir” son las palabras que dijo ese hombre, ese que ni siquiera fue capaz de dar la cara para poder decir, sí me equivoque, no tuve la más mínima prueba de que eran culpables. Salí de allí con mi sonrisa satisfactoria. A pesar de que las cosas no eran como las planeaba, siempre resultaban a mi favor. Salimos y aunque mentí diciendo que estaba bien, claramente no lo estaba. Mis piernas temblaban al parecer el aborto afectó más de lo que yo creía, solo espero que esto no tenga consecuencias a futuro y no afecten mi vida en el presente. Al salir, lo primero que vi fue a mi hermana con Fabrizio, ella suelta lo que tiene en sus manos y luego se lanza hacia mí, me abraza como si en verdad me extrañara. Llegué a imaginar que con todo lo que sucedió entre ella, Julie y yo, las cosas iban a ser diferentes y que claramente iban a cambiar; pero por lo visto, ella es consciente de que solo me tiene a mi.—Charlotte, no sabes como me preocupé. Pensé que no te iba a volver a
CharlotteLlegué al puerto con otra visión, está vez no será tan fácil para los demás intentar acabar conmigo, hundirme de alguna manera, aprendí suficiente con esta lección y no pienso volver a caer tan fácil. Intentaré. Organizó las cosas, las personas a las que le dimos la mercancía quedaron por llegar, a pesar de lo que sucedió y que la policía confiscó todo, ellos desean llevar más producto y hoy al escoger un lugar seguro, podemos decir que el intercambio será exitoso. Organizó mis lentes, esta vez voy con Fabrizio y Luciano, Adriano quedará de llegar en unos cuantos minutos, él está bastante convencido que mi confianza hacia él es muy grande. Aunque no voy a negar que lo que hizo, me hace obsérvalo con otros ojos, muchas personas a lo largo de mi vida, han hecho muchas cosas con tal de que queden en un “altar” , sin embargo, nadie había hecho eso, él más que en un altar ha quedado en otro lugar, en uno que nadie ha llegado anteriormente. —Señora, llegaron los hombres, los re
Adriano Escuchar como él se le declaraba, claramente fue algo que no quise ver en el momento, a pesar de que sabía que era algo lógico que podía pasar. En algún momento llegué a sospechar que eso era obvio, la forma en la que él la miraba y como se preocupaba, es claro que el puede ser una gran competencia para mí. Quise mostrar seguridad, en especial porque no puedo demostrar que eso en verdad me afecta. Observó como ella enciende un cigarro, pareciera que estuviera bastante satisfecha con lo que le acabo de decir el chofer, imaginar que ella en algún momento puede corresponderle es algo que nubla mi mente, me hago a su lado, su aroma me llama tanto que me es imposible pensar con claridad.—Y entonces... ¿Con qué quieres empezar? —ella pronuncia con sensualidad. —Me declaro inocente al no tener idea de lo que acabas de decir —le respondí y ella sonrío de lado. —Me pediste una oportunidad, no veo porque no hacerlo, debo decir que me alcanza a dar curiosidad como va a resultar todo
AdrianoSolté una gran carcajada, era increíble que esté sujeto se metiera en todo lo que no le conviene. —¿Me imagino que está feliz? Por lo que veo logró lo que muchos no pueden, enamorar a la señora —él habla con resentimiento..—Algo que prácticamente tú nunca podrás hacer, solo eres un chofer y ya —le dije. —Sé muchas cosas de usted, cosas que seguramente ni la señora ni nadie de por acá sabe —él dice, mientras limpia sus zapatos con la bota del pantalón—. Yo de usted andaría con cuidado, porque sencillamente cada movimiento que haga mal será beneficioso para mí y malo para usted. —¿Qué es lo que quieres decir? Porque no me gusta que anden con rodeos. Esas cosas no van conmigo, así que te recomiendo que dejes las amenazas para después, o mejor te las guardes en algún lado porque para mí no tienen importancia —le comenté, mientras la miraba fijamente acortando la distancia entre nosotros dos. —Quiero decirte que no me subestimes, aunque no lo creas puedo hacer mucho más de lo
CharlotteSus manos recorren mi espalda desnuda, podría detenerme, podría simplemente parar y decirle que sé todo. Sin embargo, cuando las fuerzas de atracción son más fuertes que esto, simplemente no hay marcha atrás. Con él pierdo mi fuerza de voluntad, con él pierdo mi esencia y lo que soy… Lo peor es que no se si eso es algo bueno o malo. Cierro mis ojos cuando siento su boca, sus besos húmedos hacen contacto con mi piel y puede que esté loca, ¿quién no lo estaría al escabullirse a un lugar lejano con el hombre que te quiere hacer daño? Él aprieta mis manos, sus besos suben de intensidad, un gemido involuntario sale de mi boca, es algo que no puedo controlar. Sus manos bajan, tocan mis muslos, aprieta levemente por donde pasan. Suelto una risa nerviosa, cuando él besó mi cuello. Sí, siempre me he regañado por ser tan débil en ese aspecto, es claro que un hombre que me sabe satisfacer, no es fácil de desechar. Él me gira, para luego apropiarse de mis pechos, los saborea como si