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Capitulo 3: ¿Dónde Estoy?

—Este es un sueño muy raro, ya que nunca antes había estado en un lugar así—dije viendo el hermoso lugar en el que estaba, parecía una jungla tropical sacado de un cuento de hadas; habían animales que solo había logrado ver en películas de fantasías o en libros de cuentos, logre ver en el cielo peces voladores, un cerdo con alas y otro tipo de aves cada vez más raros.

—Un momento ¿Un cerdo con alas? Creo que me estoy volviendo loco—

Eso me hizo recordar a un sueño que tuve cuando era pequeño ya que mi papa me dijo que me compraría un juguete que le pedí cuando los cerdos volaran, suspiré y me senté en el suelo con las piernas cruzadas a pensar sobre lo que está pasando.

—¿Qué es eso?—voltee al escuchar un ruido atrás mío, vi las hojas moverse, recordé el entrenamiento que recibí de mis padres, por seguridad subí a un árbol para ver que movía los arbustos.

Escuche a lo lejos un sonido muy fuerte como pisadas que me dejaron asombrado al ver de dónde venía, era una bestia enorme que caminaba en dirección a donde yo estaba, mientras más se acercaba más temblaba y el árbol donde yo me subí se ladeo como una hoja al viento; conforme se acercaba pude ver mejor como es ese animal, un tigre azul con colmillos largos y una serpiente por cola.

—Es más grande que todos los árboles que hay en esta jungla—dije mientras me escondía para que no me vea, debía medir alrededor de 15 metros de altura; cuando se acercó, aguanté la respiración y evite hacer ningún ruido, ya que los felinos tienen un oído muy agudo y con el tamaño de ese animal supuse que me oiría sin importar lo lejos que este; lo que más me asombro era su cola, parecía que estaba cazando, ya que buscaba en todas partes y siseaba como si estuviera observando a su presa.

—No respires, No respires, No respires—Repetía en mi mente mientras me tapaba la boca para no hacer ningún ruido; pasaron quince minutos mientras buscaba comida y avanzaba, felizmente se alejó y no se percató de mí.

—¿Es en serio?—Grite una vez me di cuenta que ya no me oiría —Felizmente esto es solo un sueño, no me gustaría encontrarme con eso en la vida real—

Se escuchó un crujido donde estaba parado, era la rama rompiéndose —¡AHH!—grite mientras caía del árbol, cuando caí me levante y me mire en todo el cuerpo que no me haya hecho nada grave.

—¿Qué paso?—pregunte mientras miraba en todas partes, entonces vi que la rama donde estaba parado se había roto, parece que el movimiento había hecho que la rama se afloje y ya no pueda aguantar mi peso.

–Si estoy en un sueño, los golpes no me deberían de doler ya que es algo creado en mi subconsciente—pensé mientras razonaba por lo que paso, entonces me di cuenta que esto no era un sueño.

—¡¿Dónde Estoy?!—Grite y me asuste por un momento, luego entre en pánico y camine de un lado a otro para relajarme y pensar ¿Que hice después de dormir? y ¿cómo llegue a ese lugar?

—A ver, me eche en la cama, converse conmigo mismo como loco, me puse a pensar en los regalos que me darían por mi cumpleaños—seguí pensando pero no se me ocurría nada; así que trate de calmarme

—Feliz cumpleaños a mí, Feliz cumpleaños a mí—empecé a cantar algo decepcionado por cómo empezó mi día, entonces recordé las enseñanzas que me daba mi padre cada vez que íbamos a un campamento.

—Siempre que te encuentres en un lugar nuevo, respira y analiza tu entorno, busca un refugio en caso de que te sientas en peligro y busca alimentos en el caso debas quedarte mucho tiempo en ese lugar—Luego me tiraba a un bosque, una jungla, un rio, entre otros lugares desastrosos, para poner en práctica todo lo que había aprendido, pero en ninguno de ellos había visto animales como los que hay acá.

Mientras buscaba un refugio vi a lo lejos una montaña alta de donde podría divisar toda la isla, y analizar donde me encuentro.

—A ver Simón relájate y vamos a esa Montaña ahí podremos ver dónde estamos y podremos escapar de acá—me puse a pensar mientras caminaba hacía la montaña –Tienes razón vamos—Me respondí a mismo.

—Me estoy volviendo loco—grite mientras comencé correr para distraerme.

Mientras caminaba recordé todos los entrenamientos mortales que me habían dado– Sera este otro de sus entrenamientos—pensé mientras me molestaba pensando en esa posibilidad —Seguro quería sorprenderme por mi cumpleaños ya que ha pasado casi un año desde la última vez que lo ha hecho, si es así prometo que me vengare algún día—

Subí a un árbol para calcular la distancia y cuánto demoraría en llegar a la montaña, mientras caminaba por el bosque pase por un rio, donde vi algunos animales asombrosos, otros muy raros y otros graciosos.

—Mira que genial como toca guitarra ese cocodrilo—pensé mientras observaba desde arriba –Canta muy bien para tener un hocico tan grande—cantaba como los campiranos y era algo muy gracioso, me quede viéndolo un rato pero recordé que no podía perder más tiempo así que seguí mi camino.

—Si me atrapa la noche, no sé qué clase de animales salvajes me encontrare aquí así que debo apurarme—pensé, por ello acelere el paso para llegar rápido–Pero cantaba muy bien, quizás podemos armar una orquesta, buscare un león que toque la batería y una serpiente que toque las maracas—empecé a reírme por las tonterías que pensaba.

En mi camino a la montaña tuve que ocultarme por muchos seres extraños que vi; un mono con dos cabezas, un lobo que corría en dos patas, este parecía un Licántropo de las películas de terror; un gato con una garras tan largas que me hizo recordar a un personaje de una película que vi la otra vez, pero el más sorprendente de todos seguía siendo el tigre azul gigante o eso pensé.

—¡¿Qué es eso?!—Grite al sentir el aire soplar fuertemente, me oculte en unos arbustos esperando lo peor.

Se hizo de noche y el cielo se oscureció, un sonido horrible y desgarrador se escuchaba desde lo alto, mire para arriba y vi volando un ave enorme de unos veinticinco metros de largo, tenía colmillos en su pico, unas patas con cuatro garras enormes, tenía cuatro alas y la cola partida en dos; lo más peculiar era el color de sus plumas, eran totalmente negras como la misma noche.

—Debo tener más cuidado, no quiero encontrarme con eso mientras este durmiendo—Pensé mientras me alejaba de ese lugar.

Retome el rumbo a la montaña para poder ubicarme rápidamente y salir de este lugar donde podía morir en cualquier momento, —Que suerte la mía—Exclame pateando una piedra –Es mi cumpleaños y se les ocurre mandarme a una isla donde existen animales que nunca había visto en mi vida y no espero morir con tan solo diecisiete años de edad ¡Aun soy virgen!—

Camine alrededor de tres horas para llegar a la montaña, la montaña era enorme y la subida era muy inclina, —No será fácil llegar a la cima—pensé mientras buscaba por donde subir, trepe al árbol más alto que pude ver y mientras miraba hacia arriba, pude ver cómo iba cambiando el ambiente conforme se llegaba a la cima, el clima iba cambiando como si tuviera vida propia; en la parte baja había mucha humedad, en la parte del medio estaba lloviendo, más arriba hacía mucho calor y en la cima estaba nevando; también pude ver que los animales eran más salvajes ya que vi como dos aves peleaban en la parte más alta.

—¿Qué es eso?—miraba a lo lejos mientras bajaba del árbol

Voltee y vi una nube de polvo dirigirse a donde yo estaba, salte a un lado para evitar que me golpee lo que venía, cuando se detuvo vi que es un gran animal

—¿Por qué me atacas? No soy comida—le dije alzando los brazos para tratar de tranquilizarlo, pero no me hizo caso y empezó a correr hacia mí, lo esquive con las justas y me levante para poder correr, cuando voltee a verlo para estar preparado vi que tiene otra cabeza atrás así que se detuvo y volvió a atacar.

Corrí lo más rápido que pude y me subí al primer árbol que vi y salte de rama en rama para tratar de perderlo, pero al tener dos cabezas podía observarme mejor y me siguió durante todo el camino.

Me detuve en un árbol grueso para pensar como escapar o como detenerlo, pensé que aguantaría los golpes de este animal y me daría algo de tiempo para poder planear algo, pero sabía que no sería por mucho.

Suspire aliviado —Por poco y me mata—Baje la mirada para poder saber contra que me enfrento y saber cómo combatirlo, desde arriba pude ver que era un jabalí enorme, media alrededor de dos metros y medio, al ver que tenía otra cabeza en el trasero, me di cuenta que eso sería un problema, ya que podía atacar más rápido sin perder de vista a su presa y eso me hizo pensar.

—¿Cuándo tiene ganas de ir al baño como hacia? ¿Sale todo por esa boca que tiene atrás? Y ¿Cuál es el trasero?—me distraje pensando un montón de tonterías, entonces pude ver que el cerdo estaba caminando en círculos esperando a que baje del árbol, para atacarme, pero luego de un rato se alejó y regreso corriendo. El árbol se agito y casi me caigo, de no ser que por la rama que estaba debajo mío donde quede colgado.

Vi hacia abajo para no caer sobre el cerdo y morir de un solo golpe, en ese momento logre ver que una de las cabezas era un Jabalí normal, pero la otra tenía dos cuernos en la frente, parecía un toro —Esta intentado derribar el árbol a golpes—pensé mientras escalaba la rama.

Tuve que pensar rápidamente ya que solo tenía dos opciones, huir o luchar, pensé en que podía hacer para escapar de esta situación.

—¿Qué me había enseñado mi padre sobre jabalíes con dos cabezas?—Pensé, —Nunca me habían preparado para una situación como esta—desesperado solo pude pensar en una espada que mi padre me enseñó a usar hace algunos años, me imagine teniendo la espada entre mis manos y clavándosela al cerdo para matarlo, así podría salir vivo de esta y tener comida hasta la próxima semana, pero sabía que sería imposible conseguir una en ese momento, eche la cabeza para atrás y me tape los ojos intentando pensar claramente, pero escuche un ruido que caía al lado mío en la rama, me asuste pensando que era otro animal y me puse en guardia para golpearlo, pero al ver bien, vi que era la espada en la que estaba pensado.

—Ahora si cerdito llego tu hora—Pensé mientras cogía la espada y planee como matar al animal antes de que él me mate a mí, espere a que el cerdo embista el árbol y demore en alejarse esa será el momento en que debo atacarlo, espere el momento indicado y apenas choco su cabeza con el tronco salte empuñando la espada con todas mis fuerzas y apuntando a su cabeza principal.

—¡LA CENA ESTA SERVIDA!—Grite mientras caía, aunque creo que pude haber gritado algo mejor pero lo hecho, hecho esta. Caí tan rápido que el viento hizo que cierre los ojos, pero sabía que estaba yendo en la dirección correcta.

Cuando caí sentí un golpe seco y el jabalí grito muy fuerte, me sujete a la espada que se clavó en su cabeza y el cerdo empezó a correr montaña arriba y mientras se desangraba yo me aferre como si mi vida se fuera en ese momento, me sujete lo más fuerte que pude y espere a que el cerdo se canse o a que yo salga volando, lo que ocurra primero.

A pocos metros de llegar a la cima me di cuenta que estaba nevando –Seria un momento hermoso de no ser por estar colgado sobre un jabalí monstruo de dos metros y medio colgado de una espada en su espalda—poco después el cerdo perdió el conocimiento y cayó sobre la nieve, me acerque para verlo bien y vi que había perdido mucha sangre por la espada y el frio no le ayudo a seguir avanzando.

—¡Aja! Esta victoria es mía—Le grite al cerdo; levante la espada y le di el golpe final para asegurarme de que no me vuelva a atacar.

—¡Que frio!—empecé a temblar, me había olvidado que estaba nevando y que estaba en la parte más alta de la montaña, junte leña rápidamente y prendí una fogata para calentarme, le quite la piel al cerdo y corte su carne para cocinarla; aproveche la piel para cubrirme y no morir congelado, cuando me di cuenta ya había anochecido pero felizmente había logrado lo que me propuse, llegar a la cima así que cocine la carne del jabalí y cené mientras descansaba de esa carrera mortal.

Mientras pensaba en donde estaba, me senté al lado de la fogata y me tape con la piel del cerdo –Solo queda esperar a que amanezca para poder ver donde estamos, perdí mi cumpleaños—Pensé desanimado abrazando mis piernas para no perder calor, mi padre una vez me dijo –Cuando estés en un lugar que hace mucho frio no te duermas, busca calentarte si no te podrías morir y piensa en otras cosas, de esa manera no pensaras en el frio—

Mirando al cielo pensé– ¿Que estarán haciendo mis padres? de seguro están divirtiéndose y comiendo pollo con la enana, mientras yo estoy aquí en uno más de sus entrenamientos locos.

—¿Qué dirían mis amigos en este momento?—dije mientras pensaba en ellos, me acorde de los chistes tontos que hace Christian en este tipo de situaciones, por dentro me sentí un poco solo ya que me había acostumbrado a pasar tiempo con ellos, luego cerré los ojos y pensé con mucha fuerza —Quiero verlos—.

Estaba con la cabeza agachada y me estaba quedando dormido, entonces escuche un sonido al frente mío; levante la cabeza y vi cinco puertas que aparecieron de la nada, me pare y me acerque asombrado para ver de qué se trataba esto; pensé que estaba soñando o que el frio me está haciendo ver alucinaciones, las toque y me di cuenta que no era así que eran reales.

—¿Que serán estas puertas? ¿Por qué no las vi antes? Y ¿Qué hacen aquí en medio de la nada?—me asombre y vi que arriba tenían algo escrito

—¡LILIANA! ¡CAMILO! ¡MONICA! ¡CHRISTIAN! ¡NESTOR! ¿Por qué estas puertas tienen el nombre de ellos?—me acerque porque me dio curiosidad y abrí la puerta que decía Néstor, sentí como la puerta me succiono y me llevo al otro lado, sentí como volé por unos segundos y caí en el suelo.

Abrí los ojos para ver donde estaba y todo había cambiado, ya no estaba en la montaña; parecía que había mucha neblina porque todo se veía en blanco y negro. Así que camine buscando descubrir donde estoy, a simple vista parecía la ciudad Bogotá con la ligera diferencia de que todos estaban vestidos con un estilo muy antiguo, gabardinas largas y marrones; los hombres con sombreros anchos y las mujeres con sombreros bombines blancos; todos vestían de la misma manera y caminaban como si nada importara, camine dando vueltas por toda la ciudad

buscando respuesta a lo que está pasando, cuando pase cerca de una tienda y me

en una de las vitrinas, quede petrificado al darme cuenta que yo también estaba vestido diferente.

—¿Por qué estoy usando esto?—Tenía una gabardina larga que me llegaba a los tobillos blanca con cuello alto, unos pantalones elegantes marrones con rayas grises, una camisa blanca bien abotonada y una corbata negra, no sabía que estaba pasando

—¡AHHHH!—Escuche un grito a lo lejos, parecía el grito de una mujer —¡AUXILIO! ¡AYUDENME!—volvieron a gritar, entonces corrí en la dirección de la cual venían los gritos, para poder ayudar a esa persona, pude ver como dos hombres jaloneaban a una mujer.

—Vamos mi amor, prometo que te divertirás conmigo—Le dijo uno de ellos, pero la chica no se dejó y le metió una cachetada

—¿Qué crees que estás haciendo primor? Una dama como usted se va a lastimar la mano si hace esos movimientos bruscos—le dijo el otro mientras intentaba agarrarla de la cintura.

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