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Capítulo 4. Lágrimas de sangre

Después de eso se fueron a comer pizza, Melany le preguntó a su hermana ¿Y cuándo piensas comprar tu moto?

Ella le respondió todavía no, porque si me compro la moto nos quedamos sin dinero con que invertir y la idea que tengo es abrir nuestra propia tienda el próximo mes.

Kelaya le siguió explicándole diciendo en este mes vamos a ver cómo nos va con las ventas, con las redes sociales y así mismo arrendaremos un local y además quiero que comiences a pensar en un nombre bien bonito para la tienda.

Melany se emocionó mucho con la idea y le preguntó ¿y Cuándo coloquemos la tienda renunciarás a tu trabajo? ¿Cierto?

A lo que Kelaya le dijo esa es la idea, pero primero veamos qué pasa con las ventas en este mes y si vemos que las ventas se nos duplican, podemos trabajar las dos en ella.

Melany, muy feliz, le preguntó ¿te imagina lo feliz que seriamos con esto?

Ella la miro, mientras le decía como te falta un mes para que te gradúes de la secundaria y el próximo año entrarás a la universidad, entonces si nos va bien con este negocio, tú te encargarías de las cuentas, porque quiero que entres a estudiar en el día, ya que no puedo pagarte una universidad privada, así como lo quería nuestros padres, por lo menos que tus estudios sean diurno, por el hecho de que eres muy buenas con las cuentas y yo me encargo del resto durante el día y cerramos a las seis de la tarde para yo irme a la universidad.

Melany dijo, ¡No!, podemos cerrar más tarde, ya que a las cinco y media vendría yo de la universidad y te remplazo y cerrarían a las ocho o a las nueve de la noche y así no perdemos estas dos horas, la cual serían las horas que las personas que trabajan nos puedan comprar algo, ambas estuvieron de acuerdo con esto.

Melany se emocionó mucho y le dijo ya verás que nos irá mejor que antes, y mientras comían su pizza comenzaron a planear todo lo que harían sí llegaban a abrir su propia tienda.

Al día siguiente, como Kelaya había salido a vacaciones de la universidad, le tocaba trabajar turnos de noche, hasta que volviera a entrar de nuevo, ambas muy emocionada al ver que le había llegado surtido nuevo, comenzaron a subir todos los que les había llegado a sus redes y a, promocionarlo a su vez.

Había llegado la hora de Kelaya de ir al trabajo, así que le dijo a su hermana que se encargara del resto y se fue a su trabajo, y en el camino a su trabajo le habían robado su teléfono móvil, dejándola así con una deuda nueva que pagar, ya que tenía un mes que había sacado ese teléfono y lo estaba pagando a cuota.

En ese momento pensó que siempre que pensaba que las cosas le estaban yendo bien llegaba un contratiempo y le retrasaba sus planes, porque con este robo que había sufrido tenía que volver a sacar un nuevo teléfono y no sabía si esta vez se lo dieran a cuota o tendría que pagarlo ha contado y si era esta última descuadraban sus finanzas, para comenzar con su negocio.

Pero luego le dio las gracias a Dios porque a ella no le había pasado nada malo, y apenas había llegado a su trabajo y llamó a su hermana para decirle lo que le había pasado, por si la llamara y no contestara no se fuera a preocupar por ella.

En ese tiempo que ya había trascurrido desde que habían llegado a esa ciudad, se habían dado cuenta de que sus padres nunca las habían abandonado y siempre estaban con ellas ayudándolas en todo.

Al día siguiente había ido a su operador telefónico y le dijeron que no podía sacar otro teléfono para pagarlo a cuota, ya que el que había sacado antes todavía no lo había terminado de pagar y ella recién estaba abriendo su experiencial crediticia.

Después Kelaya preguntó, por el precio del teléfono más barato que tenían. Luego le dijo, pero quiero que en el teléfono pueda hacer mis transacciones y manejar mis redes sociales y una que otra cosita más, ya que ella utilizaba su teléfono para muchas cosas más, pero los precios que le había dicho el asesor la había dejado un poco estresada, porque tenía que sacar un millón de pesos del dinero que tenían ahorrado para su negocio y ahora tenía que comprar un nuevo teléfono, porque lo necesitaba mucho en aquel momento y así lo hizo ella.

Pero no se desanimó por esto, solo se dijo tranquila Kelaya que esto es un solo un tropezón en el camino, ya verás que te irá bien en tu negocio, no importa que te pase de ahora en adelante, debes de tener fe que te irá bien en la vida.

En ese momento ella se puso a pensar que porque los ladrones no tienen conciencia y no se ponen a pensar que tanto sacrificio hizo esa persona para tener aquel teléfono, para que ellos se lo roben, así como así y lo peor de todo que ahora solo le había quedado la deuda por pagar.

Después de dos meses se habían dado cuenta de que sí les había funcionado las publicidades que habían pagado por estas redes sociales, tanto así que tenían el apartamento lleno de pedidos para enviar a sus clientes en todo el país.

Luego de un tiempo, ya habían pasado unos meses y Kelaya junto a su hermana estaba inaugurando su primera tienda de accesorios, ellas estaban muy felices por ese logro después de la muerte de sus padres.

Mientras Kelaya celebraba su pequeño triunfo, Alejandro lloraba lágrimas de sangre por el secuestro de su mujer e hijo por nacer, ya que llevaban una semana secuestrados y solo los secuestradores lo habían llamado una sola vez y eso era para exigirle una suma de dinero exagerada, cosa que él estuvo de acuerdo en dárselos, pero les había dicho que necesitaba más tiempo para conseguir esa cantidad de dinero que ellos le estaban pidiendo, por el hecho de que tenía que ir al banco y sacar esa cantidad de dinero necesitaba aprobación y eso se demoraba un poco.

Los secuestradores, los cuales pertenecían al mismo grupo armado al margen de la ley que habían matado a los padres de Kelaya, habían estado de acuerdo con eso y le dieron hasta el día siguiente.

Luego Alejandro le dijo que, quería hablar con su esposa para asegurarse que ella estuviera bien, ellos le pasaron a su esposa la cual se llamaba Celeste, él lo primero que le dijo fue, tranquila, cariño que mañana volveremos a estar juntos de nuevo, ante de despedirse le dijo que cuidara muy de su pequeño.

Los secuestradores le arrebataron el teléfono de la mano de Celeste, porque consideraban que se estaba demorando mucho hablando con su esposo, para luego colocárselo a su oído y advertirle que no fuera a involucrar a la policía en esto, porque si no su mujer era la que pagaba las consecuencias.

Alejandro de inmediato estuvo de acuerdo y les dijo que haría lo que ellos le decían, después de colgar la llamada se puso en contacto con su banco para retirar aquella suma de dinero.

El dueño del banco, como era su amigo, lo atendió de inmediato y personalmente, pero luego le dijo no quiero meterme en tus cosas y tú sabes que en otros bancos te harían muchas preguntas al retirar esa cantidad de dinero.

Luego le preguntó ¿y para qué necesitas tanto dinero en efectivo?

Además, le dijo que si tenía algún problema le dijera que él lo podía ayudar, así que Alejandro después que lo había pensado por un buen rato le comenzó a contar a su amigo todo y este no estuvo de acuerdo en mantener al margen a la policía.

Él le dijo a Alejandro que lo mejor era que llamaran a la policía, ya que no era seguro que después de que le entregaran esa cantidad de dinero que ellos le estaban exigiendo dejaran ir a su esposa.

Alejandro después de reflexionarlo por un rato se dio cuenta de que su amigo tenía razón, así que estuvo de acuerdo y le dieron parte a la policía, de inmediato la policía se instaló en la casa de Alejandro y así poder intervenir los teléfonos de la casa.

Pero parecía que ellos supieran cada uno de sus movimientos y que él le había dado a saber a la policía sobre el secuestro de su esposa, ya que al día siguiente que habían quedado en comunicarse con él de nuevo, para que él les entregara el dinero, no lo habían hecho y a cada hora que pasaba Alejandro se preocupaba más por el destino de su mujer e hijo por nacer.

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