Kelaya escuchó que Carolina le decía al oído, solo espero que seas valiente de quedarte y ver a quien de las dos culpara tu esposo de todo este desastre y así de una vez por toda te darás cuenta de que lo que yo te dije es la mejor opción que tienes.

En ese momento sinceramente Kelaya no quería quedarse a averiguar que lo que decía Carolina fuera verdad, así que estaba a punto de dar media vuelta e irse, cuando escuchó que Alejandro le decía un poco enojado, tú te quedas ahí donde estás.

Carolina no esperaba que Alejandro fuera tan pacífico con su esposa, ya que, en otros tiempos, ya la hubiese mandado a volar por un tubo, por todo lo que había hecho a los recuerdos de su amada Celeste.

Pero por más que lo miraba, aparte de la mirada que le dio cuando entró y su voz de enojo, no se le veía esa furia que ella quería ver o esos gritos que se deberían de estar escuchando en toda la hacienda echándole la culpa de todo a Kelaya.

Algo estaba pasando ahí, puesto que por más que lo pensaba, n