A pesar de que Kingston ya tenía un patrimonio neto de miles de millones de dólares, la primera reacción en su mente fue que elegir una chica simple, ordinaria y buena sería lo mejor. Esa era la razón por la que nunca se había atrevido a considerar esas señoritas de familias eminentes. Nunca había estado interesado en ellas tampoco.

Además de eso, él estaba envejeciendo cada vez más. Por lo tanto, su primera reacción fue, ¿qué joven en su mejor momento querría tenerlo? La mayoría de las mujeres mayores de treinta años ya estarían casadas y habrían tenido hijos. Por lo tanto, era natural para Kingston pensar que las mujeres divorciadas con hijos también estarían en su consideración siempre y cuando ambos se quisieran.

Había olvidado por completo que ya era un jefe con un patrimonio neto de miles de millones. Sin embargo, la mentalidad que tenía para seleccionar una pareja también era lo que Sebastian tenía en mente.

A Sebastian no le gustaban esas señoritas de familias eminentes. Tam