Las lágrimas corrían por las mejillas de Vincent mientras ayudaba a Helena a enderezarse. “Helena, ambos somos en realidad de las montañas, por lo tanto no tenemos un gran concepto de la ética y la moralidad entre los humanos. ¿Te diste cuenta que al llegar a la universidad, nuestros compañeros de clase nos miraban de una manera peculiar? Somos hermanos, no podemos casarnos”.

Helena estaba atónita. Inmediatamente después de eso, las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas como la lluvia torrencial. “¿De qué estás hablando, Vincent? ¡En efecto, somos de las montañas! Sin embargo, ¡no soy analfabeta, y tú tampoco! No compartimos los mismos padres. ¡No estamos relacionados por sangre en absoluto! ¡Ni siquiera estamos relacionados legalmente! ¡Te llamo mi hermano, pero no eres mi hermano! ¡Eres mi amante! ¡Mi amante! ¡No somos hermanos! ¡Somos amantes! ¿Estás loco, Vincent?”.

Ella llamó a Vincent por su nombre mientras le recordaba que él no era realmente su hermano.

Sin embargo,