“¿Está muerto?”. Belinda estaba completamente atónita cuando escuchó las noticias por primera vez.

Inmediatamente después, murmuró: “Entonces, ¿quién nos dará dinero para gastar en el futuro? ¿Qué debemos hacer? ¿Qué debemos hacer si no tenemos dinero? Mi familia no me va a dar dinero. No solo no me darán dinero, sino que incluso me intimidarán. ¿Qué debería hacer? Si hubiera sabido que esto sucedería, nunca habría dado a luz a este niño. Ni siquiera puedo mantenerme. ¿Qué debería hacer?”. Belinda sollozó.

En ese momento, el tipo de arrogancia de una señorita de una familia eminente que la mujer una vez tuvo había desaparecido por completo. Había sido reemplazada fue una mujer lamentable que estaba acobardada y no sabía qué hacer en el futuro.

“Mi familia intimidará. La familia del anciano tampoco me dejará escapar. ¿Qué debo hacer?”. La mujer estaba temblando. Ya ni siquiera podía cuidar a su hijo. El niño seguía llorando en la cuna, pero a ella no le importaba en absoluto.

Despu