“Eso es todo”.

“Si crees que mi recién descubierta arrogancia por como me has tratado en estos dos días fue lo que me hizo empujar a Selene hoy, entonces no volveré a cometer ese error”.

Después de haber dicho eso, Sabrina apartó a Sebastian, antes de entrar en su habitación. Comenzó a empacar sus pertenencias sin demora.

Llevaba muy poco equipaje, sus pertenencias se componían esencialmente de los zapatos que ya llevaba puestos. Empacó el poco de ropa que tenía y algunos productos sencillos para la ducha. Todo estaba metido en una bolsa rota.

Con la bolsa colgada en el hombro, Sabrina no le dedicó una mirada a Sebastian, ni se despidió antes de desaparecer en la noche.

Sebastian se quedó de pie junto a la ventana, mirando la silueta que desaparecía en el piso de abajo.

Ella se marchó con decisión, sin dudarlo.

De repente él se dio cuenta de que los dos eran bastante parecidos.

Ambos eran capaces de ser muy amables, pero cuando llegaba el momento de cortar todas las relaciones