Hermana bebe un poco de agua, déjame sostenerlo y dártelo. Acomodaba su almohada, colocando el vaso sobre la mesa de noche. —Lamento haber demorado en buscarte, ha sido un periodo doloroso el verte a merced de una comunidad tan egoísta. Los ojos de Zaira habían perdido esa chispa que deslumbraba a cualquier persona. —No voy a perdonarlos. Falco levanto las cejas curvadas, arrugando la frente, y cuyos parpados abiertos, labios y separados, mostraban su asombro. —Es mejor que descanse por ahora, retirémonos. —la cubrió con las sábanas. Rodrigo se mantuvo impasible, cerrando los puños con fuerza, sin dejar de mirar a Zaira. —necesito un poco de alcohol para despertarme. —Beberás nuevamente. Retirándose del salón, se tocó ligeramente la nariz. “No Falco”, camino con las manos en los bolsillos con los hombros encorvados. Hasta que salió al balcón a tomar un poco de aire, deshaciéndose de la chaqueta que llevaba puesta. Con copa en mano, trago en seco, levanto los hombros hacia atrás,
Omar, es una persona muy significativa para mí, por eso guardaba las fotos de niño hasta su adolescencia, lo tiene registrado, cada foto representaba cada momento feliz que tuvo, y la que más guardo con recelo es el de la época navideña, el primer año juntos. Rebuscó los bolsillos de la mochila, “aquí tengo la foto de nuestra familia inicial”, el hombre que lo lleva en sus rodillas, es nuestro padre, un investigador que fue desaparecido por indagar en el caso de la luna roja. Interrumpiendo en el estudio Evans ingreso, mencionando. —Obtuve información sobre nuestro padre, él fue inculpado y al demostrar su inocencia, el director del caso A, se encargó de nunca volviese hablar. Es ese mismo hombre quien se encarga de embarrarme de basura, para hundirme y hacer lo mismo que con mi padre. Tienes testigos, prueba alguna que ratifique lo que dices, sino lo tienes, deja que el Doctor Darian, nos lo cuente Evans. —Reunidos todos, puedo hacer pasar a mi testigo. Aseverando Darian, mostro
“Es como si hubiese recibido un gran golpe”, su cabeza dolía, reviso su frente al percatarse de la mancha de sangre en el suelo, poniéndose de pie, sacudió su ropa, diciendo “Skiller donde diablos me has dejado”, el camino frente a ella, estaba obstaculizado con piedras de todo tamaño. Retirando cada piedra pequeña en las escaleras, subió, y el olor a madera quemada impregnaba el ambiente. Con las manos hinchadas y encontró un candado en la puerta. Buscando con que romper el candado, tomo una roca en punta, consiguiendo hacer una fisura en la madera, mirando a través de él. —¡Silencio! Pasos rápidos y firmes, eran hombres custodiando del otro lado de la puerta, busque donde esconderme, pero era no había salida, me apegue al muro, abriéndose un pasadizo oscuro y profundo, ante mi incredulidad. —Hay alguien fuera jefe. Sin tener mucho que pensar, entre, choque en el suelo con algo parecido al metal, mientras más me adentraba en el pasadizo una luz se vislumbró. Un extraño lugar fue e
“Adentrándonos a un oscuro y extenso bosque donde el hombre aún no ha poblado, donde lo que nuestros ojos ven no es necesariamente lo que es. Un reflejo vibrante, desde la mirada del cielo, un color abrasante que ante nuestra vista es borroso, y en nuestras manos desaparece.” Desde que despierto, puedo ver la majestuosidad del amanecer, desplegando poco a poco para abrazar con su luz el bosque, iluminándolo, de esa manera suelo salir a trotar durante las mañanas, mientras procuro vigilar que ninguna bestia salvaje salte la baya. Cumpliendo con lo que soy, una cazadora que por ningún motivo puede desobedecer órdenes. Suena el timbre, hora de reunirse. —pronunció Zaira en voz alta mientras corría. Llegaste puntual, ni un minuto menos…Zaira. —expresó Zero. “Oh mi dulce y encantadora cazadora
¿Quién anda ahí?, muéstrese ya. -dijo sujetando un palo de madera en sus manos. Una niña en este lugar, parece estar en apuros. Tranquila, te ayudo, te has perdido. Vine por comida. -dijo la niña de ojos grises, saliendo asustada. Es la primera vez que veo una niña pequeña, si te alarmaste por mi presencia, de verdad lo siento. Caminé para llegar al campamento, sacudí mis botas negras con lodo. Zaira que llevas en esa canasta. ¿Steven en serio me regañarás? es fruta. No puedes estar yéndote sola por ahí. -Steven ya lo avisé, ¿también debería a decírtelo, a ti? -chasqueó la lengua y siguió caminando sosteniendo la canasta. Zero, no me reproches. -añadió Steven levantando la mano en señal de alto. Pensé que preguntarías por Falco, como siempre. Solo dije eso por Falco, la considera su hermana menor después de todo. -Deberías relajarte Steven, tu maestro como lo llamas, no es tu todo, entiendes. -colocó su mano sobre su hombro. El jamás influiría en mí. -salió por la puerta tr
Continuación: -Yo vine a invitarlos a una cena, era todo. - ¿Debería asistir? – pregunto por tercera vez, al bajar mis manos y abrir mis ojos, él estaba en frente de mí sonriente. -Me gustaría que Salomón nos acompañase, sé que se llevan mejor que antes, me alegra. – no pude quitarle los ojos de encima, no sé si era por la luna que iluminaba o era simplemente el hablar tanto de él. - ¿Qué dices? “Un sendero antes nublado, hoy parece ser visible para mí, iluminándose, siendo reconfortado por tu calidez que nunca imaginé, en una sonrisa hasta mi último día.” ... “Primera noche de la bruja” -Lago Tsua. Una noche de luna llena la cual estaba destinada a cambiar mi decisión final. Los gritos ensordecedores, era tales que me dejaban atónita, y sin darme cuenta resbalé cayendo al río, en donde la creciente crecida, me arrastró envolviéndome en sus más embravecidas aguas. Todos y cada uno de mis recuerdos estaba él, entonces ya no podría hacer nada, po
Apoyado sobre la puerta Ibrahim esperaba, cruzando de brazos. —Arreglamos la abertura del caño, tal como tus inconvenientes, señor Falco. —Dime ya, cuáles son tus pruebas, sobre romper ese tratado, si es ninguna déjame de hostigar con esto. Puedes hacerte el sordo, pero jamás el ciego, cuando veas que mis palabras son reales, espero sigas reaccionando igual. —Se suelta el cabello blanco y largo, Ibrahim, diciendo. —Como quieras. En la salida del almacén, una curiosa Daesa, fingía no haber escuchado nada. Cuidado podrías haberte caído, sino hubiese sujetado esa silla. Sin quitarle la mirada de encima refutó. —Lo hiciste a propósito, crees que soy tonta Ibrahim. Debiste haber tenido un mal día, por eso ves cosas donde no las hay. —Agacho un poco su cuerpo para decirle al oído. —No te preocupes que tus secretos conmigo estarán a salvo. —Celoso, porque no te elegí. Procura que tu lobo llegue a casa temprano. —Que llevas ahí, dame eso. No es evidente, es una carta, y no es para Da
Después de haber puesto en prueba la fuerza de ese vampiro, descubrí, que el poseedor de ese corazón Omar, es capaz de apoderarse en minutos de la energía vital del objetivo que elija o sienta afinidad, pero aun es inestable, y si debo admitir algo, es que su regeneración celular es impresionante, incluso para mí, que es difícil. Se por experiencia propia que este elegido, poseía una fuerte voluntad para seguir viviendo, sin embargo, el amor que debía expresar con naturalidad a sus ojos, se detuvo, una situación de la cual estoy familiarizado. Por eso, puedo decirlo con facilidad, que el amor que pudo ser eterno, se aferra en sus recuerdos, según lo que Noah me dijo antes de desconectarse y convertirse en polvo. Un corazón opuesto al mío, que se volvió mortal. Rodrigo volveré no me esperes. —menciono Azul mientras, el bebía su café helado en pleno jardín. Ya te mostré todo lo que Noah me dejo ver, y piensas irte, por lo procura estar cerca, tendremos una cita con los hermanos Snova.