Por Ornella
Almorzamos los cuatro, al rato estábamos tomando sol y tal como lo supusimos Franco se acercó nuevamente para seguir dándonos la lata con lo de no tomar alcohol.
-Se los digo por última vez, no me gusta repetir.
-No te gusta repetir pero siempre que nos retas, lo haces durante varios días.
Tiene razón Mili, a veces se ponía cargoso, como ahora.
-Es que necesito que entiendan que les podría haber pasado cualquier cosa.
-Ya entendimos Franco ¿Mili me ponés bronceador en la espalda?
-Ya estoy acomodada, que te ponga Franco.
Ok amiguita, pienso, quiere zafar ya de la situación, bueno, no está mal que Franco me ponga bronceador, de paso siento sus manos en la espalda.
Le paso el bronceador a Franco, quién ya se calló la boca y me miró sin hacer nada.
-Franco, dice tu hermana que me pases...bronceador.
Abre el pomo, yo me corro el cabello hacia adelante y me acuesto sobre una reposera.
Está pasándome bronceador, desparramando la crema solo en el centro de mi espalda, teniendo cuidado de que sus manos no se vayan hacia otro lugar.
Ok, me voy a divertir y…disfrutar.
-Franco, desparramalo bien arriba y en mis hombros.
Cuando sus manos se deslizaron hacía mis hombros y luego hasta mi cuello, acariciándolo, yo pegué un involuntario salto.
Me incorporé agitada.
Nuestros ojos se encontraron.
Su mirada estaba llena de deseo, supongo que la mía estaba igual.
Siento que sus ojos bajan hasta mi boca.
Mi respiración sigue descontrolada, mi pecho sube y baja y él lo mira descaradamente.
-Terminé.
Dice dándome el pomo del bronceador.
-No, te falta mi cintura y yo no llego…
Me mira, controlandose, creo que está a punto de maldecir o de besarme...
-Date vuelta.
Me puso bronceador en la cintura, fue todo un caballero, no bajo ni un poquito demás.
-Un poco más abajo.
Me agarra el brazo y me gira.
Yo le hago un puchero, él me está mirando, me muerdo el labio inferior y se me acerca un poco más, no puede hablar porque está su hermana, Mili no nos vé, pero nos está escuchando.
Cuando me mordí el labio y él pasó su mano por su cabello, ese gesto lo hace cuando está nervioso, me mira la boca y niega con la cabeza.
Se fue sin decir palabra.
-Esta vez me pasé.
Digo acostándome boca abajo sobre una reposera, mientras me desataba la tirita del corpiño de mi malla, para que no me queden marcas de bronceado.
-¿Qué pasó qué te paraste?
-Me estaba acariciando el cuello.
-Amiga mía, vas a ser mi cuñada, no sé cuándo, pero lo vas a ser.
Trato de pensar en otra cosa que no sea en Franco, porque terminaría corriendo hacia él para pedirle que me vuelva a besar.
-Ya que no vamos a poder salir ¿Te parece que organicemos algo acá?.
Nos sentamos pensando las posibilidades, si de día o de noche, obvio, ganó la noche, eso no implica que no terminemos en la pileta.
-Ok, organicemos la fiesta, comida, bebidas.
-Lo más difícil va a ser las bebidas.
-¿Cuántas personas?
-¿50 o 60?
-Sí, con juegos en el agua.
-Podemos hacer juegos afuera y las prendas es tirarnos al agua y así terminamos todos en la pileta.
-Franco va a estar de cuida, o chaperón.
-Qué palabra más antigua.
-Esa le queda bien a Claudia.
Nos reímos a carcajadas.
Franco se asomó desde su habitación, lo vimos en el balcón.
Bajamos más la voz.
-¿Cómo se lo preguntás?
-Amiga, una vez más tenés que ser la distracción.
-Sí, el tema es que no quiero que se salga todo de mis manos…no dejo de pensar en él .
-¿Tanto te gusta?
Asiento con la cabeza.
-¿Chicas, podemos hacerles compañía?
Preguntaron mi madre y Luisa.
Ellas tampoco están de acuerdo con la relación de Franco y Claudia.
Algo tenemos que inventar, programar, no sé qué, pero algo vamos a hacer para que se peleen.
¿Si estaría tan enamorado...se le pararía su miembro así cuándo estamos cerca? ¿Me besaría como me besó la otra noche?
Delante de nuestras madres no podemos hablar de nuestros planes para el próximo fin de semana.
Tampoco podemos decirles que nos salimos con la nuestra, por mis coqueteos con Franco.
-Chicas, ésta noche salimos con María.
-Qué bueno ¿A dónde van?
¿Se pusieron coloradas las dos o me pareció a mí?
-A cenar.
Sin más explicaciones, cambiaron de tema.
Ambas eran viudas, tenían derecho a rehacer sus vidas, me dolería que reemplace a mi padre, pero mi madre es joven aun y yo ya soy mayor de edad, tengo mi vida y debo reconocer que estoy más en la casa de Mili que en la mía.
Puede salir a pasear…
Cuando estoy en mi casa, también estoy con Mili.
Luisa también es joven, ambas son hermosas y me imagino que tienen una conexión de amistad como la tenemos Mili y yo.
Tienen 50 años y les queda mucho por vivir.
-Bueno, nosotras nos quedamos acá, supongo que Franco no nos va a dejar salir.
-Orne ¿Qué pasó anoche?
Mi madre está preocupada, pero creo que está exagerando.
-Mamá, no pasó demasiado, ustedes saben que Claudia le llena la cabeza y que Franco es exagerado, se cree el responsable del universo.
-Chicas, Franquito las cuida, es verdad que se siente responsable por ustedes, pero eso nos tranquiliza a las dos y es mejor que les hagan caso.
-A ésta altura vamos a quedarnos solteronas las dos.
Se rieron las dos a carcajadas.
-¡Tienen 18 años! Toda la vida por delante.
-Por eso, con 18 años tenemos que salir más.
-Hoy sigue enojado, en la semana le hablamos.
-Les tomo la palabra, estoy segura que si no estuviera con esa, sería distinto con nosotras.
Se acerca Franco, para saludar porque estaba por salir, Luisa le dijo que ellas iban a cenar afuera ésta noche, no le gustó demasiado, es celoso hasta de su madre y de la mía, pero no dijo nada sobre eso.
-Ok, vengo temprano.
-Pero sin Claudia, porque no nos quiere.
Dijo Mili.
-Es verdad, siento que me odia.
Dije con sinceridad.
Cuando me miró le hice un pucherito con la boca, su mirada se fue hacia ella pero desvió enseguida su mirada.
-Vengo solo, porque mañana es lunes y madrugo.
Se fué, lo seguí con la mirada, que lindo que es...que espalda, que cola ¿Desde cuándo miro la cola de los hombres?
Desde nunca o desde que Franco se aleja dándome la espalda, me doy cuenta que siempre lo seguí con la mirada.
Suspiro y todas me miran.
-Que sueño que tengo.
Digo para disimular.
Mi madre y Luisa se miran, no, no puede ser que sepan mi secreto, no pueden saber que estoy enamorada de Franco…
Sí, es más que un simple chico que me gusta, es su mirada de fuego que me pierde, me muero porque de una vez por todas me bese estando yo conciente, me muero por sentirlo pegado a mí, emanando ese calor en su zona y sentir su miembro ponerse duro por mí, quiero que me haga el amor y que no vuelva nunca más con Claudia.
Vuelvo a la realidad, todas siguen mirándome.
-¿Qué?
Digo y estoy segura que me puse colorada, porque siento que penetraron en mis pensamientos.
Por suerte no dijeron nada.
Cuando nos quedamos a solas, Mili me dice.
-Amiga, estabas rebabeando por mi hermano.
-¿Se notó?
-No sé si lo notaron, para nuestras madres seguimos siendo nenas, pero yo, si noté como te lo comías con los ojos cuando se iba y el suspiro…
Se ríe de mí la muy m*****a.
Terminé riendo con ella.
Pedimos una pizza y abrimos una botella de cerveza.
Ya habíamos terminado de cenar y nos tomamos una botella de cerveza entre las dos, luego abrimos una lata para compartir.
En realidad ni era tanto, pero no estábamos acostumbradas a tomar demasiado.
Llegó Franco y nos vio tomando cerveza.
-¿Qué piensan qué hacen?¿Otra vez tomando?
-Estamos en casa y es una cerveza entre las dos.
-No quiero que tomen alcohol.
-Estas exagerando.
Le digo yo.
-No señoritas, no exagero.
Mili fue al baño y me dejó a solas con él.
Es la estrategia para que lo ablande.
-Franco, comimos una pizza con cerveza, de verdad no es para tanto, puedo pararme y hacer el cuatro…¿cuatro se dice no?
Creo que hay una posición sexual a la que se le dice cuatro, pero los policías, en algunas series viejas, tambien le dicen hacer el cuatro al levantar un pie, apoyarlo en la rodilla contraría, estirar los brazos y llevarse una mano hacia la nariz, era para comprobar si la persona que estaban deteniendo, estaba alcoholizada, en ese momento no existían las pipetas que se soplan y miden los centímetros cúbicos de alcohol en sangre.
Me acerco a él y noto que se pone tenso.
-Franco, no sé porque siempre estás enojado, ¿Te molesta verme?¿No querés que venga más a tu casa?
Dije mirándolo a los ojos, haciendo mohines con la boca.
-No, cielo, ¿Cómo me vas a molestar?
-Es que siempre estás enojado
-Yo…no estoy enojado.
Me acerqué más a él, tenía que buscar una excusa rápido para un abrazo.
-Este último tiempo lo parecés y más conmigo que con Mili…
-Orne, no…
-Porfi...decime que te pasa qué estas así…
Me acerqué a él, estamos a un paso.
-Onella, por favor…
Lo abracé, pegándome a él.
Se separó rápido.
-Orne, no me podés abrazar continuamente.
-¿Por qué?
-Porque soy un hombre y vos una mujer.
-Si soy una mujer puedo salir, ir a bailar, tener novio…
-No.
-Decidite, no te puedo abrazar como antes y no puedo ir a bailar ni tener novio…
-Orne, Claudia se pone celosa cuando me abrazas.
-Pero ahora ella no está y vos dijiste que no te puedo abrazar porque soy una mujer, y no querés que tenga novio, no sé qué querés que hagamos con tu hermana ¿Querés que me quede solterona?
-Ornella, vos sabés que…
Lo miro a los ojos, estamos bien cerquita.
-¿Qué?
Me mira la boca y yo miro la suya, se me acerca peligrosamente a mi cara, yo le pongo una mano en su pecho.
Él se sobresalta.
Siento como su respiración cambia pero de golpe se aleja, se pasa una mano por su pelo, está buscando relajarse, dejándola detrás de su nuca, yo me separo un poco.
Entra Mili, sé que estuvo escuchando y seguramente hasta espiando todos nuestros movimientos.
Yo lo vuelvo a mirar y antes le hago una seña a Mili para que le pregunte sobre el sábado próximo.
Ella así lo hace, yo me acerco de nuevo a él.
Está nervioso, le vuelvo a mirar su boca y él sigue mi mirada.
-Decime qué sí.
Dice Mili.
-Franco...decinos que sí, total es acá…
Repito, acercándome más a él.
-¿Acá?
Nos pregunta, sé que no estaba prestando atención, porque yo, en el medio de la pregunta me mordí el labio inferior y su mirada ya no se apartó de mi boca.
-Bueno, pero decime de qué se trata.
-Te lo dijimos recién, ¿Estás sordo?
Mili goza cuando dice esas palabras.
-Franco, dale.. es una reunión con amigos el sábado a la noche, porfis…
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Por OrnellaMe acerco a él y noto que se pone tenso.-Franco, no sé porque siempre estás enojado, ¿Te molesta verme?¿No querés que venga más a tu casa?Dije mirándolo a los ojos, haciendo mohines con la boca.-No, cielo, ¿Cómo me vas a molestar?-Es que siempre estás enojado -Yo…no estoy enojado.Me acerqué más a él, tenía que buscar una excusa rápido para un abrazo.-Este último tiempo lo parecés y más conmigo que con Mili…-Orne, no…-Porfi...decime que te pasa qué estas así…Me acerqué a él, estamos a un paso.-Onella, por favor…Lo abracé, pegándome a él.Se separó rápido.-Orne, no me podés abrazar continuamente.-¿Por qué?-Porque soy un hombre y vos una mujer.-Si soy una mujer puedo salir, ir a bailar, tener novio…-No.-Decidite, no te puedo abrazar como antes y no puedo ir a bailar ni tener novio…-Orne, Claudia se pone celosa cuando me abrazas.-Pero ahora ella no está y vos dijiste que no te puedo abrazar porque soy una mujer, y no querés que tenga novio, no sé qué querés
Por OrnellaFranco llegó con Claudia y fue directamente al parque para saludarnos.¿Dónde más podríamos estar un día como ese, divinamente soleado? No había ni una nube en el cielo.Nosotras estábamos tomando sol, en topless, cuando lo escuchamos, Mili se dio vuelta antes de que la vea, yo lo hice más lentamente, Claudia me vio y creo que Franco también.Cuando estuvieron a nuestro lado, ya estábamos las dos de espalda, no me moví, ni alcé la cabeza para mirarlos.Yo tenía una cola less de malla, bien diminuta, y supongo que Franco me debía estar mirando mi culo, espero que lo haga, me gusta que me desee.-Hola chicas.Dice Franco.-Hola, ya decoramos la casa para navidad, gracias por ayudar.Contesta Mili.-Eso siempre lo hacen ustedes.-Porque vos nunca ayudás, ah, fijate que cruzamos unos alargues con enchufes en tu cuarto.Le comunicó Mili.-¿Entraron a mi cuarto?Preguntó de mal humor.-Tu mamá dijo que si golpeaba una vez más, tiraba la puerta abajo, así que, golpeamos por vario
Por FrancoClaudia me llevo a mi habitación, se desvistió lentamente, es raro que ella haga ese tipo de juegos, eso lo hacía al principió, cuando ni siquiera éramos novios y me quería conquistar, después todo se volvió más monótono, por eso yo caí en su juego, sobre todo porque últimamente estoy como loco por Ornella, que me busca, a veces consciente y otras veces inconscientemente, cuando llegamos, ellas estaban, las dos, tomando sol en toples, a mi hermana no la vi y no me gustaría verla, en cuanto salimos al parque, mis ojos buscaron a Ornella y la vi darse vuelta, porque estaba con los pechos al aire, sí, la vi, pero no hice ningún comentario, nos acercamos con Claudia y se trenzaron en una pequeña discución y cuando Ornella se incorporó, mi novia me enganchó mirándole los pechos.Pensaba negar cualquier acusación, aunque mi novia no me crea.Estoy con mi excitación a flor de piel y creo que Claudia lo intuye.No me dijo nada, eso me llamó la atención y luego, en mi cuarto, cuando
Por FrancoPasó la semana y recién las vi el sábado, estaban acomodando todo para recibir a sus amigos, ni sé cuántos van a ser.Todavía no tuve la oportunidad de hablar con ellas, pensaba hacerlo de a una, es más fácil, pero están todo el tiempo juntas.-¿A qué hora viene el DJ?Escucho que pregunta Mili.Ornela le contestó, ignorando mi presencia.Encima es con DJ, no quiero saber cuánta gente va a venir.Me molesta que me ignore.-Mili, quiero hablar con ustedes.-Decime.-Con las dos.-Ornella, vení, que el señor perfección nos va a dar cátedra de comportamiento.Mierda, eso dolió.-Chicas, sé que estuvo mal, que haya hecho eso con tanto alboroto.-¿Qué es eso? Porque nosotras somos chicas y no sabemos.Ornella sigue enojada pero me contestó con sarcasmo.Y Mili no se queda atrás.-Perdón y soy un boludo porque Claudia lo hizo a propósito, para molestarlas.-Es una desubicada.Dice Mili y tiene razón.-Lo sé, es que se puso celosa.La que se hizo cargo de los celos de mi novia, fu
Por FrancoClaudia aprovechó para besarme cada vez que Ornella estaba cerca, se colgaba de mí y me acariciaba un poco más allá de lo debido habiendo gente presente, ese tipo de cosas las hacía para demostrar que era la mujer que me tenía, yo más indiferente y frío no podía estar, a cada momento que pasa me molestaba más la actitud de Claudia, el tema es que Ornella no lo sabía, solo veía como estaba Claudia conmigo, ese jueguito me cansó.Mi novia quiere que tanto mi hermana como Ornella estén enojadas conmigo.Logré que me prometan que no iban a intentar tener sexo esta noche y Claudia lo va a arruinar todo.-¿Te podés comportar? Sé que solo es un jueguito tuyo, no sos cariñosa y hoy te nació todo el amor de golpe.Lee dije tratando de hablar en voz baja.-¿Por qué pensás mal de mí?Dice con una inocencia que no cree nadie.-Nos conocemos bien.Le contesté, me cansa con su actitud, es una mujer madura, al menos así se presenta, pero es peor que Mili y que Ornella, que apenas terminar
Por FrancoMe levanto y voy a ver, lo primero que veo es al muchacho que estaba con Mili y al que estaba con Ornella, los dos juntos, en un rincón, teniendo sexo con Clarisa, ni los miro y sigo de largo, mientras no se metan con las chicas, no me importa si se exponen o lo que hacen.Hay un montón de gente en el agua, otros tirados por el césped, el parque es gigante, la música sigue sonando bastante alta, ahora están pasando reggaeton, no entiendo como les puede gustar esa música.Hay chicas bailando, perreando, como les dicen a ese estilo de baile, yo ya pasé por todo eso.Soy joven, pero al estar a cargo de nuestra empresa, tengo otra responsabilidad y veo todo de otra manera.Busco a mis chicas, están en el agua, vestidas, pero ninguna de las dos tiene corpiño y la ropa mojada se les pega al cuerpo, quiero matar a mi hermana por exponerse así.Y a Ornella, también quiero matarla, se está exponiendo y su pecho...Dios, que se vayan todos, que nadie la mire.No puedo sacarle la mira
Por Franco-Yo voy a tener relaciones con quién quiera, como lo hacés vos, también quiero sentir…Ornella, estaba enojada, porque Mili estaba llorando y creía que era por mi culpa.No dejé que terminara de hablar.La tomé de la mano y la llevé a mi habitación.Ella me seguía en silencio, tal vez porque notaba mi exasperación.Cerré la puerta con traba.-Decime ¿Qué querés sentir?Se calló la boca.Yo estaba sacado, echando humo.-Decime ¿Querés sentir un beso de verdad? ¿Querés perder la virginidad?¿Con quién? ¿Pensás que podés sentir todo con cualquiera?Le hice varias preguntas sabiendo o adivinando la respuesta que me daría.Ya estaba pegado a ella, ésto no va a terminar bien o sí, no lo sé.Ella no me contestaba.-¿Querés un beso de un hombre?No perdí un segundo más.La besé, con pasión, comiéndole la boca, desesperado, con las ganas que venía aguantando desde hace tiempo, mis manos recorrían su cuerpo, ya está, la besé, el tema es que no podía parar.Mis caricias eran intensas y
Por FrancoLlegué a casa de madrugada, justo llegaba mi madre ¿A ésta hora?-¿De dónde venís?Le pregunté de mala manera.-Sigo siendo tu madre, a mi con los moditos que tratás a tu hermana, no.-Perdón.Le digo, tal vez tenga razón.-Salimos con María ¿Y vos?Me dice y no sé si creerle.-Salimos con Mauro.-¿Y Claudia?-Discutimos.-¿Y las chicas?-Están enojadas conmigo.-Franco, no las dejás tranquilas.-Es que se quieren acostar con alguno, porque dicen que son las únicas vírgenes de la facultad.Le confieso.Ella se ríe.Yo me puse loco.-¿Escuchaste lo que dije?Le pregunto de mala manera.-Franco, crecieron, les podés hablar, pero ya son mayores de edad, tienen que explorar y vivir su vida.-¡Mamá!No puedo creer en las palabras de mi madre, me molestan.-Hijo, sos más anticuado que yo y bastante machista, no digo que vayan de brazos en brazos, simplemente te digo que las dejes crecer, es más, parecés más celoso de Ornella que de tu hermana.Me frené en seco.La miré, indudable