-Danna, yo…
-Tú qué… ¡Es que no puedo creerlo! Ese día no quisiste que te acompañara porque se suponía que te reunirías con unos clientes nuevos y yo debía quedarme a finiquitar otras cosas – abro el armario y saco una maleta -. ¡ME MENTISTE!
-Espera… - su expresión es de terror cuando me ve sacando mi ropa -. ¿Me dejarás por una foto que no sabes qué significa?
- ¿Tiene otra explicación? – me paro frente a él con las manos en la cintura -. Lo dudo, habla por sí sola.
-No, estás muy equivocada y te lo voy a demostrar – saca su teléfono -.
-Qué, ¿tienes más fotos de ese día?
-No, llamaré a Rebeca.
-Para que mienta por ti. No necesitas hacer nada de eso – guardo todo lo que puedo, siento que empieza a faltarme el aire, pero no pu
Con Juan nos miramos sorprendidos, mientras el doctor se ríe.-Felicitaciones, al parecer serán padres por partida doble. Veo que no se lo esperaban – sólo negamos con la cabeza. Veo por la reacción de Juan que lo que me dijo en el auto fue sólo para calmarme -. Les imprimiré una imagen, esta será la primera foto de sus hijos. Ya estamos, Danna puedes ir a cambiarte mientras le doy algunas recomendaciones a Juan sobre tu alimentación.Asiento como si fuera robot. Me visto de la misma forma. Una mano por aquí, la otra por allá, los zapatos van en los pies…Al unirme a ellos, Juan está escuchando atento al doctor.-Lo más importante es que consuma carnes blancas, con la menor cantidad de grasa posible. Si es pescado fresco mejor porque eso ayudará al desarrollo de los fetos. Aquí te dejo una guía – le entrega una especie de revista -.
Hoy cumplo 12 semanas de embarazo, desde que nos enteramos de que son gemelos, nos ha cambiado la espera. Y también ha cambiado la actitud de Óscar.Desde que le conté, me llama a diario dos veces. Está muy preocupado, de hecho, llamó a Juan y le dijo que, si debía salir de la ciudad o si tuviese que quedarse hasta tarde en la oficina, que le avise para él llevarme a donde necesite ir. Y, como si esto no fuera suficientemente extraño, Juan aceptó.Óscar no tiene idea que Juan sabe de sus intenciones, así que hasta ahora actúa como si fuera un amigo preocupado. Juan me dice que mientras más personas estén al pendiente de mí, es mejor. Que sólo demuestran lo especial e importante que soy.Ahora me encuentro en el trabajo, ya casi es hora de salir. Juan lleva casi dos horas en su oficina, tenemos muchísimas cosas que hacer, pero a m&iac
Desde hace unos días la perspectiva de mi vida ha cambiado. Decidí arriesgarme aceptando la proposición de Juan, es claro que estaba buscando la mejor oportunidad para pedirme matrimonio y, en cuanto di una pequeña posibilidad, la aprovechó sin miedo.Puede parecer que me está presionando, pero la verdad es que muy en el fondo esperaba esa propuesta desde que vi el anillo y supe la verdad acerca de él. A ratos, cuando lo veo brillando en mi dedo, recuerdo lo celosa que me puse y el escándalo que hice cuando pensé que le propondría matrimonio a Rebeca.Ahora, sólo debo dejar esos nombres en el pasado. Tengo que avanzar, tengo motivos de sobra para hacerlo, porque no a cualquiera la vida le da una segunda oportunidad. Es importante que no olvide esto cuando tenga a mis gemelos entre mis brazos a mitad de la noche, sin saber que rayos hacer.Estoy apostando a la felicidad, esa que por coba
Esta noche la he pasado a sobresaltos, en mis sueños siento que golpean la puerta de forma repentina y estruendosa, pero al despertar no hay más sonido que el silencio. Juan se despierta conmigo, en la tercera oportunidad comienzo a sospechar que sólo tiene los ojos cerrados.Me he negado a tomar las gotas naturales que me recetaron, pero esta vez Juan me trae un vaso de agua y coloca la mitad de la dosis, para que me relaje, al menos esas fueron las indicaciones de la doctora. Le pongo cara de no querer.-Ambos necesitamos descansar. Si tú no estás bien, yo tampoco.-Lo siento, es que me da miedo.-Si una doctora te las recetó, entonces debes tener la certeza de que no te harán nada y mucho menos a los bebés. Piensa en ellos, de otra manera tendré que llevarte a la clínica y dejarte allí.-No lo harías – abro los ojos sorprendida e incrédula -.
Han pasado dos semanas desde que Rodrigo me atacó, le presentaron cargos por femicidio frustrado, por daño a la propiedad privada y por intento de soborno a los carabineros que lo detuvieron. Todo a mi alrededor ha estado tranquilo, pero yo no he podido volver a la normalidad, aunque no le he dicho nada a Juan, para que no me obligue a quedarme en casa y así no tener que separarme de él.Y toda esa sensación de inseguridad con la que he vivido estos días, ahora están justificados en este sobre blanco que he recibido hace unos minutos. El mensajero no sabe quién lo envió, sólo se dio cuenta que no estaba en nómina cuando quiso hacerme firmar la recepción. Le di una buena propina, para ayudarle a pensar dónde pudieron meterla en su bolso, pero a pesar de que me dio el recorrido que ha hecho durante la tarde, no sabe dónde pudo ser, porque no se separó del bolso en ning&uacut
JuanHan pasado dos semanas desde que ella se fue. No entiendo nada, el último domingo que estuvimos juntos fue tan increíble, después de desayunar me pidió que la llevara al cerro Santa Lucía, aunque ese día hacía mucho frío.Después me pidió que la llevara al parque, ese que era su escondite. Caminamos entre los árboles, mientras veíamos a los niños correr y escuchábamos a las madres consolar o advertir el peligro.Ahora estoy aquí. He venido cada día después de la oficina, con la esperanza de que aquí la encontraré. No quiero perderme los primeros movimientos de mis hijos, ya falta poco para eso. Extraño el hablarles cada mañana diciendo buenos días, o luego de cualquier comida, para que sepan que su padre siempre estuvo con ellos.
- ¿Cómo me encontraste? – le pregunto sin separarme de él, respiro su aroma que me da la tranquilidad de que ya estamos juntos. No es un sueño -.-Ayer estaba en tu parque y decidí escapar de esa casa – cierra sus ojos, sé que estas semanas le duelen -. Me parecía tan vacía sin ti.-Pensé que Rebeca te había dicho algo – me mira sorprendido -.- ¿Ella sabía y no me dijo nada? – niego con la cabeza -.-Sólo sabe que me fui y me está ayudando con algo. Ven – le tomo la mano y rompo nuestra cercanía -.Lo llevo a la habitación que fue mía durante mi escape, saco el último anónimo y se lo entrego. Lee y al terminar se deja caer en la cama con la carta en la mano. Sé que no lo puede creer, yo estaba igual hace dos semanas.Estando sentado en la cama, lo abrazo y deja su cabeza en
Juan quería llevarme a pasear al Valle del Elqui, pero prefiero que no, porque no sabemos si lo siguieron. Aunque la distracción de mi auto debería servir, es mejor no arriesgarnos.Ayer llegó por fin junto a mí, le he puesto al tanto de todo mi plan y ya está buscando un abogado y un contador aquí, en Coquimbo. También aprovechará de buscar una oficina, de esa manera puede despistar al tío y venir más seguido para vernos. Yo quiero mudarme a una casa más grande, vi una preciosa a la venta en el sector de El Llano, al llamar me dijeron que tenía un valor de 380 millones de pesos. La descarté por completo, pero le saqué unas fotos para al menos buscar una parecida. Aunque no sé por qué.Mi idea no es quedarme aquí hasta el parto, aunque tener a nuestros hijos aquí sería hermoso, es un lugar tranquilo. Es grande, pero no hay tanta ge