Nataniel tomó dos toallas del perchero y cubrió el cuerpo de su mujer y el suyo. Salió para la habitación a vestirse y luego se fue con sus hombres para la dirección que su hermano Kervin le indicó ahora que volvió a llamar y habló directamente con él y le expuso el problema.— ¿Puedes reconocer a las personas que te han llevado, aunque sea la voz de ellos? —Le consultó.— A los que me trajeron no, pero ellos dicen que lo han hecho por orden de alguien que ha sido muy cercano a nosotros y ahora busca venganza y por eso quieren que tú vengas personalmente a mi rescate.— Debe de ser el padre de Camila, ese viejo hijo de su puta madre cree que va a poder con nuestra familia.Nataniel sabe que el único enemigo cercano y declarado a la familia es su suegro, por lo cual es de la única persona que puede sospechar con esa pista de ser conocido por ellos.En la mansión Kaffati la señora Felicita se encuentra descontrolada, a ella no le querían comentar nada porque es muy nerviosa y tratándose
Nataniel cree que esa mujer está jugando y que no tiene el valor ni siquiera de jalar el gatillo para que ese artefacto dispare. Él le pidió que le mostrara a su hermano y que de paso lo dejase marchar porque él se quedará a cambio.Sin embargo, sus planes son distintos a como se lo está exponiendo a la mujer malvada, a esa que por mucho tiempo amó y esperó hasta que la volvió a tener en su vida, solo para terminar de darse cuenta de que es una cualquiera y descabellada con sus cercanos.Brenda les dijo a los dos hombres que la acompañan, que traigan al joven Kervin para que su hermano se termine de convencer de que ella no está jugando al decirle que uno de los dos morirá esta tarde.Ellos trajeron a Kervin y lo colocaron al lado de Brenda, él está amarrado de las manos, tiene una venda sobre sus ojos y una cinta adhesiva cubre su boca a lo largo. No puede hablar y su cara de tristeza al ver a su hermano es evidente, le preocupa que él esté aquí, sabe que esa mujer no es nada bueno l
Camila ya ha dado a luz y la felicidad no cabe en el corazón de ambas mujeres, madre y abuela lo esperaban conocer con ansias y ahora se derriten con la belleza que ha llegado a este mundo lleno de maldades, pero que a él juran mantenerlo alejado de todo el peligro.— Permítame ser la primera persona en felicitarla señora Kaffati, usted se ha convertido en la madre de un precioso varón muy sano y desarrollado a exactitud a pesar de haber nacido antes de tiempo. —Comentó el médico que la atendió.— ¿Cómo que usted la va a felicitar primero? Yo soy la abuela del bebé y por ende debo ser la primera en darle las bendiciones a mi nuera. —Reclamó la señora Felicita, ante la atenta mirada y sonriente gesto de los presentes.— Las felicitaciones de ambos cuentan como primeras personas en hacerlo, no discutan por favor. Mejor, dígame como se encuentra mi bebé. —Les interrumpió Camila.— Ya lo he dicho anteriormente, su hijo está en perfectas condiciones, señora, solo que ha salido bastante llo
Llegaron a la clínica mencionada, el chofer aún no le ha comunicado el estado de salud de Nataniel, ya que su compañero solo le pidió que lo trajera y tampoco le dio explicaciones sobre lo que ha sucedido.— Señor, su hijo está en la siguiente habitación. Él está estable, solo descansa porque se le ha aplicado un somnífero para que se pudiera controlar. —Informó el guardaespaldas a cargo de velar por Nataniel.— Pero no entiendo que es lo que le ha hecho sentirse mal, él siempre ha sido un hombre muy fuerte y sano. —¿Y mi otro hijo en dónde está? —Pregunta el mero toro de los Kaffati.— Señor, lamento decirle esto, pero… el hombre se quedó en silencio, quizá buscando las palabras adecuadas para darle la triste noticia de que su hijo ha muerto.— ¿Qué pasa?, habla de inmediato, no me hagas que me preocupe demasiado.— Ring - ring. Sonó el timbre del celular del guardaespaldas, interrumpiendo aquel momento de tensión entre ambos.— Permítame un momento señor. —Pidió antes de responder,
Camila no ha querido perdonar a su familia, ella ya no es tonta, de los golpes de la vida ha aprendido a no confiar por segunda vez en las personas que le hicieron daño en el pasado y que siguen empecinados en hacerlo ahora que ya está fuera de sus vidas.Tamara y su madre siguen viviendo en la calle como si fueran unas pordioseras sin familia, la vida es justa y maravillosa, quizá por eso les está pasando factura por todo el daño que le hicieron a la inocente Camila, lo están pagando con creces y de su padre y el dinero que se llevó a escondidas no han vuelto a saber nada, es como si la tierra se lo hubiese tragado para no devolverlo nunca más.En ocasiones, Tamara se aposta junto al portón de acceso a la mansión en donde vive su hermana a la que tanto odia, su intención es hablar con ella y pedirle que les tienda una mano para salir adelante con su madre, ya que ahora ella de verdad se encuentra mal de salud y necesita de la ayuda de Camila para poder llevarla a una clínica privada,
Los meses van pasando de prisa y la empresa de Camila ya está próxima a iniciar operaciones, ella está muy encantada porque hoy será la inauguración y le tocará que hablar frente al público, bueno, también está nerviosa y preocupada por pensar en que nadie más que sus suegros, su cuñado y su esposo va a llegar a festejar con ella.— No te atrevas a pensar en eso, cariño, ya verás que serán muchos los que se harán presente, todo será un éxito, ten fe de ello y sucederá. —Le aconseja su marido, sin embargo, ella dice que hasta no ver no va a creer.— Amor, ayúdame a subir el cierre de mi vestido, por favor. —Pidió Camila, ya solo eso le hace falta para terminar de vestirse y luego salir para el lugar en donde se llevará a cabo la inauguración.— Lo haré, pero quiero que sepas que no me agrada para nada ese vestido que tienes puesto.— ¿Por qué no? A mí me encanta mucho porque es muy cómodo y me aplaca bastante mis lonjas. —Se defendió haciendo un puchero.— Tú, te sientes cómoda con él,
Después de vendarle los ojos a Camila, el hombre le envió un mensaje de texto a su jefe, haciéndole saber que el trabajo está hecho y su producto será entregado en cuestión de segundos. Manejó un poco más adelante y luego ingresó por el portón que yace abierto de par en par y que lleva hasta una enorme y lujosa villa.— ¿Ya hemos llegado? —Preguntó ansiosa al sentir que el auto se ha detenido nuevamente y el hombre ha salido para abrir la puerta de su lado y que ella pueda bajar tomada del brazo de él para no caer de boca al suelo.— Sí, hemos llegado, estamos en una cabaña que su esposo ha alquilado. La llevaré hasta la habitación donde su esposo la está esperando, me ha dicho que hace unos minutos llegó también y quiere que usted se dé prisa, quien sabe para qué. —Dijo el hombre, haciendo volar la imaginación de su presa.— Mi marido es una caja llena de sorpresas, espero que nos quedemos a solas, sin ninguno de sus guardaespaldas, para así poder gritar a mi gusto cada vez que lo de
Camila despertó, pero no se dio cuenta de que no está en su habitación, un inmenso dolor de cabeza y un fuerte mareo hace que se tambalee y se vuelva a recostar sobre la enorme cama con sábanas blancas y doradas como si fueran una parte de oro puro y brillante. Esa mansión le pertenece a un fuerte empresario del país, claro que no más rico que Nataniel, pero su fortuna está valorada en varios miles de millones de dólares y eso lo hace sentirse con el atrevimiento de tener con él todo lo que desea, aunque sea por la fuerza como lo está haciendo con Camila.— Hola, preciosa, has vuelto a ser tú, ya estaba preocupado y estaba pensando si llamar a un médico porque no te despertabas con facilidad. —Comentó un bello hombre, alto, con ojos claros y una barba recién afeitada, muy guapo el tipo, pero malvado y obsesionado con lo que no le pertenece.— ¡Aah! —Gritó Camila con su voz todavía somnolienta y con una sábana cubrió su desnudo cuerpo. —¿Quién eres y que haces aquí? ¡Vete de mi habitac