Capitulo 6

Narra

Alejandra

Ya han pasado 4 semanas desde que amanecí en la cama de Carlos Almontes, lo he visto unas tres veces en casa de mis padres en la que me he pasado estas cuatro semanas pero no he dejado que me vea, siento vergüenza.

He salido poco en estas cuatro semanas no me encuentro de ánimos y no me he sentido muy bien últimamente.

Hace dos día tuve un pequeño sangrado pero aun no era tiempo de mi período y Ayer salí con mi madre al centro comercial a comprar algunas cosas que hacían falta en la casa; ví un vestido corto rojo, muy bonito, cuando me lo fui a probar me desmayé por unos minutos cuando desperté mi madre estaba muy desesperada apenas logre que se tranquilizara.

Está mañana mientras desayunaba me dieron unas náuseas horrible; por lo que estoy fuera del consultorio de mi medico esperando mi turnó.

—Alejandra Bravo— dice la secretaria del Dr. Kroos.

Me levanto de mi asiento y entro al consultorio.

—Alejandra, ¿Qué te trae por aquí? Tenias mucho que no venias. —Dice mi doctor.

—Hola Señor Kroos, — le doy una sonrisa— Es que no había tenido ningún problema hasta ahora.—Digo esto haciendo una mueca.

—¿Que te sientes?— Me pregunto el doctor.

—Hace como dos días tuve un pequeño sangrado pero aun no es tiempo de mi periodo, ayer tuve un desmayo como de 3 minutos y hoy en el desayuno me dieron muchas náuseas. —Le cuento al doctor.

—Ya veo Alejandra, creó que sé lo que tienes pero te indicare unos análisis para confirmar.— Dice con una sonrisa.

Me dio la indicación para que los análisis me lo hiciera hoy para mañana  al medio día pasara a buscar los resultados.

*

*      *

Bajo a la cocina de la casa de mis padres abro el refrigerador, tomo un pote de nutella, un paquete de galletas saladas de la despensa, una lata de maní, una coca-cola y subo de nuevo a mi habitación .

Me siento en mi cama a comer cuando el tono de mi teléfono me indica que tengo una llamada, diviso en la pantalla el nombre de Caro y atiendo.

—Hola mariposita digo y ella suelta una carcajada.

—¿Soy yo o estas más loca de lo normal? — me interroga.

Puede ser— suelto una risita.

—Bueno, te

llamaba

para

que

salgamos

está

noche

a

una

cena

benéfica, a las 7:00 pm— dice.

—Por supuesto, todo lo que sea para ayudar.—

digo formando una sonrisa en mi rostro.

—Pues nos

vemos

en

tu

apartamento o ¿Sigues en casa de tus padres?— dice.

—Aun estoy

en

casa

de

mis

padres—

digo.

—Pues nos

vemos

allá

a

las 6:30— y corto la llamada.

Me dedique a comer hasta que dieron las 5 cuando inicie a prepararme para la cena.

Busque entre mis vestidos y opte por un vestido largo, crema de escote profundo pero no vulgar, asentado en la cintura con mucha pedrería y brillantina.

Medí un maquillaje suave y deje mi pelo planchado sin ondas partido en el medio.

Al bajar las escaleras me encuentro a Carolina que viene subiendo, trae un vestido negro con escote profundo sobre un encaje negro y el pelo igual que yo, se ve fenomenal.

—Cuanta elegancia en una sola persona — dice dándome un beso en las mejillas.

—Ohh, miren quien habla — suelto una carcajada  y terminamos de bajar las escaleras.

Escucho a mis padres hablando en la cocina me dirijo hacia ellos para despedirme y decirle que me iba a quedar en casa de Carolina.

*

*     *

Llegamos a la cena benéfica, caro y yo posamos para la cámara en la alfombra roja del evento.

Todo estaba decorado muy elegante y bonito con esculturas de hielo, retratos de niños y muchas luces.

Narra

Carlos

Poso para las cámaras en la cena benéfica para ayudar a niños huérfanos.

Me introduzco en el salón donde se realizara la cena, converso y poso para las cámaras con varios conocidos del medio y organizadores del evento.

Me colocaron en la mesa de los organizadores del evento en la cual también estaba Alejandra y la chica con la misma que estaba en el restaurante y que se la llevo el día de la cena de su padre.

Me acerco a ellas, están hermosas.

—Buenas noches— Digo interrumpiendo su conversación.

—Buenas noches— contesta la  amiga de Alejandra.

—Carlos Almontes — digo tendiéndole la mano a la amiga mi preciosa Alejandra.

— Carolina Cazado —dice mirando a Alejandra y estrechando mi mano por unos segundos.

Me acerco a Alejandra y le susurro en el oído —¿Te han dicho que estas hermosa?

—Ese halago nunca falta— dice de la misma forma que yo y suelta una carcajada.

*

*     *

Termino mi cena estaba exquisita, después de unos 5 minutos de conversar de temas triviales la pista de baile se empieza a llenar, me pongo de pie y camino hasta el asiento de Alejandra.

—¿Me concedes esta pieza señorita?—  le pregunto con una sonrisa.

—Si te digo que no, seguirás insistiendo ¿cierto?—Dice alzando una ceja. Asiento.

Se pone de pie y caminamos hasta la pista de baile captando la atención de muchos en el salón.

Bailamos una canción lenta y pegada.

—¿Saldrías conmigo el sábado? — le pregunte dándole una vuelta.

—Obvio que no, te acepte el baile porque algunas personas estaban viendo para que no quedaras como él idiota que eres— Dice con una pizca de gracia en su voz.

—¿Por darte placer soy un idiota?— pregunto en un tono burlón, su rostro se tiño de rojo y en sus ojos era palpables el enojo.

—Poco Hombre— dice dejando me en la pista de baile por lo que agradecí que la canción acababa de terminar para no parecer un idiota.

La vi acercarse a la mesa, decirle algo al oído a Carolina para luego pararse y ambas salir la puerta principal del salón.

*

*     *

Estoy sentado en mi escritorio leyendo el periódico cuando veo un encabezado que llama mi atención.

Nuevo romance millonario

Carlos Almontes & Alejandra Bravo.

“Que m****a es esta” pienso antes de dedicarme a leer el artículo:

Se creé que el magnate Carlos Almontes y la hija menor del multimillonario Heraldo Bravo (Alejandra Bravo) sostienen un romance ya que hace unas cuatro semanas se le vio salir tomados de la mano de un club y esto no se queda aquí, ayer en la gala benéfica por los niños huérfanos se le vio conversando muy juntitos y luego bailando muy acarameladitos.

Al final del articulo veo tres fotos de nosotros, la primera saliendo del club, la segunda cuando le susurré en el oído en la cena y la ultima mientras bailabamos.

Esta gente no sabe que inventar.

Narra

Alejandra

Bloqueo mi celular molesta por las incesantes notificaciones de mis redes sociales por un estúpido de rumor de una relación entre Carlos y yo.

Deje el tema del rumor de lado y le pedí a Caro que me acompañara a buscar los resultados al medico por lo que estamos esperando al Señor Kroos en su consultorio en lo que él recibe los análisis.

—Buenos días — Dice el doctor entrando por la puerta de su consultorio.

Se sentó en su asiento frente a nosotras y me dijo.

—Bueno Alejandra, aquí están los resultados.— abrió el sobre de los análisis sacando dos hojas, las leyó y continuo— Esto solo hace confirmar lo que ya sabia— hizo una pausa y me miro, la duda me está matando — Estas embarazada — termina de decir.

Esas dos palabras me caen como un balde de agua fría, “Que

diablos.” Las lágrimas amenazan con salir de mis ojos pero no se lo permito. Mi padre se va a morir cuando se entere que estoy embarazada y aún peor, no me he casado.

—Todo va estar bien— Me dice Carolina en un tono tranquilizador sacando me de mis cavilaciones.

—Tienes un mes de gestación — Me informa el Señor Kroos.

—Gracias— le digo, me paro y tomo mi bolso necesito salir de aquí, necesito dejar de retener las lágrimas.

—Nos vemos Señor Kroos — digo antes de salir por la puerta junto a Carolina.

Cuando llegamos a su auto ya no pude detener las lágrimas, el miedo y el pánico me invadieron «¿Que

se

supone

que

voy

hacer?»

Carlos no me agrada, es socio de papá, es un idiota, no nos llevamos bien. Ah ese idiota no se puso protección.

¿Como diablos

le

digo

a

mis

padres

que

voy

hacer

mamáMejor

ha un ¿como

diablos

les

digo

quien

es

el

padre?

—Tranquila amor, yo siempre voy a estar aquí— dice Carolina dándome un  abrazo.

—Mi padre me va a matar ¿Entiendes eso Caro?— digo entre lágrimas.

— Y más cuando sepa quien es el padre— las lágrimas no dejan de abandonar mis ojos, me siento rota, decepcionada, enojada conmigo misma y con él maldito de Carlos Almontes aunque el no es el único culpable de esto porque aunque le dije que estaba ebria no era del todo cierto, yo debí  haberle exigido que usara protección.

—Llevarme a mi apartamento por favor Caro.— digo limpiandome un poco las lágrimas.

*

*     *

Llegamos a mi apartamento y le pedí a Carolina que por favor se quedara conmigo, me acosté en mi cama y me hice una bola y me fui en llanto, ella se dedico a acariciar me la espalda y el pelo mientras me consolaba hasta que me quede dormida.

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