Alice limpió su boca quitando los rastros de sangre y sonríe con agriedad, sonríe con dolor, con cinismo, sonríe completamente dolida.—Bueno debo reconocer que sí fue una sorpresa verte aquí, no lo esperaba y estoy segura de que Mike tampoco lo esperaba. Pero de nada te sirve estar aquí, ya perdiste todo lo que tenías, perdiste absolutamente todo y solo estás aquí triste sola y desamparada.—Tienes la boca llena de razón, debo decir que tus palabras son la realidad, perdí todo, en el pasado… ahora en el presente o en el futuro como quieras imaginarlo. Todo vuelve a mis manos, absolutamente todo y yo estaré riendo mientras que ustedes estarán bajo tierra revolcándose arrepentidos por haberme quitado lo que me corresponde. —Mike no volverá a ser tuyo, en realidad nunca lo fue —dice Alice, marcando territorio. Adriana comenzó a reír, haciendo que Alice simplemente se llenará de rabia. —Mike no está entre mis planes, no me interesa recuperarlo, no obstante, creo que no sería mala idea
Adriana lo miró y soltó una gran sonrisa. Él estaba llegando a su punto máximo de paciencia o eso lo hacía ver, la forma en la que apretaba los puños, la manera en la que su rostro estaba completamente transformada queriendo golpearla, porque eso parecía que quería golpearla quería descargar toda su rabia con ella… todo eso era simplemente puntos extras para Adriana. Austin avanzó unos cuantos pasos, pero la mano de Adriana lo detuvo. Él simplemente apretó sus puños solo se preguntaba para qué lo quería que ni siquiera podía defenderla de Mike y eso sin duda lo frustraba.—¿Cómo fuiste capaz de meterla en mi casa? En la casa de mi padre ¡no tienes vergüenza! —Mike mueve su cabeza y hace un sonido bastante perturbador con las manos. —La metí allí porque es mi mujer, esa casa me pertenece y tus reclamos no tienen sentido. Solo te advierto una cosa, a mi mujer no la tocas de nuevo porque te arrepentirás. —Arrepentida ya estoy y no por eso. Tenemos una junta en veinte minutos, organíz
Adriana dejó que él terminara de hablar y simplemente empezó a reír, era una buena broma, un buen chiste, al menos con eso había olvidado un poco de todo la mierda que había tenido que vivir con su ex amiga y su ex esposo. Y ni siquiera esas palabras habían podido derribar el escudo que ella puso en su corazón y su mente. —¿Crees que no averigue sobre ti Austin? sé perfectamente quien eres, sé perfectamente porque te escogí, lo que no imaginé es que fueras tan débil mentalmente, que fueras tan patéticamente emocional. Y es que lo entiendo, te quedaste sin tu madre joven, más joven de lo que imaginaste. Eres tan dependiente a los demás que en verdad estás imaginando que estás enamorado de mí o que estás sintiendo algo por mí, mejor decirlo así, no te equivoques, no es algo que esté pasando ni que vaya a pasar, simplemente es tu falta de afecto que busca un poco de comprensión. El rostro de Austin se transforma. Nunca le había dicho algo así a una mujer y cuando se atrevía a hacerlo,
Austin entró a su oficina bastante molesto, no le había mentido a ella cuando le dijo que ninguna mujer había despertado eso en él, pero ella era terca, ella era necia y no quería simplemente escucharlo; es que él no le estaba pidiendo una oportunidad, no le estaba pidiendo que llevaran un matrimonio real porque tampoco se veía así, solo quería desahogarse, solo quería saciar posiblemente las ganas que tenía dentro de él. Él pasó las manos por su cabello, se sentía frustrado, desesperado, ella era una mujer peor que aparentaba que no tenía sentimientos, pero que solo lo usaba como escudo. Su teléfono comenzó a sonar, Austin bufó… creyó que su padre lo había dejado en paz con la boda, pero evidentemente seguiría molestando.—Papá estoy ocupado, no puedo hablar ahora. Te hablo después —Espera hijo ¿ni siquiera me saludas? Te aseguro que no te llamo para nada malo, solo quiero saber ¿cómo vas, cómo va tu vida de casado, cómo va tu matrimonio? —Mi matrimonio va muy bien, no entiendo a
Adriana salió de la sala de juntas, había puesto la información clara en donde mostraba que Mike no había tenido su manejo coherente en la empresa dejándolo bastante mal frente a todos los empleados o bueno al menos frente a los accionistas que eso era lo que más importaba. Ella quería que le quitaran todo el apoyo a él, que se sintiera solo y estuviera completamente orillado a destruirse a acabarse por sí solo. Se sentó en su oficina luego de beber un vaso con agua helada, esto de ser niñera de Austin no le gustaba nada, él se estuvo tomando atribuciones que no le correspondía, él estaba creciendo que tenía poder únicamente por un beso, por tener un título que en realidad no tenía sentido y a este punto iba a llegar el momento en el que mandaría todo al carajo incluido a él y a su padre. Ella comenzó a revisar la contabilidad de la empresa sin salir de la oficina buscando encontrar más información, buscando moverse más, buscando ser más rápida que él. Al mirar el reloj se dio cuen
Austin abre los ojos, su cuerpo se siente incómodo como si hubiese tenido una noche bastante agitada. Él miró su teléfono y estaba apagado, sus acompañantes ya no estaban con él, pero el desorden en la habitación dejaba claro que lo había pasado muy bien. Él se puso de pie y fue a darse una ducha, lastimosamente no recordaba absolutamente nada después de haber bebido. Pero era claro que iba a volver a repetirlo, una noche como la anterior no iba a pasar desapercibido de nuevo.Él salió de allí y fue directo hasta la barra en donde se encontraba el bartender. Le pasó algunos billetes y luego pidió un vaso con agua.—Le puedes dar esos billetes a las chicas con las que estuve anoche, no pagué por sus servicios —dice guiñando su ojo. —Por supuesto señor. Austin sale directo hasta su carro convencido de que solo se dará un baño e irá a la oficina.Él aún no sabe el infierno que lo espera afuera. Él llega hasta la casa, muy seguramente Adriana por la hora ya estaba en la oficina, él e
Dos días habían pasado luego de aquella calurosa discusión, Adriana se mantenía con su orgullo intacto, mostrando que solo era un compañero de trabajo más, alguien con poca importancia. Mientras que Austin se enfocó únicamente en trabajar y no solo eso, en averiguar quien había tomado esas fotografías, quién las había publicado, quién tenía tanto interés en hacer que existiera una discusión entre ellos dos y que su matrimonio . Él tenía un sospechoso y sin duda alguna era Mike. Al menos mientras lograba dar con su paradero, bueno con las pruebas para poder atacar de una mejor manera, y hacer que todo fuera más llevadero por su pequeña bromita ahora parecía estar en una cárcel… él bufó y se puso de pie, no pensó que casarse fuera terrible y que estuviera sofocado en especial en un matrimonio en donde ella tuviera el control. La relación con Adriana era bastante tensa, no se dirigían la palabra a menos de que fuera algo necesario y si antes él parecía solo un títere que se dejaba mani
Austin levantó a Adriana en sus brazos, ella estaba completamente fría mientras sudaba sin parar. Él la ubicó en la cama tenía sentimientos encontrados por ella, la odiaba por su forma tan particular de ser, por esa manera de tratarlo pero al mismo tiempo… todo era tan confuso, todo era realmente inestable en su cabeza en estos momentos. Él tomó su teléfono y llamó a un médico, ella estaba temblando. ¿Qué había pasado exactamente? —No —ella mencionó con los ojos cerrados, mientras que su cuerpo se movía inquietantemente—. No quiero que me golpees más… por favor no lo hagas más. Él arrugó su entrecejo. Ella estaba teniendo pesadillas, pesadillas muy fuertes. Y no había que ser adivino para saber quien era el responsable de estas. A pesar de no saber qué hacer, de nunca haber tenido que ver a alguien así, Austin comenzó a pasar una toalla por su frente intentando detener lo que fuera que estuviera pasando. No pudo evitar seguir escuchando sus palabras de delirio, se sintió impoten