Comienzo a tranquilizar los llantos de Alana, no ha dejado de llorar en toda la noche. Eras las 4 am, hice todo lo que creí que podría ser. La cambie, intente darle de su biberón pero lo rechazo con un desgarrador grito. Quisiera entender por que llora tanto, mi desesperación y angustia comenzaba a crecer en mi interior.
Colín entra a la habitación, se acerca preocupado y se sienta a mi lado.- ¿Esta bien?- niego mientras intento calmar su llanto.-No ha dejado de llorar, algo le sucede pero no lo entiendo. Ya hice todo, pero no ha parado de quejarse.- respondo con frustración.-¿Puedo cárgala?- pregunta a lo que asiento. La toma, se levanta de mi lado y comienza a caminar por toda la habitación mientras susurra. Su llanto no ha cesado pero el tono fue disminuyendo.- Leí que esto ayuda a que logre dormirse.-Esta funcionando.- respondo con cansancio.-Puedes descansar, me quedare con ella hasta que se haya dormido.- habla.-No puedo creerlo.- grita Lily con emoción.- Es en unas horas, deberías comenzar a buscar algo de ropa para esta ocasión.- mira el reloj en su muñeca mientras se levanta del sofá. -Déjala tranquila. La volverás loca.- Axel intenta detenerla pero esta es mas rápida y se libera de él. -Nosotros te ayudaremos, puedes arreglarte tranquila mientras cuidamos a Alana. Y no te preocupes, nosotros nos quedaremos con ella toda la noche.- hace énfasis en toda la noche. -Pensaba en ir con mi hija. No quiero molestarlos. -No es molestias, sería fantástico quedarnos una noche con Alana.- Alex la toma en brazos mientras la hace reír. -Esta bien.- digo no muy convencida. Al salir del baño luego de tomarme una ducha, me encuentro con Lily en mi habitación. Deja su teléfono sobre la cama cuando me ve entrar. -Ponte esto. Es lindo.- me lanza mi ropa. -Te estas emocionando demasiado.- digo mientr
4 años después... -Mami.- Alana salta a mis brazos. La alzo y comienzo a llenarla de besos mientras ella ríe. Mi bebé ya tenía 4 años, empezó a ir a una escuela infantil mas conocida como el Kínder. Es una niña muy lista y carismática, todos los días están llenos de sorpresas junto a ella. Se ha convertido en mi mejor pasatiempo, y estoy segura de que también lo soy para mi niña. Los primeros años juntas han sido los mejores y debo admitir que en algunos momentos fue difícil también; como por ejemplo, los primeros cólicos, sus primeras enfermedades, los berrinches que he aprendido a sobrellevar, entre otros más, pero sigue siendo difícil en algo que aún no he logrado manejarlo bien... las preguntas sobre su papá. No he escuchado noticia alguna de el y sus padres. Es como si fueron esfumados de la tierra. Al principio Colín mantuvo contacto todos los días hasta que Alana cumplió dos años, no estuvo presente. Decidí no pensar tanto en eso ya qu
—¡Abuela!— Alana corre a los brazos de mi madre una vez que la visualiza en la entrada del aeropuerto. Decidimos tomarnos unas vacaciones después de muchos años, Lily fue mi acompañante esta vez. Me acerco junto a mi amiga hacia mi hija y mi madre. La saludo con un cálido abrazo, Lily imita mi acción una vez que me separo de ella. —Las extrañe mucho.— dice con una gran sonrisa, sus ojos brillan. —Nosotras también mamá.— tomo su mano. Salimos del aeropuerto y nos subimos al auto una vez que subimos las maletas en el vehículo. —¿Como han estado?— pregunta mi madre mientras maneja. —Bastante bien, trabajando mucho.— responde Lily. —Mi mami y yo hemos estado bien, hice muchos amigos en el kinder.— habla Alana con mucho entusiasmo. —Me alegro mucho por ti mi cielo.— voltea a verla con una sonrisa.— ¿Como están Caleb y Tom? —Caleb volvió a Inglaterra, piensa en mudarse a España en unos meses. Y Tom s
Al llegar a casa, subo las escaleras con Alana en mis brazos. Estaba muy dormida, no quise despertarla. Durante la tarde jugo mucho con su abuela, ambas conversaron de tantas cosas que ya ni recuerdo la mayoría. Recorrimos toda la ciudad, llegamos a la conclusión de que el parque que estaba en frente de la heladería se habría convertido en su sitio preferido. Pasaron tantas horas juntas que perdimos la noción del tiempo y ya había anochecido. Supuse que Lily se quedaría en casa de sus padres esta noche. Recuesto a Alana suavemente en la cama mientras le quito con cuidado sus zapatos evitando que se despertara. Una vez que logró cambiarle de ropa por su pijama, salgo de mi habitación y me dirijo a la cocina. Encontrándome con mi madre, solo tomo un vaso con agua para luego sentarme a su lado.—Te hemos extrañado mucho por aquí. Se sentía muy vacía y grande la casa.— comienza a hablar mi madre.— ¿Quien diría que tu vida fuera a cambiar tanto en seis a
—Solo habla con el... debes decirle todo lo pasa dentro de ti. Como te sientes, no lo reprimas Blair.— me mira a través del espejo.— Algo dentro de ti comenzara a emporar. —Lo se Lily, no debes mencionarlo siempre. Es solo que es difícil, durante todos estos años... en mi mente parecía ser fácil. Que nos volveríamos a encontrar, que el sentimiento ya no iba a estar tan fuerte como antes.- suspiro con pesadez.— ...pero sigue aquí. —Entonces aclara tus dudas.— voltea a verme. —No es tan sencillo.— me defiendo.— Me dejo sola por muchos años, y pensé que con Alana no seria lo mismo. Pero lo fue, cada vez que ella preguntaba por el solamente esquivaba la conversación. Porque como le explico a una nena de cuatro años que su papá no había vuelto a preguntar por ella, es
—Mami.— Alana corre a mis brazos luego de salir del departamento de Lily. La alzó y planto un beso en su mejilla.— ¿Cómo estas cariño? —Bien. Jugamos mucho con la tía Lily. Su departamento es muy lindo y tenía mucho juguetes.— comienza a contarme todo lo que hicieron en la noche.— Comimos pizza y luego vimos películas. —Puedes traerla de nuevo cuando quieras.— habla Lily una vez que llega a nosotras. —Gracias. Debemos ir a la casa de la abuela Sara, quiere pasar unas horas contigo.— le digo a Alana. Luego de despedirnos de Lily, dejo a mi hija en su silla en el auto. Coloco el auto en marcha hasta una heladería, la heladería que se había convertido en su lugar f
La primera semana transcurrió más rápido de lo normal. Alana estuvo con su papá dos días seguidos en lo que yo pase el tiempo con mi madre. Lily ha decidido en quedarse en su departamento, no quería ser una molestia. —¿Estas lista?— Caleb entra a mi habitación.— Que linda.— lo escucho hablar en un susurro. Me doy una última observada en el espejo y me dirijo hacia el. —Lista.— sonrió mientras tomo su mano. Salimos de mi habitación y nos dirigimos a la sala. Encontrándome con mi madre y Alana jugando. —Estas hermosa.— me dice mi madre mirándome de pies a cabeza. —Si mami.— Alana corre a mis brazos y la tomo.
—Ya la pueden llevar a casa.— el doctor nos entrega los papeles para firmar el alta médica de Alana. Lo firmamos con Colín y se entregamos. —Muchas gracias doctor.— digo mientras tomo mi bolso. Colín toma a Alana en sus brazos, aún dormía. Salimos del hospital y con cuidado la coloca en su silla sin que se despierte. Colín se había ofrecido a llevarnos a casa, nos subimos al auto y lo pone en marcha. Hubo un silencio que de a poco fue convirtiéndose incómodo. Tal vez porque el no esperaba que Caleb sea el hombre o simplemente algo sucedía en su cabeza. —¿Ya son pareja?—Colín rompe el silencio. Su voz sonaba distinto y su cuerpo estaba tenso a mi lado. —Aun no.—