Al llegar a casa, subo las escaleras con Alana en mis brazos. Estaba muy dormida, no quise despertarla. Durante la tarde jugo mucho con su abuela, ambas conversaron de tantas cosas que ya ni recuerdo la mayoría. Recorrimos toda la ciudad, llegamos a la conclusión de que el parque que estaba en frente de la heladería se habría convertido en su sitio preferido. Pasaron tantas horas juntas que perdimos la noción del tiempo y ya había anochecido.
Supuse que Lily se quedaría en casa de sus padres esta noche.Recuesto a Alana suavemente en la cama mientras le quito con cuidado sus zapatos evitando que se despertara. Una vez que logró cambiarle de ropa por su pijama, salgo de mi habitación y me dirijo a la cocina. Encontrándome con mi madre, solo tomo un vaso con agua para luego sentarme a su lado.—Te hemos extrañado mucho por aquí. Se sentía muy vacía y grande la casa.— comienza a hablar mi madre.— ¿Quien diría que tu vida fuera a cambiar tanto en seis a—Solo habla con el... debes decirle todo lo pasa dentro de ti. Como te sientes, no lo reprimas Blair.— me mira a través del espejo.— Algo dentro de ti comenzara a emporar. —Lo se Lily, no debes mencionarlo siempre. Es solo que es difícil, durante todos estos años... en mi mente parecía ser fácil. Que nos volveríamos a encontrar, que el sentimiento ya no iba a estar tan fuerte como antes.- suspiro con pesadez.— ...pero sigue aquí. —Entonces aclara tus dudas.— voltea a verme. —No es tan sencillo.— me defiendo.— Me dejo sola por muchos años, y pensé que con Alana no seria lo mismo. Pero lo fue, cada vez que ella preguntaba por el solamente esquivaba la conversación. Porque como le explico a una nena de cuatro años que su papá no había vuelto a preguntar por ella, es
—Mami.— Alana corre a mis brazos luego de salir del departamento de Lily. La alzó y planto un beso en su mejilla.— ¿Cómo estas cariño? —Bien. Jugamos mucho con la tía Lily. Su departamento es muy lindo y tenía mucho juguetes.— comienza a contarme todo lo que hicieron en la noche.— Comimos pizza y luego vimos películas. —Puedes traerla de nuevo cuando quieras.— habla Lily una vez que llega a nosotras. —Gracias. Debemos ir a la casa de la abuela Sara, quiere pasar unas horas contigo.— le digo a Alana. Luego de despedirnos de Lily, dejo a mi hija en su silla en el auto. Coloco el auto en marcha hasta una heladería, la heladería que se había convertido en su lugar f
La primera semana transcurrió más rápido de lo normal. Alana estuvo con su papá dos días seguidos en lo que yo pase el tiempo con mi madre. Lily ha decidido en quedarse en su departamento, no quería ser una molestia. —¿Estas lista?— Caleb entra a mi habitación.— Que linda.— lo escucho hablar en un susurro. Me doy una última observada en el espejo y me dirijo hacia el. —Lista.— sonrió mientras tomo su mano. Salimos de mi habitación y nos dirigimos a la sala. Encontrándome con mi madre y Alana jugando. —Estas hermosa.— me dice mi madre mirándome de pies a cabeza. —Si mami.— Alana corre a mis brazos y la tomo.
—Ya la pueden llevar a casa.— el doctor nos entrega los papeles para firmar el alta médica de Alana. Lo firmamos con Colín y se entregamos. —Muchas gracias doctor.— digo mientras tomo mi bolso. Colín toma a Alana en sus brazos, aún dormía. Salimos del hospital y con cuidado la coloca en su silla sin que se despierte. Colín se había ofrecido a llevarnos a casa, nos subimos al auto y lo pone en marcha. Hubo un silencio que de a poco fue convirtiéndose incómodo. Tal vez porque el no esperaba que Caleb sea el hombre o simplemente algo sucedía en su cabeza. —¿Ya son pareja?—Colín rompe el silencio. Su voz sonaba distinto y su cuerpo estaba tenso a mi lado. —Aun no.—
—¿Como esta la chica mas linda del mundo?— llega Caleb a mi lado, plantando un beso en mi mejilla ocupa el asiento vacío a mi lado. Si, luego de varios años de consideración, decidí corresponder los sentimientos de Caleb. Me ha dado miles de motivos para estar a su lado pero no me atrevía a corresponder. Creyendo que lo lastimaría, que nos haría daño. Pero eso no será así, ambos nos esforzaremos para que esto funcione. —Muy bien.— le regalo una sonrisa. Alana al vernos se acerca corriendo. —Caleb.— la subo a mis piernas. —Princesa. —Ahora que eres el novio de mi mamá, ¿Como debería llamarte?— se detiene a pensar.— ¿Papá?
Un mes despues... Los comienzos de la vida siempre fueron la luz y motivos para seguir. A veces cuando sentía que ya no tenia sentido esta vida o el siquiera despertar todos los días y sentir los pesos en encima, las cargas... era difícil continuar. Pero ahora, puedo decir que mi vida vuelve a comenzar. No solo tuvo sentido el dia que nacio Alana sino tambien cuando senti que no estaba sola, ahora todo eso es para siempre. Todas aquellas personas son la razón de mi vida. —Te tengo una sorpresa.— habla Caleb detrás de mi. —Que nervios.— respondo emocionada. —Primero debes vendarte los ojos.— me tiende una tela para luego colocarlo sobre mis ojos. Tomo su mano mientras este me guia el camino, siento la arena en mis pies. Caminamos hasta que logro escuchar las olas de cerc
Luego de dos meses de aquel mágico día, nos encontrábamos en la ceremonia de entrega de diplomas. Estaba a tan solo un paso de cumplir el sueño más importante en mi vida. —Blair Jones.— llegó el momento que muchas veces se sentía lejano.— Felicidades.— estrecho su mano mientras recibo mi titulo profesional. Logró ver a mi hija junto a Caleb festejar desde lejos. Mis padres tan felices a su lado. Regreso a mi lugar, suelto un suspiro de aliviada. Diciéndome a mi misma que ya lo consegui todo, mis sueños se estaban cumpliendo. Parecía algo irreal. Al terminar con la ceremonia me acerco a mi familia, tomo a Alana en mis brazos mientras ella me abraza comienzo a besarla en su mejilla. Caleb nos abraza a las dos, planta un beso en mis labios antes de volver a separarse. —Felicidades mami.— escucho decir a Alana.— Lo lograste. —Te amo mucho mi princesa. —Lo lograste.— Caleb toma mi mano. —Felicidades hija, estamos muy o
A tan solo dos meses de mi graduación, empiezo a buscar lugares a los que me gustaría ir con mis amigos de viaje, teníamos pensado en ir a California, sobre todo por las playas y las noches tan iluminadas de la ciudad.—¿No piensas salir de esta habitación?— habla Thomas entrando.—Ya estaba de camino.— digo tomando mi bolso y unos libros que se encontraban en mi escritorio.Thomas es mi mejor amigo de toda la vida, nos conocimos cuando el tenia 6 y yo 5 en una cena que realizaron nuestros padres, desde esa noche nos hicimos inseparables.Al bajar las escaleras, nos dirigimos a la cocina. Encontrándome a mis padres que aun seguían trabajando.—Buenos días.— saludo.— Ya nos vamos con Thomas.—Buenos días hija, que les vaya bien.— dice mi madre sin despegar los ojos del portátil.—Blair, no llegues tarde.— dice mi padre.—No se preocupen, que yo la cuido.— dice Thomas tomándome de los hombros y sacándome de mi casa.—¿Por que tardan tanto?— habla Lily desde su auto.Thomas y yo reímos m