—Ha sido maravilloso todo —dijo Myriam, luego de haber compartido la cena junto a Alex y María Dolores—, fue un placer conocerlos.
Lolita le brindó una sonrisa.
—A nosotros nos dio gusto tenerlos en el hotel, espero no sea la única vez que lo visitan —indicó.
—Claro que no, con anfitriones como ustedes, la próxima vez nos hospedaremos solo en hoteles del grupo Vidal Espinoza —mencionó Gerald, tomando de la cintura a Myriam, pegándola a su lado.
—Eso espero —respondió Alex, y luego le entregó una tarjeta a Gerald—. Estos son los datos de mi prima, ella es la persona encargada de las exportaciones de café.
La azulada mirada de Lennox, se enfocó en las letras de esa tarjeta:
—María Luisa Duque, gerente de negocios internacionales. Consorcio colombiano de café: Alma mía —expresó, asintió, y la guardó en el bolsillo de su chaqueta—, espero poder hacer negocios con ellos —aseveró.
—Anhelo lo mismo —contestó Alejandro.
Myriam se acercó a Lolita, se despidió de ella con un abr