—Helado ben jerry's triple caramelo—Lissa está rebuscando en el refrigerador del departamento que comparte con Conte mientras Cristal y yo estamos sentadas en los bancos de la cocina. Coloca el helado en la barra de la cocina y saca tres cuencos—Ben jerry's es fenomenal—digo acomodándome en el lugar—Estoy muerta—dice Cristal abriendo el bote de helado y sirviéndose una gran cantidad en su cuenco. Asiento de acuerdoHabía sido un día largo para todas. Primero había ido con Massimo hasta el despacho de su nuevo abogado y habíamos hecho todo el papeleo y ahora la boutique era mía de nuevo, después de eso habíamos ido hasta la propia boutique y ver a los chicos que estuvieron felices de que no los odiara.En la tarde Cristal y yo acompañamos a Lissa a su cita para un vestido de novia y ya había un ganador, pero mi terca amiga pensaba que un vestido que costaba más de cinco mil euros era una brutalidad y sí que lo era. Ahora habíamos salido de allí con una novia frustrada y triste.—Sabe
MASSIMOEstoy de pie afuera de la boutique que de nuevo es de Aurora y la miro sonreírme de la manera que me gusta—Esta noche llegare algo tarde—digo recordando todo el trabajo atrasado que tengo debido a mi viaje a Génova. Ella hace un lindo mohín y le doy un beso rápido—Bien—dice resignada—Esta tarde tenemos la prueba del vestido de novia para Lissa— me acercó y la rodeo con mis brazos—Quizás deberías mirar algo para nuestra boda—le digo antes de inclinarme un poco y repartir algunos besos por su rostro.—Que empalagosos son ustedes dos—dice Marcelo desde el interior. Aurora le hace una peineta—Vete a la mierda Marcelo—respondo riendo. Si. Soy un empalagoso, pero solo con ella. Miro la mano donde descansa el anillo de compromiso y no puedo sentirme más feliz. Dentro de un mes será mi esposa y eso es un hecho—Veré que puedo hacer—habla a la vez que coloca sus manos en mi pecho—Ahora ve a trabajar, así llegaras rápido a casa—dice tranquilamente. No sé si ella se ha dado cuenta, p
Minutos después una enfermera me lleva a una pequeña sala donde me descontaminan y me hacen ponerme lo necesario para poder ver a Aurora. La enfermera me lleva por un pasillo solo y silencioso. Abre una puerta casi al final y me insta a entrar.Me quedo de pie en la puerta mientras ella entra y revisa sus signos vitales y verifica que todo marche bien, revisa la vía y me da una sonrisa de apenada—Le estamos administrando antibióticos y fármacos para el dolor—dice en voz baja informándome. Me obligó a asentir y camino hasta estar al pie de su cama—¿Es necesaria? —señalo refiriéndome a la mascarilla de oxígeno que tiene—Es por prevención—toma una silla que no había visto y la acerca en silencio a la cama—háblele. Hágale saber que esta con ella—Cree... —digo y me detengo antes de aclarar mi garganta—Cree que me escuche—En mi experiencia de quince años he visto casi todo—dice acercándose de nuevo al monitor que mide el ritmo cardíaco de Aurora y escribe algo en sus notas—Las personas
MASSIMO Me reclinó en la silla mientras miro a través de mi móvil mis correos. Levanto la mirada un momento para asegurarme que Aurora está bien mientras respira tranquilamente gracias a la mascarilla de oxígeno que aún tiene puesta. Habían pasado cuatro días desde que ingreso y hasta anoche fue trasladada a una habitación después de superar dos días con fiebre. Durante estos cuatro días había despertado por momentos. Sin embargo, no había hablado mucho, pero le había hecho saber que estaba a salvo y que Gaetano no sería más un problema en nuestras vidas. —Hoy tenemos un mejor color—levanto la vista y veo entrar a Magui, la enfermera que se ha ocupado de Aurora desde que llego—¿no ha despertado hoy? —Niego —Anoche despertó y se molestó por la mascarilla—le digo. Ella sonríe con gracia. —La doctora me dio la orden de retirar el oxígeno—Se acerca a Aurora y le doy espacio para que ella revise sus notas y verifique sus niveles—Cuando despierte se sentirá mejor—asiento de acuerdo. L
Si Massimo o la abuela me dicen una vez más que debo descansar esto se va a poner feo, muy feo. Tres días en casa y Massimo no solo está trabajando mucho, sino que tampoco duerme conmigo porque según el necesito estar cómoda ¿dónde quedo mi supuesto enfermero?¡Qué mierda! Resoplo y cambio los canales de la tv antes de darme por vencida y apagarla. Miro el reloj de la mesita de noche y son más de las once de la noche, mi abuela ya está dormida en la habitación de invitados así que con mucho cuidado me levanto.Si, sé que no debo este de pie, pero ya me siento mejor.Ah, pero eso no lo ven. Camino descalza por el departamento de Massimo que esta oscuro y pensamientos no tan bonitos invaden mi mente, pero los alejo porque sé que estoy a salvo.Llegó al salón y la figura de Massimo en el sofá durmiendo me cabrea mucho. Me acercó con cuidado y toco su hombro suavemente—Massimo—llamo y al no recibir respuesta lo muevo un poco fuerte—¡Massimo! —este despierta y mira a su alrededor fruncien
Un mes después Me miro en el espejo de la habitación y no puedo creer lo que está sucediendo. Dentro de unos minutos me caso con el amor de mi vida, han pasado varias semanas en las que con su ayuda preparamos una íntima ceremonia en la terraza del Penthouse. Desde el día en que me mude definitivamente a el departamento de Massimo comenzó a decir que quería que planificáramos nuestra boda y así fue. Sin embargo, no todo ha sido fácil. Entre los preparativos de nuestra boda y ayudar a Lissa con los suyos ha sido demandante, pero estoy feliz porque ambas tenemos lo que queremos para nuestros respectivos días —Es hora de que te pongas el vestido—dice la esposa de mi tío Jesse. Mi familia está aquí para mí y eso me hace feliz. Veo cómo termina de darle volumen a mi cabello corto y acomoda la diadema de perlas que fue un regalo de mi abuela. Me levanto y me meto al baño para ponerme el vestido que escogí Mi búsqueda había sido lenta ya que ningún vestido me hacía decidirme hasta que e
Dos años despuésMe remuevo en la cama cuando unos labios me despiertan al repartir besos en mi cuello y a pesar de la opresión de mi corazón sonrió sin abrir los ojos.—Venga amore mío. Es hora de levantarse—dice mi esposo. Lentamente abro los ojos y lo veo sentado en la orilla de la cama. Lleva pantalones de deporte y su cabello oscuro esta húmedo después de la ducha—¿Saliste? —le pregunto y él sonríe. Pero sé que está calibrando mí estado de animo—Hice ejerció—Responde—Pensé que ya estarías lista para el trabajo—miro la hora en el reloj despertador—¡Mierda! —digo pateando las sábanas y caminando hasta el baño cuando una mano me detiene y mi marido me voltea hasta quedar frente a mi—¿Estas bien? —pregunta y asiento antes de lanzarme a sus labios para besarle. Quiero transmitirle mi amor con el beso y cuando nos lleva a la cama me suelto sonriendo genuinamente—Lo siento cielo. pero tengo mucho trabajo y cosas pendientes—él gruñe frustrado—Es muy tarde—me mira un momento mientras
Massimo está distraído y sumido en un extraño silencio mientras vamos camino al casino, y por primera vez agradezco ese silencio ya que no puedo dejar de pensar en la nota que encontré en su billetera esta mañana.La camioneta se detiene y baja para después tenderme la mano y ayudarme a bajar, veo a varias personas que están en la entrada del casino.—No sé si me agrade como te miran algunos—dice Massimo a mi lado mientras avanzamos hasta adentro con mi brazo entrelazado al de él—Siento que quieren ver lo que hay debajoLe doy una sonrisa, porque cuando me vio con el vestido no le hizo mucha gracia. Era un vestido de fiesta rojo corte sirena ajustado hasta las rodillas, desde donde partía una falda con un discreto vuelo. Era atrevido y seductor confeccionado en lentejuelas, con un pronunciado escote en «V», tanto delantero como trasero. El cabello lo había domado en un recogido sexi.—Cariño. Solo tú sabes lo que hay debajo de este vestido—le guiño—¿Qué hay para esta noche?—Tenemos u