Ser su esposa por contrato no es lo que espero, pero lo tomaré si es mi única oportunidad de poder demostrarle que somos más que compañeros de cama.Más que cuerpos enredados entre las sábanas.Yo conozco el hombre que se esconde bajo esa fachada de hombre serio y frío.Conozco, de primera mano, la pasión que esconde.¿Bien? Que comience el juego, uno que no estoy dispuesto a perder.*****//*****—Espero que de verdad logres ser feliz, amiga—me dice Lorena abrazándome.Estamos en la salida del juzgado y oficialmente soy la señora Petrov.La ceremonia fue íntima y rápida. Los únicos invitados fueron mis amigas Lorena y Natasha.Mis mejores amigasEsta última estaba en desacuerdo con mi decisión.Ella cree que casarme con Vladímir es una locura.Lorena, en cambio, llegó acompañada por su novio Marcos Williams.El cual además de amigo era mi jefe en la agencia de publicidad donde trabajaba como modelo profesional.Vladímir solo había invitado como testigo a un amigo. Víctor, pero este u
Me remuevo entre las sabanas y encuentro el lado opuesto de la cama vacío. Las cortinas de los grandes ventanales están corridas y puedo ver los edificios a lo lejos.Miro alrededor de la habitación decorada en tonos blancos y grises.Está desierta.Vladímir debe estar abajo.Miro el reloj despertador y veo que aún tengo tiempo para prepararme para el viaje. Me levanto de la cama desnuda y camino hasta el baño para darme una ducha caliente. Una vez lista salgo y entro en el dormitorio donde descansan mis pertenencias junto a las de Vladímir. Él había sido enfático en que llevara todas mis pertenencias lo antes posible y así lo hice, también mi maleta estaba hecha y tenía muchas cosas que Vladímir se había encargado de darme para el clima frío de San Petersburgo.Me vestí con un vestido manga corta rosa y me puse mis sandalias negras favoritas. Vladímir me había informado que no me preocupara por el frío porque un coche con calefacción nos esperaría al bajar del avión y la casa contaba
—Estamos por aterrizar, Slákaya—Me remuevo en mi asiento y me enderezó. Me senté a leer una revista para dejar a Vladímir trabajar y me quedé dormida.Maldito cambio de horario.Miro por la ventanilla y veo la luz del día. Nueve horas de vuelo me han dejado desorientada.Observo a Vladímir que está de pie frente a mí. Se ha cambiado y ahora lleva un suéter negro un poco más grueso y vaqueros desteñidos. Yo me había puesto unos vaqueros y un suéter manga larga, color blanco.—¿Qué hora es? —Pregunto frunciendo el ceño—Me muero de sueño—digo reprimiendo un bostezo y él sonríe—Son las once de la mañana en Rusia, pero aún solo son las tres de la mañana en Nueva York —me informa y lo miro mal—Esto es una mierda—me quejo—Vamos a ponernos el cinturón—me ayuda a colocarlo y antes de tomar asiento enfrente de mi guarda su portátil. La azafata amablemente retira las bebidas dispersas en la mesa donde Vladímir estuvo trabajandoMientras él se acomoda enfrente de mí aprovecho y me rehago el ca
Camino tratando de no hacer ruido por el pasillo mientras escucho como las voces suben de nivel.Estaba dormida y un escándalo me saco de mi sueño.Mire la hora en mi móvil y había dormido poco más de una hora. Ahora estoy a hurtadillas en el pasillo escuchando la voz muy enojada de Vladímir y la de otro que supongo es su padre. Llego hasta la puerta y estoy decidida a tocar cuando una mano me toma del bazo.Zaria.—No—murmura.La miro y esta me hace señas para que vaya con ella.—Creo que podría calmar los ánimos— susurro.Ella niega.—Los caldearía más si se mete allí sin que lo pidan—me dice y hago una mueca— Bajemos y esperemosUna parte de mí sabe que tiene razón.De mala gana la sigo.Llegamos a la planta baja.Me guía hasta donde está una amplia y muy iluminada cocina. Es blanca, con cajones de cedro. Los artefactos son todos de acero inoxidable y tiene una gran isla con algunos bancos para desayunar—¿Tenía mucho rato allí? —de pie me pregunta y niego.—Me acababan de despert
—¿Estás bien?—me pregunta en voz baja Zaria que me sigue en silencio hasta la habitación que comparto con Vladimir desde hace dos días.Niego mientras me dejo caer en la cama y cierro los ojos para que no vea las lagrimas que quieren salir—No era mi intención molestar a Ivan—susurro abriendo mis ojos—Pero tampoco tenía que agredirme de esa manera—Lo sé— dice esta en voz baja—Lo vi salir y sabia que iba para el invernadero de Stella—asiento—Normalmente se encierra allí por un par de horas y nadie le molesta, por eso cuando llego Vladimir lo lleve rápido hasta allá—continua y veo remordimiento—No era mi intención propiciar una pelea entre tú y Vladimir—Ya no importa—resoplo—Solo necesito un rato a solas. Calmarme y seguir adelante—asiente—Está bien. Estaré en la cocina preparando la cena—dice antes de fruncir el ceño —Debo también enviar la cena a la señorita Andrea—comenta y maldigo recordando a la zorra de Andrea que se aloja en la casa de huéspedes. Aunque sonrió un poco al recor
—Ya tengo lista la habitación—escucho la voz de Zaria, pero el dolor de cabeza no me deja abrir los ojos. Vladimir me lleva en brazos por la casa hasta nuestra habitación.Este gruñe una respuesta que no logro entender. Estamos llegando del hospital donde me atendieron. Ahora habíamos regresado a casa después de pasar la noche en observación. luego de mi caída, no supe que paso hasta que desperté en la cama del hospital, junto a mí un Vladimir asustado por mi inconciencia.Después de todo lo ocurrido solo quería estar sola, pero mi supuesto esposo tenía otras ideas en mente, no se despegó de mi lado durante toda noche y parte de la mañana en la que estuve ingresada. Según sus palabras, él me había encontrado inconsciente en el baño, yo solo recuerdo la caída y el fuerte golpe que me di.Llegamos a la habitación y Vladimir me deja cuidadosamente en la cama—¿Estás bien? —me pregunta por millonésima vez. Asiento sin abrir los ojos—Necesitas los analgésicos para el dolor— habla mientras
—¡No voy a bajar así!—digo exasperada al día siguiente mientras me miro al espejo del baño—estoy calva y fea—digo gimoteando frustrada saliendo de la habitación.Vladimir me mira con un atisbo de sonrisa en su rostro. Desde ayer se ha portado muy atento a mis necesidades y ahora me pide que baje a tomar algo con su tío y su esposa que están en casa desde ayer—No estas calva y estas muy lejos de estar fea—alega poniéndose de pie—Solo te quitaron algo de cabello para poder tomar los puntos—Tres puntos Vladimir ¡Ahora parezco Frankenstein!—Estoy haciendo un drama, pero es que no me siento bonita en ese momento—Tamia y George me van a matar cuando vean el desastre que estoy hecha—Tuviste un accidente y no pareces Frankenstein—protesta—De hecho, ni queriendo te verías fea Slátkaya—se acerca y toma mi cabello entre sus dedos y lo acaricia—Siempre me ha gustado tu cabello— ¿Solo eso? Pienso.Al menos le gusta algo de nosotras. Me reprende la conciencia ¡Cállate perra!—Hace días no me b
Miro a Vladimir mientras espero alguna reacción después de haberle contado de mi conversación con Igor. Esta en silencio y mira por la ventana de la habitación mientras la luz de la mañana se filtra por ella.Ayer cuando nos retiramos no pude contarle porque tenía algunas cosas pendiente de trabajo y no me di cuenta cuando regreso a la cama.—Al parecer no contábamos con que no se tragaría el cuento—dice pensativo rompiendo el silencio.Asiento, aunque no me ve—Bueno—continúa volteando para verme—Vamos a demostrarle que está equivocado y que somos un matrimonio como cualquier otro —dice—Ya sabes que cuentas conmigo— digo caminando hasta la cama y tomar el abrigo de interior acolchado gris, unos guantes y un lindo gorro de invierno del mismo color que mi abrigo—¿A dónde vas? —pregunta interesado. Me pongo el abrigo y los guantes—Voy con Zaria al mercado—digo emocionada y el me da una mirada aún más extrañada—Vladimir—digo acomodando en lindo gorro en mi cabeza teniendo cuidado con